jueves, 21 de marzo de 2019

Aquella gloria que fue el sistema ferroviario, que ahora se encuentra en el olvido

   Esta imagen, que logré en el Street Finder de Google Maps, es por el rumbo de la confluencia de los estados de México e Hidalgo, al lado izquierdo vemos con claridad algo que normalmente veía en Salamanca, lo digo en pasado pues ahora, con la construcción de la nueva vía para acceso directo a la planta armadora de Mazda, en el nuevo encarpetado que hubo, luego de terminar esa nueva vía, aquello que eran vestigios del primeros tendidos de Ferrocarril del tipo "vía ancha" igual que "vía angosta" desaparecieron. En esta toma los vemos con claridad, el angosto está -claro es- al centro, luego viene el "normal", sigue el "ancho". Sale de sobra decir que este tendido no está en uso, razón por la cual desaparece en el asfalto. Creo era el tren original a Puebla y Veracruz, creo, insisto.

  Ahora lo que vemos es el tendido que había en Puerto Morelos, sí en la Riviera Maya, en donde hubo trenes, más que de vía angosta, del tipo Decauville, de ellos no queda (lamentablemente) ni el recuerdo.

  Ahora vemos eso que había en Salamanca, los claros vestigios de los tiempos dorados de cuando el Ferrocarril era la tecnología de punta que pasó de la vía angosta a la vía ancha, para luego convertirse en la vía de trocha convencional que es la que hasta nuestros días se está usando. Dejo las siguientes imágenes como testimonio de lo que una vez hubo en Salamanca, en el Estado de Guanajuato y en buena parte de la República Méxicana.







  Esta imagen no es en México, aunque está a tan solo cien o doscientos metros la frontera, justo por donde será levantado (dicen) el Muro que dividirá la California mexicana de la California norteamericana, es decir, la Alta de la Baja California.

  En esta imagen vemos dos anchos de vía, construidos de una forma distinta, como lo podrás notar en el riel del lado izquierdo, corresponde a la mina Estrella en Tlapujahua, Michoacán.



  Hace cien años el Ferrocarril era el transporte más moderno, más rápido, más eficaz que había, ahora los trenes y las vías, cual ancianos abandonados en algún rincón de nuestras casas, permanecen en el abandono, en el olvido, consumiéndose en la vejez, en el tiempo y, lo peor, en el olvido.

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