Efectivamente, hubo una vez en un país encantado... como inician los cuentos... pero más bien era un país desencantado que no tenía ni para las salvas, mucho menos para la pirotecnia, era 1823 y México había salido del embute de un Primer Imperio que fue fugaz y solo duró diez meses, luego vino un Gobierno Provisional de México (1823-1824) el cual estaba en bancarrota y los triunviratos se sucedían uno a otro. Uno de los primeros decretos que lanzan es el de honrar a los iniciadores de la guerra de Independencia y los declaran Beneméritos en Grado Heroico, deciden hacer un gran festejo para septiembre de ese año y trasladar las osamentas, o lo que quede de ellas, desde Guanajuato, Chihuahua, Lagos, Pénjamo, y otros lugares más y depositarlos en la Catedral Metropolitana, con una función solemne, antes, en la Colegiata de Guadalupe.
Del recorrido detallado y los acontecimientos que se dieron en cada sitio por donde pasaron te puedes enterar entrando a http://cabezasdeaguila.blogspot.com. Será bueno recordar que cuando se proclamó la Independencia el segundo punto que se marcó, de suma importancia para la época, era declararse como una nación Católica en donde la "santa religión" era primordial, consecuentemente fue esa la razón por la cual decidieron llevar los restos a la Catedral, máximo recinto Católico en México.
Las osamentas traídas del Bajío llegaron primero a la Basílica de Guadalupe, esto ocurrió el 12 o 13 de septiembre, el 15 arribó la de Morelos y el 16, todas juntas, fueron llevadas en un impresionante cortejo de más de 300 carruajes hacia el templo de Santo Domingo para, al día siguiente, el 17, hacer una magna función en la Catedral, consecuentemente no hubo tiempo para hacer la ceremonia del grito, la cual, si recordamos, fue don Porfirio quién la cambió de fecha para hacerla coincidir con su cumpleaños, así pues en ese 1823 esto fue lo que sucedió:
"Sábado 20 de septiembre de 1823.-
Hoy se ha celebrado la función del grito de Dolores la que se pospuso el día 16 por las honras. El Poder Ejecutivo pasó al Congreso a felicitarlo, y arengó el Sr. Michelena al Presidente, pues aunque tocaba hacerlo a Guerrero, este sabe mucho de matar y nada de arengar. No hubo salva de artillería, porque es tan corto el número de artilleros, que no son bastantes los pocos que hay para el servicio de las piezas..." (1)
Quien escribió esto fue Carlos María de Bustamante en su Diario histórico de México y en él nos damos cuenta de varias cosas, una, el cambio del grito del 16 al 20 debido a las misas que se realizaron esos días en honor de los héroes, la otra que a Vicente Guerrero no se le daba mucho lo del discurso y que quién lo hizo entonces fue su secretario, José Mariano de Michelena. Con esto recuerdo que el primer grito que se dio, fue el 16 de septiembre de 1812, y se hizo en Huichapan, Hidalgo; lo dieron Ignacio López Rayón y Andrés Quintana Roo. Para concluir te comento que la imagen que vemos es una de las tradicionales "alegorías", propias del siglo XIX, realizada en Guanajuato, justo a raíz del traslado de los cráneos de los héroes que allí había en el panteón de San Sebastián y que se llevaron a México.
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