Adentrándonos en la historia del suroeste de Guanajuato es irnos prácticamente al inicio de la repartición de tierras producto de la conquista española. Fue Martín Cortés quien llega en avanzada al norte de la Gran Tenochtitlán, lo hará después Nuño de Guzmán. Luego fueron entregadas las Encomiendas, es decir, poner a cargo de alguien cada uno de esos nuevos territorios. La región que conforman el sur de Guanajuato, el norte de Michoacán y el este de Jalisco le fue encomendada a Juan de Villaseñor y Orozco, la entrega se oficializa en julio de 1544 cuando el gobernador de la Nueva Galicia, Francisco Vázquez de Coronado le mercedó 14 estancias ganaderas, a las que agrega las obtenidas del Virrey Antonio de Mendoza.
El que actualmente conocemos como Río Lerma, fue nombrado en un principio Río Grande, era el que marcaba la frontera natural, antiguamente entre purépechas al sur y otomís al norte; luego sería la frontera que dividiría la Nueva España de la Nueva Galicia y fue ahí, en ese punto donde a mediados del siglo XVI se estableció un presidio, el cual controlaba el paso de un territorio al otro, su nombre original fue Pacueco. Es ahí donde comienza la historia de la que llegó a ser una enorme propiedad que por herencias y compra de tierras los descendientes de Juan de Villaseñor y Orozco lograron formar la Hacienda más grande de todo el occidente del país: la Hacienda de Santa Ana Pacueco. Hay que recordar que una Encomienda es precisamente lo que la palabra indica, cuando algo se pone al cuidado de alguien y una Merced era cuando las tierras eran otorgadas en propiedad.
Cinco de los innumerables sitios propiedad del encomendero Villaseñor fueron heredados a su hija, María Orozco, la cual al casarse con el capitán don García de Contreras y Figueroa unen sus propiedades, entre otras Apacueco con Corralejo y dan inicio a lo que será el gigantesco latifundio que fue heredado a sus hijas Leonor y María para luego ser adquiridas por Marcos García de Sotomayor y éste las hereda a su hijo Marcos García de Sotormayor, para 1631 la zona era ya conocida como Labor de Santa Ana Apacueco. “Murió Gabiel y pasó a su hija, Luisa de Castro, esposa de Pedro de Estrada, y de éstos a su hijo el capitán Alonso de Estrada Altamirano. Este capitán hizo grande la hacienda a base de compras, entre ellas la que efectuó el 7 de mayo de 1645 al adquirir 98 sitios, entre mayores y menores, y 213 caballerías a José Figueroa y Campofrío. Con 30 sitios de mayor y menor más 59 caballerías que eran de Pedro de Estrada Balbín, al que los compró. Hacia 1696 murió Alonso de Estrada Altamirano, y como no dejó descendencia y en su testamento dispuso que por partes iguales sus bienes pasaran a sus hermanos, estos decidieron vender la hacienda”.
Algunos años después, en 1702 la Hacienda de Santa Ana Pacueco es adquirida con uno de los hombres más ricos de la Nueva España, Pedro Sánchez de Tagle, sargento mayor del Tercio de las Milicias de México, Caballero de la Orden de Calatrava, prior del Consulado de México y marqués consorte de Altamira. Como lo vemos aquí, en la colonia el poseer títulos era sinónimo de riqueza y poder, más claro aun lo veremos con quienes fueron los siguientes propietarios de la Hacienda. “Al morir Pedro hereda la hacienda a su hija Manuela Sánchez de Tagle y su esposo Pedro Pérez de Tagle, terceros marqueses de Altamira, los que heredaron título de nobleza y hacienda a su hija, la cuarta marquesa de Altamira, doña Luisa Pérez de Tagle y Sánchez de Tagle, casada con don Juan Rodríguez de Albuerne y Miranda, oidor de las Reales Audiencias de México y Guadalajara, auditor general de Guerra, superintendente general de Azogues, caballero de la Orden Militar de Santiago desde 1751, consultor del Tribunal Supremo del Santo Oficio de la Inquisición y miembro del Consejo de Su Majestad.”
Si analizamos los títulos que estos últimos propietarios de la hacienda poseen nos daremos cuenta del poder inmenso que tenían, el ser oidor de ambas Audiencias lo coloca en una posición privilegiada, al tener a su cargo la distribución del azogue (mercurio) le coloca en sus manos el poder total de decisión de a quién vender el azogue, elemento indispensable para la producción de la plata y ser consultor del Santo Oficio le da un casi poder total sobre todos los pobladores de la Nueva España, evidentemente, hace uso de su poder para acrecentar aun más su ya enorme fortuna. Para darnos una idea de la inmensidad de su Hacienda anoto algunos de los actuales municipios que formaron en algún tiempo parte de Santa Ana Pacueco: Arandas, Ayo el Chico, Ayo el Grande, Jesús María, Atotonilco, Degollado y Ayotlán, todos ellos en Jalisco. Cuerámaro, Manuel Doblado, Pénjamo, Huanímaro y Abasolo en Guanajuato. La Piedad, Puruándiro, Villa Morelos, entre otros, en Michoacán.
