Ya pasaron tres años de que conocí esta parte de la península de Baja California y quedé impactado de la belleza del lugar, especialmente del color rojizo de la tierra y de las montañas, a medida que más avanzábamos dentro de la Sierra de la Giganta los colores se volvían más intensos y el paisaje más espectacular, cuando llegamos a la misión jesuita de San Javier concluimos que algo que más engrandecía ese recorrido era hacer los 30 kilómetros en casi hora y media debido a las condiciones de la carretera, llegar allí era una auténtica experiencia. La foto que vemos viene de "Los Cometas" una pareja que hizo este recorrido hace 9 años. Las cosas han cambiado un poco.
Si partimos de la definición del turismo y analizamos bien lo de explotar racionalmente los recursos, los atractivos que cada lugar tiene será bueno pensar que si bien ahora se pueden llevar más turistas a que conozcan la magnífica misión de San Javier, hemos perdido la espectacularidad del camino, es decir, el camino es el mismo, ahora pavimentado, pero la experiencia de sentirse en otro siglo cuando uno se introduce en ese entorno ya no existe más. Entonces si ponemos en la balanza de la racionalidad, que tan bueno fue crear esta carretera pavimentada. (La fotografía es de José Luis Puga).
Si partimos de la definición del turismo y analizamos bien lo de explotar racionalmente los recursos, los atractivos que cada lugar tiene será bueno pensar que si bien ahora se pueden llevar más turistas a que conozcan la magnífica misión de San Javier, hemos perdido la espectacularidad del camino, es decir, el camino es el mismo, ahora pavimentado, pero la experiencia de sentirse en otro siglo cuando uno se introduce en ese entorno ya no existe más. Entonces si ponemos en la balanza de la racionalidad, que tan bueno fue crear esta carretera pavimentada. (La fotografía es de José Luis Puga).
Se dijo que la apertura de esta carretera llevaría más turistas a la zona, por lo tanto mejorarían las condiciones de vida de la gente que por allá vive, eso no sé si se logró, creo que la carretera no se terminó completamente, pues solían hacerse ceremonias de inauguración de diez kilómetros y luego otra cuando venían los siguientes 10, el protagonismo como que, en ocasiones no nos deja información clara y más bien confunde y uno se imagina que hubo muchas obras, pero, no nos metamos en politiquerías pues eso, la verdad, no es lo mío, lo que si veremos es la visión que tuvo Fernando Jordán cuando visitó, por segunda ocasión la misión de San Javier, enclavada en la grandiosa Sierra de la Giganta. (La foto es de Cabonauta).
La Misión de San Francisco Javier está situada a 40 kilómetros de Loreto, sobre la sierra y ya en la pendiente del océano Pacífico. Se llega a ella por un camino que permite el paso de coches hasta donde empiezan las estribaciones de la abrupta sierra de La Giganta. El resto se hace a lomo de bestia, por una vereda que asciende sobre el terreno empinado y pedregoso. Los loretanos sueñan con tener un camino carretero que una San Javier con la vieja capital californiana, y desde hace años trabajan por lograrlo. Desgraciadamente el paso de la sierra es difícil y muy pobres los presupuestos territoriales para la construcción de caminos. Sin embargo, el entusiasmo es mucho y es posible que en poco años se haya logrado abrir un paso transitable entre los murallones de roca que forman la elevada y desnuda sierra de La Giganta.
Esta fotografía y la anterior la tomé de uno de los varios blogs que he encontrado de ciclistas que vienen de otros países y se maravillan al hacer el extenuante recorrido de la península, no había nombre del autor, o tal vez no lo encontré, eran españoles y su blog tiene un particular nombre: "El país de los topes". Por cierto, la foto anterior es antes de llegar a San Javier, en donde está la desviación hacia San José de Comondú, un trayecto que también lo recorrí y que es algo en verdad impactante hacerlo, debes ser experto en manejar y demasiado aventurero para meterte en esas apartadísimas lejanías. Pero bueno, sigamos con lo que Fernando Jordán escribió para la revista Impacto en 1951 y que luego se tradujo en el libro Mar Roxo de Cortés.
San Francisco Javier fue antiguamente un pueblo, porque de otro modo no se explicaría ahí la presencia de tan soberbia misión; pero en la actualidad la población se reduce a una ranchería de doce o catorce familias, que viven espantosamente aisladas y siempre faltas de artículos de primera necesidad. Tal vez, al construirse el camino a Loreto (con su continuación hasta la llanura de Santo Domingo) se componga un tanto la situación económica de este lugar, pues será el paso y la escala obligada de los camiones que deberán traer los productos de la región agrícola de Santo Domingo al puerto de Loreto, el más cercano para ser utilizado como embarcadero. [Fernando Jordán se mató en 1956, hasta 1973 se inauguró la Carretera Transpeninsular, y el trazo se hizo rodeando la sierra de La Giganta, San Javier siguió siendo un camino de terracería hasta 2010. La fotografía es de Gabriel Moreno].
