En el recorrido que habitualmente se hace al interior del Castillo de Chapultepec, hay, en la Sala 11 un par de murales que contrastan en concepto y en colorido el uno del otro, si bien, ambos engloban un solo tema: La Revolución.
Al entrar en la sala nos llama la atención el mural de intenso colorido y de manufactura impecable en el que el punto focal es la bandera nacional enarbolada por Francisco I. Madero pero, a la mitad de la sala nos damos cuenta que frente a él está otro mural, más sobrio y un tanto cuanto siniestro en donde nos relata a la izquierda esa esclavitud que se vivía a finales del XIX y principios del XX, destaca al fondo la Tienda de Raya, en el pináculo de la opresión y el abuso.
Del lado izquierdo vemos a los personajes principales, los del primer círculo, todos de bombín y de elegante presencia, más aun la primera dama, María Fabiana Sebastiana Carmen Romero Rubio Castelló, mejor conocida como Carmelita; destaca al fondo de ellos uno de los tantos arcos triunfales que en honor de don Porfirio se levantaban por todos lados del país.
Carmen Romero era hija de Manuel Romero Rubio, quien fuera el Secretario de Gobernación durante los primeros once años de gobierno de Porfirio Díaz, esto, seguramente era parte de la dote que se dio en ese matrimonio.
Este es el mural conocido como "Sufragio efectivo, no reelección". Aparece, como es costumbre en la obra de O'Gorman una multitud de personajes, los participantes en ese momento histórico, que fue la entrada desde Chapultepec al centro de la ciudad de Madero, lo que luego desencadenaría el episodio conocido como La decena trágica.
Dentro del equilibrio que guarda el mural vemos los conceptos muy bien marcados de bien y de mal, pues del lado derecho aparen los poblanos Carmen, Aquiles y Máximo Serdán, encima de esa especie de puerta de donde salen, aparecen unas palomas, símbolo inequívoco de la paz.
Un hermoso y muy bien logrado caballo blanco desarrolla O'Gorman en la escena central, montado en él va Madero. Me llama la atención encontrar esto, al parecer una constante en la obra del maestro O'Gorman, un perro labrador. Creo es de él. Recuerdo haberlo visto también en el mural que realizó en la Bibilioteca Municipal de Pátzcuaro. No estoy seguro si en el mural que hay de él en el Aeropuerto, La conquista del aire por el hombre, aparece también un perro, recuerdo el murciélago.
En la parte izquierda vemos a dos científicos: Pedro Lascuráin, el que fuera Presidente de la República por tan solo 45 minutos, entregándole la banda presidencial a Victoriano Huerta, el que mandara matar a Madero. Encima de ellos aparecen un par de hienas.
Y en uno de los pasillos, en la parte alta del Castillo, justo donde fueran las habitaciones de don Porfirio y su familia, encontramos este busto en mármol que lo refleja perfectamente.
Así como el de la distinguida Carmen Romero... a que tiempos aquellos!
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