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martes, 6 de septiembre de 2011

Tarimoro, lugar de sauces; estado de Guanajuato.

968.- Uno de los objetivos que nos trazamos hace un par de años fue conocer, y dar cuenta en El Bable, de cada uno de los 46 municipios que conforman al estado de Guanajuato. aun no acabamos de recorrerlos, la zona serrana, al noreste, la Sierra Gorda guanajuatense se nos ha complicado cada vez más, pero, mientras vemos como llegamos hasta allá, nos trasladaremos a un lugar más accesible: Tarimoro.

En 1904 don Pedro González escribió en su Geografía de Guanajuato algo que no ha cambiado en mucho en estos más de 100 años: "Tarimoro, lugar bien sano, es un pueblo precolonial muy antiguo, situado sobre el camino carretero que de Celaya se dirige a Acámbro por el Puerto de Ferrer, éste en la falda meridional de la Sierra de los Agustinos. El punto llamado El Aguacate, donde había unos manantiales que se extinguieron, conserva indicios de su primitiva fertilidad, de donde dimana el nombre del sitio ocupado por Tarimoro, tradicional nombre tarasco que significa lugar de sauces..."

Notamos aquí lo que es la apacible provincia mexicana, lugar tranquilo, sin prisas, limpio y que nos deja ver la cara amable que México tiene. Tarimoro tiene un excepcional templo, uno de los más bellos que hay en el estado, aunque la elección es difícil pues son varios los que se han levantado con características inigualables, para verlo entra aquí.

Tarimoro tiene designado como su santo patrono al Arcángel San Miguel, su fiesta grande es el 8 de mayo, cuando se festeja la aparición del arcángel, una de las tradiciones más antiguas de la Iglesia Católica, pues data del año 492, es decir, tiene 15 siglos de existir.

Tarimoro, como todas las poblaciones del estado de Guanajuato y, en general, de todo México, está lleno de color. Haremos un recorrido por este pueblo, el color brotará por todos lados, veremos la vieja costumbre de poner una bandera roja anunciando la venta de carne. Veremos también montones de cacahuates a la venta, ya que por este rumbo hay una producción grande de ellos. Ni que decir de la desgranadora, del trinche y de la rueda de carreta que encontramos. En fin, te darás cuenta de que por Tarimoro el tiempo pasa lentamente. Amerita una visita.



(Esta es la primera vez que encuentro una calle que lleva el nombre de don Porfirio Díaz!)

(Este es una especie de "poyo", si bien es un "palo", ya que cumple con la función de asiento a la entrada de una casa).






(A esto me refiero con lo de la bandera roja en las carnicerías.)



(Esta es una desgranadora... en septiembre, hace muchos años, me gustaba desgranar las mazorcas, había en "El Bable" de distintos tamaños, solo que, era habitual que salieran ampollas, de esto, ha pasado mucho, mucho tiempo).


(De las fundaciones más antiguas en el estado de Guanajuato, 1564).

lunes, 5 de julio de 2010

Hacienda de Panales, municipio de Tarimoro, Guanajuato.

Tarimoro formó parte de una de las primeras encomiendas entregadas en lo que actualmente es el estado de Guanajuato, la de los López Carrillo que luego se volvió López Peralta, fue también parte de un seguro pleito por propiedades entre los conquistadores que obtuvieron tierras, el caballero del Lagarto (Jerónimo López –el viejo-) y Hernán Pérez de Bocanegra, todo esto en la segunda mitad del siglo XVI.


Y en lo que fuera la extensa propiedad pasó, lo mismo que pasó en prácticamente toda la Nueva España, que vinieron ventas, adiciones, herencias, sucesiones, unas efectivas, otras truncas y comenzaron a ser más numerosos los propietarios, ya para finales del siglo XIX, una vez declarada la desamortización del clero a raíz de las Leyes de Reforma, en el municipio de Tarimoro se contaban las siguientes Haciendas con su respectivo número de habitantes:


Cacalote, 254

Huapango, 344

Jamaica, 357

La Condesa, 326

Noria, 349

Panales, 421

Remedios, 199


Con estos datos, obtenidos de la Geografía Local de Pedro González, publicada en 1904; la cual a pesar que no dice de donde obtuvo las cifras, pero que seguramente, dado que don Pedro era persona importante para el gobierno estatal en turno, además de miembro de la Sociedad de Geografía; supongo que estos datos y todos los que vierte de cada uno de los 4 municipios en que se divide Guanajuato, vienen del censo realizado en 1900. si alguien por ahí dice que estoy errado al anotar 47 municipios siendo 46, diré que sí, en efecto, actualmente son 46, pero en 1900 habían dos más: La Luz, ubicado ente el cerro del Cubilete y la capital del estado y Pozos, al sur de San Luis de la Paz; Villagrán aun no se había erigido como municipio, era un pueblo, parte de Cortazar y se llamaba El Guaje.


