Santiago de los Coras, Baja California Sur

En la plaza principal de Santiago se levanta un monumento a Francisco J. Mújica, Diputado Constituyente y Gobernador del Territorio Sur.

1697 es el año en que los Jesuitas fundan su primer asentamiento en la Baja California, Loreto fue ese lugar, de allí se inició la evangelización de la zona más desconocida de la Nueva España, poco mas de veinte años después esa penetración llega a la parte más sur de la península. “El 21 de julio de 1721 salió por mar del Presidio de Loreto, el Padre siciliano Ignacio María Nápoli, nativo de Palermo, Italia, con el fin de fundar en la “nación” de los Coras una misión dedicada a Santiago Apóstol, que fuera donada por don José de la Fuente Peña y Castrejón, Marqués de Villapuente”.

¿Coras en Baja California? Sabemos bien que el pueblo Cora vive en lo que actualmente es el Estado de Nayarit, sin embargo hay en la parte central de la punta sur de la península un área que fue habitada por un pueblo denominado Cora, sin que tenga una relación directa con los Coras de Nayarit, el nombre, según César Osuna Peralta, asesor del Cronista del Estado de BCS, se debe a que quizá “ese vocablo fue triado por pescadores de perlas que ocasionalmente llegaban procedentes de Matanchel o Bahía de Banderas, donde existía una tribu así denominada, y los cuales posiblemente descubrieron determinada semejanza entre los Coras nayaritas y nuestros nativos”. En cambio el padre del Barco dice: “Las mujeres usan, en lugar de red para cargas a sus hijos pequeños, una batea ovalada, honda, que se llama cora, que es una cuna portátil, más cómoda para los niños que la red”.

Un vestigio que hay en Santiago es esta chimenea que perteneció a algún trapiche, lugar donde se producía la panocha.

La fundación original de Santiago no es en el pueblo que ahora conocemos, sino varios kilómetros más al sur, en la orilla del Mar de Cortés, donde actualmente está el Rancho Buenavista, en el denominado Cabo del Este, a ese lugar los jesuitas lo denominaron la Ensenada de las Palmas, el 20 de septiembre del mismo año, 1721, el Provincial de la Compañía de Jesús en la Nueva España, Padre Alejandro Romano describe de esta forma la bahía, recuerda que eso que está describiendo es lo que vio en la zona que ahora se conoce como La Ribera: “No puedo hallar fórmulas bastantes para describir a vuestra reverencia la gran hermosura que Dios ha puesto en esta tierra nuevamente descubierta. No encuentro tierra en la que yo haya estado, para compararla”.

Fueron cuatro años que el Padre Nápoli vivió en la zona costera, la misión fue destruída pues el pueblo Cora no aceptaba del todo la presencia de los extraños. Allí se da un encuentro por demás extraño, algo que, en buena medida nos transporta a la leyenda de las Amazonas, el Padre Venegas lo relata así: “...se fue juntando de mano en mano cada día mayor número de gente nueva de dichos indios, a los cuales distribuía todo lo que había venido por mar. En ese tiempo apareció una india vestida de cueros de venado, muy buenos y pintados de muchos colores, acompañada de otras varias indias, que le hacían cortejo, como de damiselas; ella venía con gritos impresionantes haciendo varias coplas, y con un imperio, y mando admirable, tal que luego le cedió el mando el indio hechicero, y él con todo el número de gente la obedecían, como a una reina, y nos explicaron después que esta señora es la gobernadora general o reina de todo ese pueblo. Fue especialmente regalada por nosotros como reina y ella también correspondió con otro regalo de pieles de venado y de león y otros mazos de collares, bateas y muchas frutas, de las cuales venían cargadas sus criadas. Mandó luego la dicha reina que todas fueran por mas comida y luego vino tal cantidad de ella, que no teníamos donde ponerla…”

Para 1524 ubican un lugar junto a un gran palmar, que es el actual sitio donde se levanta ese pueblo. La visita a Santiago es esencial para adentrarnos en la historia, pero sobre todo, adentrarnos físicamente a la belleza de esta parte sur de la península. En el invierno el clima es fresco, muy agradable, hay establecimientos rústicos donde te puedes aislar de la vida moderna y convivir en pleno con la naturaleza. Santiago se encuentra a menos de una hora de San José del Cabo, si ves el mapa, notarás que en línea recta del lado del pacífico está Todos Santos, cruzando la sierra está Santiago y del lado del mar de Cortés la Ribera, es decir, esta es la línea imaginaria del Trópico de Cáncer.

Algunas casonas, pocas, han sobrevivido, en ellas podemos comprobar el esplendor que en algún tiempo se vivió en Santiago, donde la tierra es fértil, hay agua en abundancia y sus huertas producen además de frutas y algunas verduras, hierbas aromáticas, las adecuadas para darle un mejor sabor a la comida, razón por la cual al pasear por este entorno te llegarán algunos olores de lo más agradable. Indudablemente que la Baja California Sur tiene mucho que puedes descubrir, no te dejes deslumbrar por el oropel del “resort” en Los Cabos, adentro, en sus rancherías y pequeños poblados está el auténtico sabor de esta privilegiada zona de México.

Este es el orégano que crece en rededor de Santiago en forma natural, delicioso, claro está.

Y esta es la famosa Damiana, con la que se elabora té. Hay toda una leyenda en torno a esta planta, se dice que es afrodisíaca. Hay un licor que insisten es local, cosa que no es cierta, pues el licor de Damiana se produce en Guadalajara y, dicen, que luego de unas copas la libido crece, pero, seamos honestos, la libido crece con cualquier otro licor... Cuando vengas por Los Cabos, no te pierdas las Margaritas con Damiana... esas si son afrodisíacas.


Lo que aparece en letra cursiva lo tomé del libro Fundación de la Misión de Santiago Añiñí, Santiago de las Palmas o Santiago de los Coras. César Osuna Peralta. La Paz, BCS, 1980.