sábado, 14 de marzo de 2009

Petaca, otra de las palabras de origen náhuatl que enriquecen al idioma español.

Esta es una auténtica petaca. La encontré hace 14 años en un terreno baldío, en San José del Cabo, semi enterrada, resistió el paso del tiempo. Esta hecha de madera, recubierta con lámina. En su interior quedan pequeños vestigios de un papel decorado que cubría y protegía a la madera. Una joya, no cabe duda.

La etimología de esta palabra viene del náhuatl petlacalli, "caja de petate" y eran esa especie de baúles que se usaban para transportar cosas, en el imperio azteca.

Eran los tamemes quienes cargaban las cosas, no lo hacían al frente, sino llevando los bultos o petacalli encima de la cabeza en lagunas ocasiones, y normalmente, en la espalda, es quizá de allí que se deriva el uso que en México de denominar petacas a las nalgas.

Tameme viene de la palabra tlamama, “cargar”. Los tamemes eran entrenados desde pequeños, el promedio de carga era de 23 kilos y caminaban de 20 a 25 kilómetros por jornada, el historiador Miguel León Portilla los describe de la siguiente manera: “cargador entrenado desde la infancia, procedente de la clase de los macehuales, dedicado exclusivamente al transporte de mercancías en la cultura azteca”.

Cuando en la XEW los locutores de antaño anunciaban: "Desde la ciudad de los palacios a la torre Eiffel, todos viajan con las petacas de Miguel”, se referían a Miguel Fernández, "rey de las petacas y coco de los petaqueros”.

Miguel Fernández Días fue uno de los emigrados españoles, venidos de Santander que a fuerza de trabajo y empeño lograron desarrollar distintos negocios que se volvieron verdaderos emporios, él con la intuición nata por los negocios, luego de aprender el oficio, pone su propia fábrica de maletas en 1930, justo en la esquina de 16 de Septiembre y Bolivar, "La Numancia" se llamaba y su eslogan, único y contundente: “Para petacas, las mías”. Seis años después cambia de local a uno mas céntrico y con mayor tránsito de personas, el negocio cambió al peculiar nombre de: "El coco de los petaqueros. Para petacas… las de Miguel.”
El coco de los petaqueros llegó a tener hasta nueve tiendas; hoy solo quedan seis, pues el negocio ha bajado a causa de la competencia con la mercancía china, los ambulantes y el crecimiento de los centros comerciales.

Estas petacas son pesadas, sus interiores están bien conservados, incluyen compartimentos para colgar la ropa con pequeños ganchos. Todas recubiertas de terciopelo, unas maravillas en verdad.

Esta vez les quiero mostrar el esfuerzo de producción a fin de captar desde su mejor ángulo de lo que comentamos en El Bable. Creo los resultados al esfuerzo son buenos.

4 comentarios:

  1. Que buen post amigo Benja.

    Gracias por el esfuerzo. :)

    Ya no me toco el tiempo de las petacas, pero no estaria mal hacer una versión nostalgica de estas maletas, con ciertas ventajas modernas.

    Saludos

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  2. Saludos amigo Benja! ¿Lo que te refieres a Vasco de Quiroga y su idea renancentista es el intento de crear la Utopia de Tomas Moro?

    Esperamos el post. La foto del mural te la debo, no llevaba buena camara ese dia.

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  3. Con la cantidad de gruesas ropas que se usaba antes, no me extraña que tuvieran que ser petacas profundas, resistentes y tipo baúles. Eso sí, hermosas, dignas de coleccionar!
    Qué suerte tuviste al encontrarte una!

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    1. Fue una verdadero hallazgo haber tropezado con esta página. De hoy en adelante soy suscrpitor de ella. ¡Gracias!

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