"La misión de San Francisco Javier es una de las más antiguas de la Baja California. Fue construida por los padres Salvatierra y Piccolo en 1699, y terminada, a juzgar por una inscripción que se ve sobre el muro de la fachada, en 1757. Está en perfecto estado de conservación y tiene aun su altar original de madera recubierta de oro y algunos santos de la época. Algunos de sus cuadros, sin embargo, han desaparecido, entre ellos el famoso Murillo, que se sabe lucía en uno de los muros. Estos tesoros perdidos quedaron en poder de los turistas estadounidenses que recorrieron las misiones en el siglo pasado. [La fotografía del camino ya pavimentado en su más cerrada curva es de Gabriel Moreno].
"En San Javier la gente es tan pobre y honrada como en los demás pueblos del territorio, pero indudablemente es todavía más perezosa. A pesar de que la misión representa el principal punto de apoyo del pueblo, los nativos la tienen absolutamente abandonada. Lo que levantara el padre Salvatierra en menos de 50 años, no han podido conservarlo en el transcurso de los restantes 200 años, a pesar de que esta conservación representa una milésima parte del trabajo que requirió la construcción formidable de esta obra arquitectónica, toda hecha de piedra labrada. [Esa foto que nos muestra la impresionante coloración de la sierra de La Giganta es de Gabriel Moreno].
Esta era la experiencia que vivías antes de que se terminara la carretera a San Javier, en este punto, hay un espectacular mirador que nos deja ver en mitad de la sierra, al fondo, la Isla El Carmen, la foto es de Memo Flores. Continuamos con Jordán: "Todo lo que sustenta la economía local y significativa vida en San Javier se basa en las obras de los jesuitas. Además de la misión y los estanques, están los canales de riego (todavía en servicio) y los centenarios olivos, que siguen rindiendo fruto año con año. Nada nuevo ha sido construido, porque la iniciativa y el trabajo no son dotes que caractericen a los nativos de este lugar, el cual, sin embargo, flota y se percibe todo esfuerzo civilizador de los misioneros que conquistaran las Californias en los siglos XVII y XVIII." (1)
Viendo esa foto de Memo Flores me acuerdo mucho de cuando hice el recorrido, La Giganta tiene algo que la hace muy especial, muy distinta a las demás serranías en la península, aquí todo es café rojizo, fresco en el invierno y un calor insoportable en el verano y pasar en estos rumbos al menos una noche, nos da la oportunidad de observar el cielo más estrellado que te puedas imaginar. Pero como esa es otra historia, esa te la cuento en este enlace:
Y para ver más de la sierra de La Giganta, entra aquí:
Y con este enlace terminamos, por ahora, de disfrutar y tratar de entender mejor los profundos sentimientos que Fernando Jordán tenía hacia toda la Baja California, sur y norte, y si te interesa leer todo el libro, lo tienes en línea aquí:
Hace una semana fui con un grupo de amigos motociclistas de Los Mochis a Loreto, por problemas con mi moto no me fue posible ir a San Javier, me dolió mucho pero espero pronto volver al recorrer esos caminos y poder visitar la Misión. mism compañeros llegaron maravillados del vieje, el paisaje, el lugra, su historia, todo un patrimonio cultural que debemos visitar pero principalmente y por lo que aquí se comenta, corresponde a sus habitantes hacer lo necesario no solamente para conservarlo sino también para ir construyendo poco a poco infraestructura para atender a sus visitantes, claro, se requiere el apoyo de las autoridades y de empresarios de BCS.
ResponderEliminarMe encanta la BCS la cual visito desde 1973 y uno no se cansa de visitarla, siempre hay algo nuevo que admirar.
Mis mejores deseos para que San Javier viva por siempre y cada vez mejor, desde luego, que su población mejore su calidad de vida sin con esto decir que viven mal pues todavía no conozco elo lugar.
José Gpe. Castro
kaztro56@yahoo.com.mx
La mision de Javier no tiene nada que ver con el Padre Salvatierra. La mision fue edificada por el padre Miguel del Barco de 1744 a 1758 lo cual significa que su construccion se realizo en tan solo 18 años en el mismo sitio de San Pablo descubierto por Juan de Ugarte en 1705. La gente no es perezosa sino que el clero a mantenido una celosa custodia del edificio. La gente se dedica a las labores del campo y a subsistir como en todas las comunidades rurales de nuestra entidad.
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