Algo curioso en el censo son los nombres de algunos de los municipios guanajuatenses. Pozos no se llamaba así, sino Ciudad Porfirio Díaz. San Felipe Torresmochas se llamaba, en consecuencia y con alguna idea de democracia, equidad, en este caso, se llamaba Manuel González. En el caso de lo que conocemos como Ciudad Manuel Doblado, esta era más conocida como San Pedro Piedragorda. Pero veamos el caso específico de Tarimoro:


La población total del municipio era, en 1900, de 11 441 habitantes; se dividían en 2 619 asentados en la cabecera; 2 250 que vivían en 7 haciendas; eran 57 ranchos con una población de 6 572 moradores. Con este ejercicio nos damos cuenta claramente de cómo era México durante, prácticamente todo el siglo XIX, con una población eminentemente rural que abarcaba las tres cuartas partes de la población total del territorio nacional. (1)


La primera crisis que vivió el sistema de haciendas creadas durante el virreinato fue a consecuencia de la guerra de Independencia, 11 años en que los campos fueron desatendidos, en que los saqueos se daban continuamente, esto era cosa común en la región del Bajío. Siguieron dos décadas de “calma chicha” en donde medio se recuperaron, pero, la intervención francesa, el segundo imperio, la guerra de la Reforma, trajeron desestabilidad nuevamente. Recordemos que en el Bajío hubo levantamientos antes de lo que todos conocemos como Cristeros en los años veinte del siglo XX, pues para finales del XIX, fue cuando se iniciaron esos enfrentamientos que fueron bautizados con ese nombre. (2) El resto de la historia creo lo sabemos, el fin del porfiriato, la Revolución y su consecuente reparto agrario.


“El primer ejido que se creó en el municipio fue de la Cañada de Tirados, enseguida el de Charco Largo en 1926 y durante el período comprendido en la siguiente década, fueron favorecidas con la dotación de tierras las comunidades de San Nicolás de la Condesa, La Moncada, Panales, Jamaica, Galera de Panales, San Juan Batista Cacalote, Providencia de Cacalote, La Cuadrilla, El Acebuche, La Noria y Tarimoro”. (3)


Con este panorama, dispongámonos a ver cuales fueron las consecuencias de todo este reparto agrario y la destrucción de la riqueza arquitectónica que abundaba en número que llegaba casi al millar en el estado de Guanajuato. Estos son dos ejemplos, casualmente se encuentran uno del otro. Panales, la que era la Casa Grande de la hacienda fue seccionada en su totalidad y fuera de algunos muros, no queda más. En cambio, la Galera de Panales, propiedad privada, ha sido renovada, dignificada y nos sigue dando razón de lo que fueron las monumentales haciendas guanajuatenses.




Aquí comienzan las fotos de Galera de Panales, las anteriores son las de la ex hacienda de Panales… y estamos por conmemorar cien años de la Revolución… cien…






Fuentes:


1.- González, Pedro. Geografía local del Estado de Guanajuato. Ediciones La Rana. Guanajuato, 2004.


2.- Rojas Garcidueñas, José. Salamanca, recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1984.


3.- Cornejo Rubio, Aurelio. Monografía de Tarimoro

http://www.tarimoro.com.mx/modules/mastop_publish/?tac=Los_Cristeros




sábado, 26 de junio de 2010

Nocheztli, la sangre de la tuna

Recuerdo que hace algo así como veinticinco años me adentré, al grado de no hablar con nadie, en una lectura que me transportó al mundo de los aztecas, se que era una novela, que era del tipo Bestseller y que por lo tanto tenía una intención de vender. Pero al igual, hacía poco que me había apasionado con Jacques Soustelle y su Vida cotidiana de los aztecas, me refiero a Azteca de Gary Jennings.


Si te pasó lo mismo que a mí recordarás que hay un episodio en el que el personaje central se va a las costas de Oaxaca en busca de ese caracol que producía un tinte muy especial. No se si ese fue un error, seguramente existe un caracol que se use como tintura, pero, por aquello de la asociación de ideas, hace poco, caminando por una hacienda a la que le falta solo que se roben dos piedras, y que si no lo han hecho es porque están muy pesadas, encontré unos nopales sangrantes, nunca los había visto, pensaba que solo con las condiciones climáticas de Oaxaca se darían, pero los vimos aquí, en el municipio de Tarimoro, Guanajuato.


