martes, 26 de febrero de 2013

Por los caminos del estado de Hidalgo y sus infinitas maravillas.

       Hoy es el día 17 del recorrido, estoy de vuelta en Jilotepec, ayer por la tarde llegué de un recorrido muy interesante que hice por el estado de Hidalgo, más concretamente por el valle del Mezquital, sitio por el que una vez pasé cuando iba rumbo a Actopan, recordarás que en su convento agustino nos maravillamos. Aquella vez llegué por casualidad pues me quedé dormido en el camión en el que iba y cuando me dí cuenta ya estaba muy lejos de la entrada a la zona arqueológica de Tula, así que, dice el dicho que "encarrerado el ratón...", me seguí hasta Actopan para quedar verdaderamente deslumbrado, ahora recorro parte de ese camino pero con más calma y con un poco de mayor información de los lugares que visito.

    Todo viaje, por corto que sea, siempre nos dará la oportunidad de descubrir algo. Una de las cosas que no me agradan es que de un tiempo para acá, a todos los autobuses les han puesto cortinas. El sol nunca me ha molestado, al contrario, lo disfruto, como disfruto el ir viendo todo el panorama que se va presentando a lo largo de la carretera, como aquí, cuando vamos entre San Agustín Soyaniquilpan y Carranza.

    Algo que hay, cercano a Tula, es el cerro del Xicuco, su forma es verdaderamente curiosa, no la puedo definir, no es cónica, sino como un chipote, o un pezón, lo interesante de este cerro es que se ubica casi en mitad del valle, ranchos y pueblos han crecido en su rededor, por lo tanto, el sistema carretero también. Dependiendo del lugar en donde te encuentres lo verás de frente, como en Tula, o de un lado, como ahora lo vemos en la carretera entre Tula y Tlahuelilpan, luego lo verás del otro lado, andando por el rumbo de Mixquiahuala. Volverá a aparecer cuando bajas de Alfajayucan a Tepetitlán.

    Aquí podemos ver más claramente el perfil del Xicuco, leo por ahí que quieren que este pico sea vuelto área protegida, sería lo más adecuado, no dudo que para el pueblo Tolteca, cuando hicieron su asentamiento en Tula le hayan dado la debida importancia a la ubicación del cerro y su relación con los edificios en el centro ceremonial. Eso lo veremos en su debido momento.

    Aquí voy en mi lugar favorito, el asiento 4, es donde tienes mejor panorama, tanto a la derecha como al frente, pero, en este caso y al parecer es cosa común por el rumbo, las rutas de los autobuses son tan largas, o mejor dicho, pasan por tantos pueblos, que cubren totalmente el parabrisas, así que, la "mítica" regla de que ese es el asiento adecuado, no funcionó en este caso.

    De pronto esperaba un "micro" para ir de Tlahuelilpan a Mixquiahuala y pasó uno que no iba directo, sino que entraba a una buena cantidad de pueblos, en ese me fui, media hora más de camino bien vale la pena pues me da la oportunidad de ver más pueblos, como este que no recuerdo como se llama. Agreguemos que los pueblos de esta zona tienen nombres en ñahñhu (otomí) y son un poco complicados para pronunciar y más aun para recordar.

    Allá al fondo vemos los términos del valle del Mezquital. Tenía la idea que este valle estuviera desierto y lleno de cactáceas, pero no es así, es bastante fértil, en buena cantidad de predios había siembras, como aquí, por el rumbo de Mizquiahuala.

    Resulta ser que hay cabeceras municipales que están tan cercana la una de la otra que se vuelven un todo, esto sucede justamente entre Mixquiahuala y Progreso, me baje en el segundo pueblo, pero iba al primero, así que fue cosa de caminar un par de kilómetros para llegar a donde iba, esa población que, como te lo comenté, está llena de color.

    Y seguimos por la región. Con este anuncio, el tipo de negocios que vi y las escenas más que claras que se ven por todo el camino queda bien claro la vocación agrícola de la región del valle del Mezquital.

    Vamos un poco más al norte, antes de llegar al entronque de la carretera que sigue para Actopan y la que va para Ixmiquilpan, aquí aparece otro cerro de forma particular, pero no sé cuál será su nombre.

