jueves, 12 de septiembre de 2019

Tequihuatitlanti: El embajador tequiliua. Los paynani.

  El oficio de cartero, como la persona encargada de llevar y entregar mensajes, se remonta desde la época prehispánica. Los paynani, mensajeros mexicas consagrados al dios Paynal, tenían la obligación de informar la muerte del emperador así como su victoria o derrota en alguna guerra. De acuerdo al mensaje que portaban era su indumentaria; si era de poca importancia el payn ataba su manta al cuerpo y recogía sus cabellos; en caso de desastre, era silencioso y sus cabellos sueltos cubrían su rostro; si vestía con un lienzo blanco y trenzaba sus cabellos, la noticia significaba la victoria de alguna batalla. También eran llamados tequihuatitlanti -embajador tequihua- y existían otros mensajeros llamados iciuhcatitilanti -mensajero que va de prisa- que desempeñaban las misiones urgentes.

  Una de las funciones más importantes de los correos mexicanos, era la de anunciar la muerte de los monarcas á todos los vasallos del imperio. He aquí lo que dice respecto á este punto un historiador: "Cuando al emperador sobrevenían síntomas de una próxima muerte, se cubrían con un velo las estatuas de los ídolos que representaban á Huitzilopochtli y Tezcatlipoca, y en los momentos en que dejaba de pertenecer al número de los vivientes, salían correos ó mensajeros para todos los puntos del imperio, con la orden de invitar á los feudatarios y nobleza á que asistiesen á los regios funerales." 

  Si se atiende á que, conforme asegura el autor malli al brazo, blandiendo el macuálhuitl, trenzado el cabello, ceñido un lienzo blanco y haciendo gentilezas." A estos mensajeros les llama Sahagún los tequipantitlanti; pero evidentemente está equivocada la ortografía, cómo la mayor parte de las palabras mexica de la impresión de su historia, porque esta voz significa mensajero afligido: debe ser Tequihuatitlanti, que quiere decir embajador tequiliua, porque para llevar tan faustas nuevas debían escogerse guerreros principales. Oída la noticia por el tcculitli, no le daba asenso desde luego, y hacía guardar á los mensajeros, que recibían por castigo la muerte si aquélla resultaba falsa. Más después que se habían contado los cautivos y podían enviarse los pormenores de la campaña, se mandaban nuevos tequiliuatitlanti, que en este caso ya, dice el mismo Sahagún, que eran capitanes, y se daba libertad á los primeros."

  Organizado el correo de México para el exclusivo servicio del Estado, no podía, por ningún motivo, tratarse de tarifas, de portes, de franqueo, etc., etc., como tampoco ninguna de estas cosas fue conocida en los correos de los antiguos romanos, sino solamente los edificios que marcaban las etapas de sus ejércitos, aprovechados después dichos edificios para el paso de los correos. En esto los mexicanos superaron al pueblo romano, porque aquéllos construyeron las torrecillas ó postas exclusivamente para estación de los correos en las rutas más extensas, y los segundos sólo se sirvieron de sus etapas, construidas con otro propósito que la conducción de las comunicaciones; de lo cual se infiere que de entre ambos pueblos, el mexicano da mayor importancia á la institución postal, aunque el romano haya alcanzado en ella mayor perfección, por la gran suma de elementos de que pudo disponer, entre ellos muy esencialmente los medios fáciles de transporte, como los carruajes y los caballos de silla, que no conocían los mexicanos.  

Y a propósito del tema de los paynani, se está organizando la carrera de relevos El Pescado de Moctezuma.

Fuente:

Velarde, José. Apuntes y documentos para la historia del Correo en México. Imprenta de Ignacio Escalante. México, 1908.

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