Del Nocheztli hay datos en su Historia general de las cosas de la Nueva España fray Bernardino de Sahagún en donde dice "Al color con que se tiñe la grana llaman nocheztli, quiere decir, sangre de tunas, porque en cierto género de tunas se crían unos gusano que se llaman cochinillas, apegados a las hojas, y aquellos gusanos tienen una sangre muy colorada, ésta es la grana fina que es conocida en esta tierra... A la grana que ya está purificada y hecha en panecitos, llaman grana recia o fina, véndenla en los tianguis hecha en panes, para que la compren los pintores y tintoreros".


Siglos más tarde, Friedrich Heinrich Alexander von Humboldt en su Ensayo político del reino de la Nueva España escribe sobre la cochinilla: “La cría de la cochinilla (grana nochiztli) en Nueva España remonta a la más alta antigüedad, probablemente antes de la incursión de los pueblos toltecas. En tiempo de los reyes aztecas, la cochinilla era más común que hoy día, y había nopalerías no sólo en el Mixtecapan (la Mixteca), y en la provincia de Huaxyacac (Oaxaca), sino también en la intendencia de Puebla y en los alrededores de Cholula y de Huejotzingo. Alrededor de la ciudad de Oaxaca, principalmente cerca de Ocotlán, hay haciendas que tienen de 50 a 60,.000 nopales plantados en filas como magueyes de pulque. Sin embargo, la mayor parte de la cochinilla que entra al comercio la dan las nopaleras pequeñas pertenecientes a indios pobres”.


Cuando íbamos por los primeros artículos en El Bable, apareció algo relacionado con las tinturas naturales, la orchilla que hubo, en algún tiempo, en la Baja California Sur, si te interesa leerlo, es aquí:

http://vamonosalbable.blogspot.com/2009/01/la-orchilla-y-la-colonizacin.html



domingo, 13 de junio de 2010

La parroquia se San Miguel en Tarimoro, Guanajuato, joya indiscutible de las artes decorativas del Bajío.

Adentrarnos a la historia de Tarimoro significa irnos hasta la primera repartición que se hizo del actual estado de Guanajuato, y saltan a la vista los nombres de dos conquistadores de la Gran Tenochtitlán, mismos que heredaron a sus hijos las enormes posesiones que tenían en esta parte de la ya nombrada Nueva España, Hernán Pérez de Bocanegra y el Caballero del Lagarto, Jerónimo López se ligan a esta parte del Bajío: Tarimoro.


De toda esa historia, daremos cuenta más adelante, lo que hoy domingo haremos es visitar uno de los templos más bellos que hemos encontrado recientemente, el de San Miguel. Su armonía es tal, que difícilmente te la podré describir, afortunadamente los productos SONY son cada vez mejor y los resultados de estas fotografías hablarán por si solos: una auténtica maravilla hay en Tarimoro, Guanajuato.


Fumosi a Tarimoro atraídos por la idea de que encontraríamos muchas haciendas y muchos vestigios de las primeras encomiendas, al llegar al pueblo y ver su ritmo de tranquilidad y sosiego nos agradó de tal manera que de inmediato nos mimetizamos. Andar reposado, sin prisas y, como establece la tradición, visitar la parroquia para llevarnos la gratísima sorpresa de un recinto, sencillamente, espectacular.


Cuando vengas al Bajío, llegando a Celaya, verás que hay una carretera que sale hacia el sur con destino a Acámbaro, antes se pasa por Salvatierra, y antes de ella, está la desviación, en el segundo puente que encuentres, hacia Tarimoro, es a la izquierda, para más seña. La visita bien vale la pena para tan solo admirar esta auténtica joya de las artes decorativas propias del Bajío.




Me llamó sobremanera esta pintura, su idea es bastante clara, pero al verla es totalmente confuso lo que allí se admira, o más bien diré, es totalmente impactante. Una especie de Cardenal, que igual se parece a don Miguel Hidalgo que al cura de Ars, Juan María Vianney. La escena nos desquicia más al ver a LA PATRIA, arrodillada con el escudo republicano. Creo amerita hagamos un acercamiento.


El cuadro no tiene fecha ni firma tampoco. Creo que amerita hacer un estudio iconográfico, es sorprendente… ¿no lo crees?


A Tarimoro fuimos recién pasó la festividad de San Isidro Labrador, al cual, como en la mayoría de las parroquias de una buena cantidad de ciudades del Bajío que viven gracias a la agricultura, se le levanta su altar especial, y se le hace la novena correspondiente, este trabajo de floristería merece mención especial.


















Y si conocimos Tarimoro, fue gracias a que mi hermana, Imelda, nos patrocinó el viaje, así que si te agradaron estas fotos, recuerda que ha sido gracias a ella, muy estimada hermana. Y creo, la verdad, que si decides pasear por el Bajío, debes incluir un par de horas, al menos, en Tarimoro.