Me parece curioso que, de un tiempo para acá, sea por las nuevas tecnologías en la construcción de aviones, que por las nuevas confecciones de turbosinas, de pronto, el cielo del Bajío se ve, si bien no repleto, si con un tránsito aéreo considerable, quizá 4 o 5 aparatos cruzan, por hora ese cielo y las estelas que van dejando nos dicen que, efectivamente, hay una especie de camino trazado arriba, por el cual pasan esos aparatos, y ahora que la temperatura ha bajado, es aun más notorio. Aquí la muestra:
Esta toma ya no es en el Bajío, sino en la zona arqueológica de Dzibilchantún, Yucatán.
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