Ciudad de México, 1756. Esquina de San Andrés con Santa Isabel. “En el extremo occidental de esta calle, en su lado que mira al Norte, hay un grande edificio de no antigua construcción, ocupado con la Escuela de Comercio, y conocido con el nombre de Hospital de Terceros, porque realmente hicieron para hospital ese edificio los Hermanos Terceros del Orden de San Francisco. Este orden, muy antiguo en México, contaba en su seno multitud de personas de todas condiciones sociales en uno y otro sexo, y aun pobres de solemnidad. Era su principal fin dedicarse á la práctica de ejercicios de piedad; pero no excluía esto la ejecución de obras de misericordia, sobre todo con sus propios hermanos. Entre sus Estatutos, pues, contaba el de visitar a sus enfermos, nombrando para ello unos hermanos llamados visitadores, los cuales desempeñaban temporalmente este cargo.
No dejaban de conocer todos, y principalmente los visitadores, que el consuelo de la palabra y de la piadosa fraternidad, era cortísimo alivio para los pobres que carecían de todo humano recurso, y pensaron en formar un hospital en donde se curaran sus hermanos enfermos, que fuesen pobres de solemnidad, con exclusión de cualesquiera otros, hermanos ó extraños, que aunque ofrecieran pagar, no habían de ser admitidos en él.
Comenzaron los Hermanos la construcción del edificio en fecha que no podemos fijar; pero sí la de su conclusión, que fue en Mayo de 1756 y la de la capilla el año 1760; el día 6 de Diciembre se estrenó y bendijo, y en la misma tarde trajo á ella el Sr. Rubio y Salinas, al Santísimo Sacramento en procesión, con bastantes demostraciones de regocijo público.
El edificio es amplio y hermoso, de construcción moderna, con altos bastante elevados para situar en sus tres lados viviendas exteriores á manera de entresuelos, que arrendados fuesen parte del fondo dotal de la casa. Otra parte de él era la botica con despacho público situado en los bajos y entresuelo de la esquina de las calles de San Andrés y Santa Isabel. Pertenencias todas que tenían su entrada por las calles de su ubicación, con entera independencia del hospital. Las de la calle de Santa Isabel eran catorce, marcadas con los números ordinales del 1 al 14 para la cuenta del hospital, con independencia de la numeración pública de las casas; las de la calle de San Andrés cinco, numeradas del 15 al 19, y las del callejón de la Condesa otras cinco, numeradas hasta el 24.
En el centro del patio principal había una gran fuente de agua, y en su ángulo suroeste la capilla, tan amplia, que más bien parecía una iglesia por sí. En derredor del patio principal había viviendas para sirvientes y para el portero. En los altos estaban las enfermerías de hombres y de mujeres con la debida separación; unas hacia la calle de Santa Isabel y las otras al callejón de la Condesa; á la parte delantera las habitaciones del Mayordomo Administrador, del Médico y del Cirujano y la del Capellán. A la parte de atrás la ropería, despensa, cocina, y otras oficinas con las habitaciones correspondientes para los empleados que las servían, que con todos los otros formaban un total de catorce para asistir á diez y ocho ó veinte enfermos que por término medio había en la casa” (Marroquin, CA ciudad de México, Tomo 1, pp. 372-377).
Ciudad de México. 1907. Esquina de Tacuba con San Juan de Letrán. El 14 de septiembre de 1902 comenzó la construcción del Palacio Postal en la esquina de las calles que hoy se conocen como Tacuba y Eje Central, en el predio que ocupaba el Hospital de Terceros de San Francisco. El Palacio Postal es también conocido como La Quinta Casa de Correos, ya que la institución ocupó antes cuatro inmuebles ubicados en las calles Del Parque, Santa Teresa, San Francisco y Moneda, en el centro de la Ciudad de México.
La construcción del Palacio Postal duró poco menos de cinco años y estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari y el ingeniero mexicano Gonzalo Garita. Los estilos acordados para la construcción del edificio fueron el Plateresco e Isabelino y es por la combinación de ambos, que el estilo sea considerado ecléctico. El edificio de consta de cuatro niveles. Sus cinco fachadas están revestidas con cantera de Chiluca finamente labrada y en ellas sobresalen las gárgolas, farolas y el reloj monumental de manufactura alemana que fue ensamblado en nuestro país.
En el interior destacan, la señorial escalinata del recibidor realizada con mármoles mexicanos y herrería de bronce trabajada por la Fondería Pignone de Florencia, que también realizó los detalles de los pórticos y ventanillas. En el Palacio Postal se encuentran los frescos pintados por Bartolomé Gallotti, en la sala que lleva su nombre. Además, en su interior, destaca la Biblioteca Postal que resguarda documentos que permiten conocer la historia del Correo en nuestro país, desde el establecimiento del Oficio de Correo Mayor en 1580. En la torre principal de la construcción se encuentra el reloj monumental importado de Alemania y ensamblado en México, que mezcla mecanismos de cuerda con aparatos eléctricos y transmisiones hidráulicas con poleas, contrapesos y cables, así como un carrillón de seis campanas. (Tomado del portal de la SCT.)
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