miércoles, 10 de enero de 2018

Del obsesivo grafiti y el interesante arte urbano en la Ciudad de México

   El abanico que se abre con el Arte Urbano en cualquiera de sus expresiones bien sirve para engrandecer que para entorpecer un espacio. Igual ayuda a volver bello un espacio olvidado que ensuciar un espacio habitado. De pronto hay una creación colorida e interesante que una obsesiva expresión que solo quien lo pinto lo entiende. De pronto hay un respeto al espacio que todo se vuelve armónico que una violación a un patrimonio cultural que más bien es ofensivo, como el que vemos en la imagen.


   Hay un límite, y cuando son expresiones bien artísticas que sirven para engalanar la zona, serán bien recibidas, pero hay otras que mejor sería evitarla. El caso es que el abanico está ya abierto y será cosa de ver hacia donde queremos voltear y admirar lo que valga la pena, lo demás, como tantas otras cosas en la enorme Ciudad de México, pasarán desapercibidas.








































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