miércoles, 31 de enero de 2018

La Parroquia de San José, en San José Iturbide, Guanajuato

   Una de las cosas más sorprendentes que hay en el nor-oriente del estado de Guanajuato, en términos de arquitectura, es, sin lugar a dudas, la parroquia de San José, en la ciudad de San José Itrubide, obra del arquitecto Ramón Rodríguez Arangoiti.

  "En 1847 el cadete Ramón Rodríguez Arangoiti, quien luchó en la defensa del Castillo de Chapultepec, difícilmente pudo haber imaginado que, años después, él se convertiría en uno de los mayores exponentes del arte neoclásico en la arquitectura. Estudió y trabajó en Europa durante muchos años hasta que Maximiliano de Habsburgo le concedió el puesto de ingeniero-director y le dejó varios proyectos a su cargo, muchos de los cuales jamás se realizaron. La cumbre de su obra fue la iglesia de San José Iturbide, en Guanajuato". (Tomado de Relatos e historias en México.)

  Varias son las obras del Arquitecto Rodríguez Arangoiti que merecen mención especial además de la que vemos ahora, la Catedral de Toluca es una de ellas, la Casa de los Perros (ya desaparecida) en la calle Plateros (actual Madero), el Obelisco de Chapultepec, el Hotel Gillow, por solo mencionar algunas. Para leer más sobre la historia de la Parroquia de San José Iturbide, entra aquí.

















martes, 30 de enero de 2018

La Hacienda de Manduajano, Apaseo el Alto, Guanajuato

   La pregunta recurrente que oigo es aquella que reza, palabras más, palabras menos con el consabido concepto de que es el Gobierno el responsable de todo, dice así: ¿cómo es posible que el Gobierno no las recupere? refiriéndose a las haciendas que se desmoronan por todos lados del país.

   El problema está en que esa pregunta igual se hace con zonas arqueológicas, con templos, con conventos, y con alguno que otro edificio civil. La respuesta que doy, invariablemente es una que creo no me entienden o no valoran el calibre de la responsabilidad que le queremos achacar siempre al gobierno: ¿enviaremos todo el presupuesto directo a rescate patrimonial y nos olvidamos de los gastos de educación, seguridad, carreteras, etc.?

   Tan solo en el estado de Guanajuato existieron en tiempos Porfirianos hubo, al comenzar este periodo, es decir, 1877, 421, al concluir, en 1910, eran 511; de ellas, al menos la mitad contaba con una casa grande y una galera, pensemos en 250 y de este número, la mitad, 125 eran de grandes dimensiones... aclaro que hago un cálculo simple, solo para darnos una ligera idea.

   Así pues, si pensamos en la intervención de ese centenar de haciendas, y ponemos una cifra ligera, muy ligera, para su renovación, de 50 millones de pesos, cada una... estamos hablando de 5,000 millones en total. Agreguemos a ello el punto de que este tipo de construcciones que han estado abandonadas por varias décadas requieren un mantenimiento constante y... costoso.

   Agreguemos a ello el problema social, pues en toda hacienda hay una ranchería anexa que no está, precisamente, en buenas condiciones, y, más aún, lo que representaría el problema agrario, la tenencia de la tierra. Muchas de las haciendas en ruinas son parte de un ejido, el problema se complica.

  Seamos fantasiosos y pensemos que se rescatan, ahora pensemos en el uso que se les dará, en su consolidación, en su función civil, social... y en su sostenibilidad. ¿Será todo esto posible? Hago toda esta reflexión con el fin de que, por favor, ya no me pregunten el por qué el Gobierno no hace nada... en 1910 hubo 5 932 haciendas registradas. Era un mundo.

   En cuanto a los datos de la hacienda que ahora vemos, la de Mandujano en el municipio de Apaseo el Alto, Guanajuato, no me ha sido posible encontrar uno, fuera del nombre de algunos de los grandes terratenientes de la zona durante el Porfiriato, Francisco González de Cosío, la familia Urquiza y, se dice por ahí, uno de los Rivas Mercado.