Cuando tienes la oportunidad de salir de México y conocer otras latitudes te das cuenta de algo que existe en buena parte el mundo, o al menos de esa parte del mundo que yo conozco, la cual es que México, dígase lo que se diga y nos quejemos de todo lo que nos quejamos en México, como país y más bien como pueblo tenemos una muy buena imagen en el exterior. Hay un cierto cariño, una cierta admiración de mucha gente hacia México y uno de los ideales es conocerlo. Esto yo lo he experimentado y lo he corroborado a leer blogs de gente mexicana que anda por diferentes lugares del mundo. Y sucede que hay en algunas ciudades de otros países cosas que nos representan, de las cuales ni estamos enterados, por ejemplo que hay un monumento al ex presidente Adolfo López Mateos en Manila, Filipinas... o ese cardón que quedó como herencia para la ciudad de Sevilla y que fue el símbolo del pabellón mexicano durante la Expo 92. Y ni que decir de los muchos monumentos a Miguel Hidalgo que hay en ciudades como Madrid, Guatemala, San José de Costa Rica, Lima, Los Ángeles, San Francisco y Chicago o el monumento a Cuauhtémoc en Río de Janeiro. Y de lo que ahora vemos apenas me entere ayer al estar escribiendo el artículo sobre la llegada del café a México.
Resulta que durante el reinado de Luis XIII de Francia, en 1635, se creó el Jardín Real, por Guy de la Brosse, médico de cabecera del rey. Este incluida, tengo entendido, una sección de plantas medicinales, supongo que con la intención de tener a la mano todo tipo de planta, conocida hasta entonces, que tuviera algún poder curativo para que los médicos del rey hicieran la pócimas adecuadas para mantener saludable tan importante persona. Luego de la Revolución se le renombra como Museo de Historia Natural, esto debido a que el jardín contaba con un magnífico edificio en el que se habían estudiado diversos campos de las ciencias. Para 1834 el artista francés Charles Rohault de Fleury diseña y construye el llamado Invernadero, que al poco se le agregó la especialidad de contener cactáceas llevadas de México y en la actualidad se le conoce como el Invernadero Mexicano.
Fue construido con metal y vidrio, en el diseño de vanguardia de la época. Ahora bien, ¿cuándo decidieron colocar allí las cactáceas de México y por ordenes de quién? eso habrá que averiguarlo, en todos los sitios que consulté solamente hacen referencia del Invernadero Mexicano, del artista Rohault de Fleury. Las siguientes son distintas tomas de tan particular obra que hay en París y que hace mención de México.
En una guía de viajes, encontramos la siguiente descripción: "Durante el reinado de Luis XIII fue creado el Jardín Real de Plantas Medicinales siendo hoy uno de los organismos científicos de Francia y es uno de los más antiguos de Francia Este es el único jardín botánico de París, un espacio entre el campo universitario de Jussieu, la Mezquita de París y el Sena, compuesto por 23 hectáreas ubicado en el 5º distrito, en pleno casco urbano de la ciudad. Según cuenta la historia, en 1626 los médicos personales de Luis XIII fueron los que iniciaron este inmenso jardín con el objeto de estudiar plantas medicinales. Posteriormente en 1640 también se implementaron clases de botánica, historia natural y química. Fue así que por este gran jardín botánico pasaron destacados investigadores como los especialistas en botánica Jussieu, el naturista Geoffroy Saint-Hilaire y el creador de la anatomía comparada el paleontólogo Cuvier, entre otros. Ya en tiempos de Luis XVI y debido al trabajo de Buffon y Daubenton el jardín fue ampliado convirtiéndose entonces en un centro integral de investigaciones y luego de terminada la Revolución pasó a llamarse Jardín des Plantes y en el año 1793 recibió el título de Museo Nacional de Historia Natural, teniendo como principal finalidad la conservación de las colecciones ya existentes, enriquecimiento con otras nuevas, además de la investigación, enseñanza y difusión de conocimientos en el ámbito de las ciencias humanas y naturales.
El lugar cuenta hoy con invernaderos a los cuales puede ingresarse por la puerta de la plaza Valhubert. Recorrer el lugar es realmente un paseo encantador ya que se trata de extensos rectángulos colmados de flores y más de 4500 especies de vegetales diversos. Cada uno de ellos se encuentra identificado y son los que se utilizan en la Escuela de Botánica. También es posible visitar el Jardín Alpino en una extensión de terreno de 4000 metros cuadrados donde crecen y se desarrollan más de dos mil plantas de montaña que han sido traída de diferentes lugares como los Pirineos, los Alpes, América del Norte y hasta del Himalaya. En el Jardín de Invierno se guardan celosamente las especies exóticas de países cálidos y húmedos como las bellas orquídeas, además de ficus y bananeros. En ese espacio también existen dos estructuras donde está el invernadero mexicano y el invernadero australiano. Luego de recorrer los invernaderos la visita puede continuar con un paseo por el Zoológico, uno de los más antiguos que existen en el mundo. Fue creado en 1794 y su tesoro más apreciado es la sección dedicada a las aves ya que cuenta con más de quinientas especies. Dentro del Museo Nacional de Historia Natural que funciona en este lugar se encuentran las galerías de Paleontología y Anatomía Comparada, la Gran Galería de la Evolución inaugurada en 1994 por Francois Miterrand,, donde se ilustra la vida en todas sus formas a través de embalsamados, los diferentes ecosistemas, la evolución de la vida y una sala especial con las especies amenazadas y otras desaparecidas. Es interesante además conocer la Galería de Mineralogía y Geología donde se destacan especialmente la Sala del Tesoro y la Sala de los Cristales Gigantes."
Vaya no sabía que hubiera choyas en el Jardin des plantes, merci beaucoup por la información :D
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