El Templo del Carmen en Celaya, la obra maestra de Tresguerras

Abigail Carreño, historiadora de Celaya nos dice que “la fachada mira al oriente, se compone de torre y pórtico que forman una sola pieza. La torre está compuesta por dos cuerpos, uno jónico y otro corintio y rematada por un capitel piramidal exornado de azulejos”.

Es innegable que cuando se habla de Celaya se menciona siempre a el más famoso de sus hijos, Francisco Eduardo Tresguerras, arquitecto, escultor y pintor representativo del siglo XVIII que consagró su arte con la tendencia del momento, el Neoclásico, llevando este estilo a su máxima expresión en el Templo del Carmen en su misma ciudad natal. Es también indudable que esta es su obra máxima, su obra maestra.

En el lado sur del templo, sobre la calle del Carmen, se levanta el monumento a Tresguerras, el ilustre arquitecto celayense que al poco tiempo dio su nombre al estilo Neoclásico tan arraigado en el Bajío, el cual se encargó de difundir y perfeccionar.

Wikipedia dice al respecto de su vida que “Francisco Eduardo Tresguerras (Celaya, Guanajuato, 13 de octubre de 1759—1 de agosto de 1833) Nacido con el nombre de Francisco Joseph Eduardo Maximiliano Fernández Martínez de Ibarra, hijo legitimo del señor Francisco Joseph Eduardo Fernández Tresguerras de la provincia de Santillana del Mar y de Maria Guadalupe Martínez de Ibarra, hija de un canónigo del cabildo de Morelia, bautizado el día 15 de octubre de 1759 en la capilla del Cordón de Nuestro seráfico Padre San Francisco de Asís, hoy la Catedral de Celaya, fue un prominente arquitecto, pintor, escultor y grabador mexicano del período colonial y primeros años de la independencia”. Tresguerras estudió filosofía en la Universidad Pontifica que existió en Celaya, pasó luego a la Ciudad de México en donde adquirió el título de Arquitecto. Dado que se desarrolló en distintas artes se le conoce como “el Miguel Ángel mexicano”, una de sus esculturas más famosas es la conocida como el caballito, para la cual, por cierto, tomó al mejor caballo que existía en la Hacienda de Jaral de Berrios en el norte del estado de Guanajuato, como su modelo.

La extraordinaria concepción de espacios que logró Tresguerras en el Templo del Carmen es tal, que desde el vestíbulo del templo el impacto visual es grandioso.

Ocupó el cargo de Director de Obras en Celaya, se encargo de embellecer la ciudad, ahora, cuando visitamos el centro histórico de esta población nos damos cuenta de la enorme influencia que Tresguerras dejó, no solo en Celaya, sino en toda la zona, pues su obra se puede ver aquí en Salamanca en el altar mayor del Templo de San Agustín, por ejemplo, pero también ejecutó obras en Querétaro, Guanajuato,San Luis Potosí, Pátzcuaro y San Miguel Allende, solo por mencionar algunas ciudades. Casó con dama celayense, tuvo cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, uno de los varones murió siendo niño, el otro tomó los hábitos, una de sus hijas casa con Marcelo Vélez, personaje nada hábil para los negocios que lleva a la perdida de la fortuna del Arquitecto, desaparece de Celaya y no queda rastro alguno de la descendencia del ilustre celayense. Muere en 1833 victima de la peste del cólera morbus que inundó el Bajío en la época de crisis que se sintió luego de la consumación de la guerra de Independencia.

En el vestíbulo existen cuatro pilas de agua bendita. El lugar es amplio y ventilado, de una pureza de líneas que vuelve impecable el concepto general de la obra.

El Templo Original del Carmen sufrió un incendio en el siglo XVIII, tiempo más adelante, fue asignado el Arquitecto Tresguerras para construir el nuevo templo, poniéndose la primera piedra en 1802, luego de cinco años de construcción y de cuidar el mínimo detalle en su manufactura, es consagrado y dedicado a Santa Teresa, una de las más importantes Santas de la orden Carmelita, cosa que sucede el 13 de octubre de 1807. Es curioso notar que el hecho de que un templo tenga un nombre determinado, no quiere decir que solamente se venera a ese santo o advocación, como en este caso el templo del Carmen, pero dedicado a Santa Teresa. Igual sucede aquí, en Salamanca que el templo de San Agustín está dedicado a San Juan de Sahagún.

Apenas ayer te contaba sobre la Stella Maris, la estrella de la mañana, el planeta Venus para ser precisos, aquí lo tenemos representado claramente a la entrada al templo. Nota que solo se maneja el fondo blanco, el dorado de los realces y el café, color característico del hábito Carmelita.

El Templo del Carmen merece una larga visita, su sobria fachada es elegante y proporcionada, al entrar nos damos cuenta del impecable manejo que el Arquitecto Tresguerras tuvo de la luz, logra crear la mejor obra del Neoclásico, rompe con los esquemas establecidos de las iglesias lúgubres y oscuras. El Carmen lo ilumina adecuadamente ubicando estratégicas ventanas que dan una magnífica luminosidad al templo. Lo pinta de blanco para hacer aun más fuertes los contrastes de luz y sombra, hace trabajos de pintura que engalanan aun más la belleza del templo. Celaya está orgullosa, definitivamente de su mundialmente conocida cajeta, pero el orgullo va mas allá cuando nos muestran el tesoro que guardan en el Templo del Carmen, una de las cosas imperdibles en la visita que hagas al Estado de Guanajuato.

Sin más palabras, te invito a que recorramos otra joya más que se conserva en el Bajío, indudablemente que la zona está llena de tesoros, de maravillas… date el tiempo y ven a comprobar que en persona es aun más impactante.