¿Será este el escudo de los Villaseñor o de los Sánchez del Tagle? Se encuentra en la parte superior del altar mayor del Templo de Señora Santa Ana en la Hacienda.
Sin lugar a dudas la historia de la Hacienda de Santa Ana Pacueco es sorprendente, no termina con la dinastía Sánchez de Tagle, continúa siendo heredada y vendida, llegó el momento en que sus propietarios, españoles algunos de ellos, tienen que abandonar el país debido a las leyes de expulsión de españoles que se promulgaron en nuestro país hasta que a mediados del siglo XX quedaron en propiedad de la familia Cortés. En la actualidad la parte trasera de la Hacienda se encuentra en reconstrucción y su Parroquia sigue estando en uso.
Sin lugar a dudas la historia de la Hacienda de Santa Ana Pacueco es sorprendente, no termina con la dinastía Sánchez de Tagle, continúa siendo heredada y vendida, llegó el momento en que sus propietarios, españoles algunos de ellos, tienen que abandonar el país debido a las leyes de expulsión de españoles que se promulgaron en nuestro país hasta que a mediados del siglo XX quedaron en propiedad de la familia Cortés. En la actualidad la parte trasera de la Hacienda se encuentra en reconstrucción y su Parroquia sigue estando en uso.
Los textos en cursiva los tomé del libro Haciendas de Guanajuato de Isauro Rionda, Editorial la Rana, 2001.
Si te interesa adentrarte más en la historia de la Hacienda Santa Ana Pacueco, en este documento del Colegio de Michoacán encontrarás más detalles:
http://www.colmich.edu.mx/files/relaciones/051/pdf/documento1.pdf
Si te interesa adentrarte más en la historia de la Hacienda Santa Ana Pacueco, en este documento del Colegio de Michoacán encontrarás más detalles:
http://www.colmich.edu.mx/files/relaciones/051/pdf/documento1.pdf
en la actualidad a quien pertenece dicha hacienda?
ResponderEliminarLe pertenece al señor antonio leon..un señor de la piedad
EliminarQuiero hacer publico mi reconocimiento a quienes editaron este reportaje y mis mas sinceras felicitaciones por el gran trabajo realizado. Lo disfrute mucho y enriquece a manera mis limitados conocimientos sobre la historia de nuestra región y de nuestro país México. Una vez mas una mi reconocimiento por su trabajo y reciban un abrazo cordial. Atte. J. Jesus tejeda Torres de Ayotlan jalisco.
ResponderEliminartenemos que valorar este gran tesoro en deterioro!!! apoyo para este inmueble tan majestuoso...
ResponderEliminareste lugar es imprecionante,
ResponderEliminarhe estado ahi.. es una experiencia q te remonta cientos de años atras lo cual es una gran experiencia. las fotos de este articulo son muy buenas.. me gustaria que se publicaran mas de este inmueble ya que creo que es un lugar muy interesante.
This is so incredible. I have been there and i have also heard amazing stories of the small town
ResponderEliminarhay q cuidad este tesoro x q es uno de los que nos quedadn de tantos q teniamos
ResponderEliminarYo soy nativo de ahi y mi padre en paz descanse crecio en esas epocas nos co
ResponderEliminarnto algunas historias, q recuerdos de mi ninez cuando jugabamos en los portales
En la doctrina, antes de la fiesta d nuestra senora de santa ana, FAM.AGUIRRE
Es un lugar muy hermoso! Yo no soy de Santa Ana Per tengo muchos anos de casada con alguien que se crio ai,cuando he ido y me a tocado pasear por esos portales es una traquilidad que se siente tan linda que quieres regresar cuantas veses se pueda. Las tima que ay jente mala que esperan aser dano a personas que no somos de ay.
ResponderEliminarCuántos lugares tan impresionantes hay en México. Gracias a las visitas que haces y las fotos que compartes es como me entero que existen sumando la lista. Valoro también el detalle de tus investigaciones.
