En una de esas casualidades de la vida, esta mañana que llegaba al Colegio de las Vizcaínas a consultar en su archivo histórico cuando reconocí de inmediato un detalle de la construcción justo al frente del Colegio, esa hornacina transformada en ventana.
La autora refiere en la página 176: "¿Ve usted esta bella hornacina? Albergaba a San José desde el siglo XVII, en un añejo edificio de Vizcaínas 22. Al transferirla a una nueva construcción, perdió su figura central y ahora sirve ¡como marco de una ventana!"
Seguiremos a la búsqueda de más detalles escondidos en las siempre interesantes calles de la Ciudad de México.
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