Pues sí, efectivamente, apenas me estoy enterando de esto, que no es él, sino ella. Me explico. Como seguramente te habrás dado cuenta (si me sigues a diario) desde hace algunos días, contrario a lo habitual, no estoy publicando diariamente. Esto debido a que (una vez más) no tengo computadora, y uso las que me facilitan, como ahora, en una oficina de radiocomunicaciones. Pues bien; en la desesperación que sé caeré por no tener una computadora disponible, este fin de semana adquirí un par de revistas, una, la consabida Arqueología Mexicana (no soy asiduo, sino dependiendo de la temática), la otra, una novedad para mi, Texcoco Cultural y fue en esta segunda que aprendí esto del error en el que hemos estado desde que "Tláloc" fue sacado de Coatlinchán y colocado en el Museo de Antropología. Esto sucedió en 1964, recuerdo haber visto por la televisión aquella transmisión, recuerdo especialmente la gigantesca plataforma y los dos torton que la jalaban.
Fue entonces, hace 47 años (yo tenía 9) que aprendí el nombre de Tláloc y que era el dios de la lluvia, no recuerdo haber oído entonces sobre Chalchiuhtlicue, y mucho menos sobre las dualidades y ahora, luego de ese casi medio siglo, todo esto se vuelve ligeramente más fácil de entender. Mucho hemos visto aquí de dualidades, creo que ese es tema recurrente cuando escribo artículos de las festividades Aztecas en torno a las dedicaciones de cada mes, así pues, el error está en que hemos pensado (al menos yo así lo creía) que el monolito expuesto a la entrada del museo era Tláloc siendo que a quien se está representando es a Chalchihutlicue.
El tema es interesante, la revista Texcoco Cultural me parece un buen aporte para quienes estamos interesados en lo que hubo en nuestro país. Y esta que para mí es una revelación creo que, si tú no estas enterado de ello, te causará la misma sorpresa. Al entrar en los enlaces que describen a la dualidad de la lluvia será más fácil entender las razones.
Y en el número 96 de Arqueología Méxicana trataron el tema de la lluvia:
Hace más de dos años habíamos tocado ya el tema de Tláloc:
Un testimonio del traslado:
Un artículo nos lleva a otro. Qué apasionante es leerte. Supongo lo que significó presenciar aunque fuera por televisión, ese traslado. Las fotografías muestran suficiente como para darme cuenta de la magnitud de esto.
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