    Y esto es común, no solo en los caminos de Hidalgo, sino en los de todo México. En los que van apareciendo los vendedores ambulantes, en este caso vendedores carreteros, como estos de agua de coco y  cocos.

    Por aquí vamos ascendiendo a la sierra, el paisaje comienza a tornarse agreste, con muchas piedras y vegetación más tupida, toda del tipo del semidesierto, como lo son distintas variedades de cactus, muchos garambullos, nopales, magueyes y órganos.

    Hay muchos vestigios por el camino, haciendas abandonadas, capillas, algunas abandonadas, destruidas, otras dentro de sembradíos, algunas, muy pocas, rescatadas. Esta que vemos es una pequeña hacienda que vi en el camino entre Ixmiquilpan y Cardonal.

    El camino que sigue ascendiendo...

    Estamos ya más cerca de la sierra, el panorama, como  lo comenté en un artículo anterior, me da la impresión de una semejanza con la Sierra Gorda, y claro, estamos ya muy cerca de ella.

    En esta toma te darás una idea de como comienza a serpentear el camino rumbo al Santuario de Mapethé, el cual, por cierto, debes de incluir en la lista de sitios pendientes de visitar.

    No pretendo descubrir el hilo negro, pero este camino que se me hizo largo e interesante es de apenas 27 kilómetros, claro es, cuando se ven por primera vez las cosas se pierde en mucho el sentido de la distancia, en ocasiones también del tiempo.

    Hasta aquí llegué en el municipio del Cardonal, más arriba en la sierra, hay una cabecera más, la de Nicolás Flores, solo que, la verdad, ya no quise aventurarme más allá, el panorama era bien agradable, mucha soledad y silencio.

    Así de solitario y de silencioso el rumbo...

    Y como en todo pueblo de México, por remoto que esté, siempre llegará una "micro", (prefiero decirle combi), que te llevará a otro punto igual o más interesante.

    Esta es la delegación Bingu en el Cardonal, el letrero dice: "nombre castellanizado que significa 'casa entre las espinas o cactus'. Su fundación fue en el año de 1957, actualmente se compone de cuatro secciones". Esto se llama identidad.

    Y seguimos por estos caminos llenos de sorpresas, ahora nos dirigimos de Ixmiquilpan rumbo a Alfajayucan, es domingo, hay poco movimiento en la carretera.

    Entramos de nueva cuenta al valle del Mezquital, por esta zona hay muchos balnearios, creo que todos son de aguas termales. Indudable la abundancia de agua, por lo tanto no es de sorprendernos lo verde de sus campos, veo también varias capillas a lo largo del camino, de las antiguas levantadas seguramente por franciscanos.

    Y también vemos capillas de las nuevas, esas que la fe y las creencias católicas construyen y siguen apareciendo por todos los caminos.

    Y vamos ya en la última etapa del recorrido, una especie de circuito que hice en torno al cerro del Xicuco, aquí vamos descendiendo de nuevo, de Alfajayucan a Tepetitlán, sitio en donde hice una escala pues hay allí un templo y parte del ex convento franciscano de San Bartolomé Apóstol. Luego de visitarlo y desayunar, continué a Tula.

    Y llegamos a la zona urbana, dejamos atrás la paz y tranquilidad de los poblados un poco escondidos. Estamos ya en Tula, ciudad que desconozco cuantos habitantes tenga pero que hay un fuerte movimiento y tránsito de gentes y vehículos, seguimos el camino para concluir esta visita al valle del Mezquital. El material que acumulé fue mucho, tendremos que estudiar más sobre el estado de Hidalgo, verás dentro de poco en El Bable, las cosas hay por acá y que todas, me sorprendieron favorablemente.

Te lo dije, aquí la vista frontal no es tal...
   
   Esta es una de las casetas de la autopista Arco Norte, con sus simbólicos arcos azules, nos estamos aproximando a la ciudad de México... ¿o mejor evito la enorme mancha urbana? Aun no lo decido.

2 comentarios:

  1. Algo que también admiro de ti, es lo buen fotógrafo que eres. Tus fotos son de una nitidez excepcional.
    Felicidades!!
    Muchos saludos.

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  2. gracias por tu visita a nuestro valle, auque viste muy poco, te falta mucho por
    disfrutar, su comidas sobre todo

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