ResponderEliminarsoy de la piedad y el casco de la exhacienda denota la riqueza en esos tiempos si la vieras ahora darias un siglo al tiempo y diras como pudo tanta riqueza en pocas manos amo mucho mexico pero las riquezas historicas se pierden como el polvo y el viento
EliminarLa Hacienda de Santa Ana Pacueco es una belle jolla arquitectonica que tenemos la fortuna de tener los santanences y la verdad no lo sabemos valorar pero de verdad que mi pueblecito esta lleno de magia y esplendor creo qe i yo volviera a nacer lo volveria a pedir como lugar para crecer
ResponderEliminarCon todo respeto cuando hace mencion a la extension de la hacienda en el estado de jalisco menciona los pueblos Ayo el chico y Ayotlan y hago de su conocimiento que es el mismo pueblo. Soy nacido ahi y en el año 1980 se hizo el cambio de nombre de Ayo el Chico por Ayotlan. Att. Muy interesante su pagina y vaya para ud. mi reconocimiento y admiracion por no dejar morir la historia de nuestra region. Su amigo Jesus tejeda torres
ResponderEliminarQue orgullo ver este reportaje de la Hacienda de Santa Ana, yo cuando hiba en la secundaria la veia todos los dias, es majestuosa y el templo por dentro tiene unos cuadros deteriorados, pero son de mucha importancia, soy piedadense (De La Piedad, Mich.) y queda muy cerca de la hacienda, aunque da tristeza que los que tienen la hacienda muy cerca de su casa no la cuiden, ni la valoren.
ResponderEliminarAcabo de ver esta entrada. Que capilla extrordinaria. Necesita ayuda para restauracion. Hay alguien (una mujer encantada) que hacer publicada dos folios de la capilla y su historia. Vale ir a verla!
ResponderEliminarFelicidades Señor Benjamin Arredondo por su trabajo . El Escudo podría ser de la Familia Pérez del Camino o Pérez Camino aquí agrego un poco de información espero se de utilidad Las tierras de Santa Ana Pacueco durante el siglo XVII fueron utilizadas también como agostadero de ovejas. Don Alonso de Estrada Altamirano las usaba para pastar grandes manadas de borregos en otoño e invierno, hatos que en primavera eran trasladados a sus haciendas de Querétaro. En 1728, luego de la separación definitiva de ambas haciendas, Santa Ana Pacueco, estaba catalogada ya como de ganados mayores, es decir, donde se criaban reses, caballos y mulas para su venta en México y en otras áreas de la Nueva España. 44 En ese año, el valor de sus bienes se calculó en 183,212 pesos. Lamentablemente —a diferencia de otras haciendas que heredara Luisa María Sánchez de Tagle—, en el testamento no aparece el desglose de todo lo que contenía
ResponderEliminarA la muerte de Juan Manuel de Argüelles y Miranda, doña María Antonia Sánchez de Tagle, decidió heredar su riqueza a su hija Josefa Paula de Argüelles Sánchez de Tagle. Para ello, en 1735 hizo inventario de todos sus bienes ante Luis Inocencio de Soria Villarroel, alguacil mayor y alcalde ordinario de la ciudad de México. Su otro hijo, Manuel de Argüelles Sánchez de Tagle, era religioso por lo que su fortuna pasó a manos de Josefa Paula y su marido Manuel Silvestre Pérez del Camino.
Manuel Silvestre Pérez del Camino, era originario de la villa de Castañares en la Rioja, España. Luego de su llegada a México, logró amasar gran fortuna en capital y tierras. Su matrimonio con Josefa Paula de Argüelles consolidó su posición. Juntos fueron dueños de las haciendas de Ciénega, en La Barca y Colimilla; San José Bravo, en la jurisdicción de Querétaro; San Antonio de los Órganos y San José del Maguey, en la de Zacatecas; la hacienda del Torreón, Santa Cruz y la de Río Chico, en la jurisdicción de Fresnillo; y la hacienda de Juana González, en la villa de Jerez; todas estaban reconocidas como de ganados mayores y menores, laboríos, y obraje en una de ellas
En 1763, a la muerte de Manuel Silvestre Pérez del Camino quedó como única heredera su esposa Josefa Paula de Argüelles Miranda y Sánchez de Tagle.48 Gracias a sus haciendas y negocios, en total, a su muerte, su fortuna superaba los 600 mil pesos, sus adeudos en cambio, se valuaron en 80,825 pesos, el resto era capital disponible. Atte Ignacio Anaya Gomez.
Agradecería citaras la fuente de donde obtuviste la información.
EliminarSaludos.
Quien reconstruyó la Iglesia sobre todo mi pregunta es porque puso la hermosa y milagrosa cruz de caravaca.
ResponderEliminarHola, mi padre era de ahí, se llamaba Jesús Sánchez Valencia y donó una de esas campanas. Quién podría verificar con el párroco, por favor. La campana tiene esa inscripción. Gracias. Atte.Soledad Sánchez Reséndiz.
ResponderEliminarES NECESARIO PRESERVAR ESAS HACIENDAS QUE EN SUS TIEMPOS FUERON TAN HERMOSAS. PERO ERA TAN VERGONZOSO QUE TANTA RIQUEZA SE ACUMULARA EN UNA FAMILIA, MIENTRAS NUESTROS ANCESTROS VIVIAN EN LA MISERIA MIS ABUELOS ME CONTABAN COMO ERAN EXPLOTADOS POR ESOS CAPATACES QUE DEJABAN CARGO DE ESAS HACIENDAS
ResponderEliminarPor qué Pacueco?
ResponderEliminarPor la gran curva que hace el río en ese lugar
Eliminar