Hacienda de San Diego de Corralejo, municipio de Pénjamo, Guanajuato

Hace ya un año nos fuimos en larga caminata para llegar hasta la Ex hacienda de Corralejo, lugar en donde se produce el tequila de la misma marca y que cumple con todas las de la ley, debido a que esta zona sur de Guanajuato cuenta con la denominación de origen para que la bebida sea llamada puntualmente Tequila. Nos topamos con la sorpresa que ahora se llama Corralejo Hidalgo, si bien no donde está la tequilera, sino cinco kilómetros más adelante.

Esta que debería ser una de las haciendas que ostentara la mejor conservación, dada la fuerza histórica que encierra es, precisamente lo contrario, un lugar que se mantuvo en el abandono y que cuando recordaron que allí se concentraba algo importante para la historia del país, era demasiado tarde pues algo menos que ruinas quedaban.

El templo luego de una buena cantidad de remodelaciones sigue estando en pie. Lo que fuera el casco de la hacienda mantiene lo que fueran (aparentemente) los cimientos de la misma. Una placa da cuenta de que eso fue levantado en 1961 por un grupo no gubernamental… el gobierno levantó el monumento a Hidalgo que domina la explanada y que se hizo con fondos del SNTE, sí, con el de los maestros.

De la muy antigua historia de la hacienda sabemos que: “nació de una merced que el11 de agosto de 1565 otorgó la Real Audiencia de México a Alonso de Angulo Montesinos consistente en un sitio de ganado mayor, la que inmediatamente ocupó y a la que se le llamó, aunque por poco tiempo, Corralero de las Fuentes.

De él o de sus herederos pasó el sitio a Juan Infante, quien se lo heredó a sus hijos, los Infantes Samaniego, que ya aparecían como propietarios en 1596, año en que vendieron la propiedad a don García de Contreras Figueroa y a su esposa doña María de Orozco, cuando ya había aumentado con cuatro caballerías y varios sitios de ganado mayor. Pero resultó que Contreras Figueroa no compró Corralero para sí, sino para Juan Alonso, por lo que éste luego tomó posesión de lo adquirido.

De Pedro Alonso pasó la propiedad a Alonso de Alcocer, tesorero general de la Santa Cruzada de la Nueva España. Al morir éste, la que ya se llamaba hacienda de Corralejo y otros bienes fueron embargados por deudas que con el fisco tuvo el difunto tesorero; su viuda heredera, Igomar Dávalos, fue pagando y después de su muerte su hijo, José de Alcocer Bocanegra Dávalos, hasta que liberó totalmente sus bienes en 1680, y éste, como liquidó a sus hermanos las partes de la herencia que les correspondía, quedó como único dueño de Corralejo”.

Aquí, al igual que en muchos otros sitios, los dueños en turno se fueron haciendo de más propiedades, en Corralejo, los Alcocer compraron las haciendas limítrofes, Guanímaro, Tupátaro, El Sauz, Cuitzeo y Peralta, es decir, en terminos actuales, el norte de Pénjamo, el sur de Cuerámaro, Abasolo y Huanímaro… una extensión grande en verdad.

Pasado el tiempo, para 1728 la hacienda está en manos de Josefa Ignacia Carracholi y Alcocer Bocanegra. Para 1743, ya viuda, fue cuando llegó Cristóbal Hidalgo y Costilla para hacerse cargo de la administración. En 1770 muere la dueña y la hacienda pasa a manos de su hija, María Josefa Picado y Avendaño, entre 1852 y 1855 muere y los hijos la venden a Antonio Zacanini, comerciante de Morelia, el cual pasa a mejor vida al poco tiempo y la hacienda va a dar a manos de la albacea, madre de los hijos de Zacanini, Dolores Castañeda.

“El 18 de septiembre de 1864 en la ciudad de Guanajuato el emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, tuvo la idea de crear una ciudad en Corralejo, cuna del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, y como homenaje a él. Pedro y Francisco Zacanini, para defender su hacienda, iniciaron toda una campaña para hacer creer a las autoridades imperiales que don Miguel Hidalgo no había nacido en el casco de Corralejo sino en un rancho un poco distante del poblado, llamado San Vicente. Así se inició ese viejo cuento.

La madre de los Zacanini murió el 11 de abril de 1866 y quedó en el albaceazago Pedro Zacanini, que poco después sucumbió y que sucedió su hermano Francisco, quien también murió luego. En 1880 Ramona Zacanini vendió su parte de la hacienda y ocho años después su hermano José María Zacanini enajenó el resto de Corralejo a Vicente Vargas “prototipo de rico egoístamente bárbaro… este señor ordenó a su mayordomo…una serie de actos de verdadero salvajismo, como fueron los de destruir, a pesar de su historicidad, las habitaciones de la finca, los baños y la huerta con sus hermosas arboledas, y hasta pretendió demoler la capilla construida por don Cristóbal Hidalgo y Costilla, la cual se salvó gracias a la intervención del clero”.

En 1895 murió Vicente Vargas y heredó la hacienda de San Diego de Corralejo a su sobrino Manuel Vargas, que ordenó borrar las inscripciones de que tenía la capilla y que había mandado poner el padre de don Miguel Hidalgo.

En el año de 1896 muchas personas lugareñas hicieron trámites ante las autoridades de Pénjamo y del estado de Guanajuato para que Corralejo se elevara a la categoría de pueblo, pero nada se determinó al respecto”.

Bueno, a este punto… ¿Qué más quieres que te diga? Es la historia de Corralejo, si no hay paredes es debido a un tal Vargas… te puedo decir algo, esta historia continuará… pues dentro de poco te contaré todo lo sucedido en Pénjamo, Abasolo y San Vicente, cuando a nivel nacional se demostró que don Miguel Hidalgo había nacido en el rancho de San Vicente.

Estas dos últimas fotos son vistas de la sierra de Pénjamo, el llamado cerro del Vellaco, donde muchos otros acontecimientos de la independencia sucedieron, de eso luego hablamos, creo que con lo que ahora sabemos de Corralejo ha sido más que suficiente para que se nos vaya el sueño…

Fuente:

Rionda Arreguín, Isauro. Haciendas de Guanajuato. Editorial La Rana. Guanajuato, 2004.