jueves, 24 de mayo de 2018

El pueblo de San Pedro del Gallo, Durango, y sus puertas azules

   Otro de los pueblos que se incluyen en el catálogo del Patrimonio de la Humanidad en el Camino Real de Tierra Adentro es el de San Pedro del Gallo en Durango, localizado en el semidesierto; sitio que se originara como Presidio, justo para vigilar y proteger a los pocos que se atrevían a seguir por rumbos desconocidos [terra ignota]. El lugar no lo conozco personalmente pero pude recorrer varias de sus calles y percatarme de la abundancia de puertas y ventanas verdes y azules.

  San Pedro del Gallo está enclavado en una zona aislada del movimiento migratorio o comercial entre los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila, situación diferente a la que se vivió a mediados del actual milenio, en donde los pueblos de La Laguna concentraron su población para mantenerse un tanto al margen de las etnias tepehuanas de occidente y chichimecas del sur. En la segunda mitad del siglo XVII se prefirió el camino que cruzaba este municipio rumbo a Chihuahua, por la hostilidad de las tribus de la región Tarahumara, ante la necesidad de mantener operaciones militares en Parral. Los gobernadores de la Nueva Vizcaya transitaban frecuentemente por esta ruta por la guerra sostenida con 84 naciones rebeldes, lo cual obligó a pensar en establecer presidios en la zona que auxiliaran a los viajeros, civiles o militares.

   El presidio de San Pedro se construyó hasta que las tropas presidiales quedaron bajo el mando del gobernador neovizcaíno, lo que ocurrió el 22 de febrero de 1680, a petición formulada a la corona por Bartolomé de Estrada, ya que anteriormente dependían del virrey. Bartolomé de Estrada dejo el cargo en 1684 y en la correspondencia real se menciona el nuevo presidio, junto con el de Cuencamé, lo que ubica su edificación entre 1680 y 1684. En las tres décadas posteriores se fueron reduciendo las tribus insurrectas; hacia 1721, el gobernador Alday informa al Consejo de Indias que sólo tres naciones se mantienen en guerra: Cocoyomes, Aoclames y Chizos.

  Un siglo después de su fundación, el presidio de San Pedro congregaba una importante población junto al arroyo de las Cruces, como lo demuestra el censo practicado a finales del siglo XVIII, que arrojó la suma de 162 españoles, 120 mestizos, 69 indios, 18 coyotes y 38 mulatos. Una de las actividades que proliferaron en esta zona fue la minera, lo que atrajo numerosas familias, que incrementaron la labor agrícola. Empero la minería ocupó la atención de los lugareños en los siglos XVIII y XIX. Durante el porfiriato se estableció y desarrolló en este municipio la empresa Peñoles, en el mineral del mismo nombre, la que alcanzó considerables riquezas hasta su agotamiento. Actualmente la mencionada empresa se encuentra establecida en Torreón, Coahuila, pero conserva su nombre original. (Texto tomado de la Biblioteca de Municipios de México).























 Para leer más a fondo sobre San Pedro del Gallo, entra aquí.

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