lunes, 23 de septiembre de 2013

El desarrollo de las Haciendas en México: Época Independiente.

 Pero las haciendas tendrían un gran problema, especialmente aquellas que pertenecían a la Iglesia pues, en los últimos años del siglo XVIII, cuando España enfrentaba guerras con Francia que, al poco les trajo por consecuencia ser invadidos, a fin de sostener esas guerras incautaron las Haciendas que prosperaban en la Nueva España a través de los Vales de Consolidación, esto afectó gravemente a la Iglesia y a todos en general pues, entonces la Iglesia fungía como Banco, ellos prestaban, aviaban, eran los poseedores del dinero y, en buena mediada, todo esto trajo por consecuencia el inicio de la Guerra de Independecia la cual trajo consigo una destrucción de buena cantidad de Haciendas, especialmente las del Bajío, escenario continuo de luchas entre insurgentes y realistas, vendría luego un periodo de restablecimiento de la propiedad pues era la...

 Epoca Independiente.- 

  Una de las causas que estimularon la revolución de Independencia fue la inequitativa distribución de la tierra y la esclavitud o la servidumbre de los peones agrícolas. El 19 de octubre de 1910, Miguel Hidalgo y Costilla, en Valladolid, previno a los dueños de esclavos que pusieran a éstos en libertad, so pena de muerte en caso de desobediencia; y el 5 de diciembre siguiente, en Gaudalajara, ordenó a los jueces que entregaran la tierra a los naturales. José María Morelos, a su vez, indicó que debían inutilizarse todas las haciendas grandes, porque el beneficio de la agricultura "consiste en que muchos se dediquen a beneficiar un corto terreno..., y no en que un solo particular tenga mucha extensión de tierras, esclavizando a millares de gentes".

  "En 1810 había 4,944 haciendas en la Nueva España, que comprendía la mayor parte de las tierras de labor. Pero al consumarse la Independencia, las autoridades no volvieron jamás a ocuparse de los problemas agrarios, y el número de grandes propiedades aumentó a 6,092 en 1854, según los Anales de la Secretaría de Fomento.

   El 25 de junio de 1856, una vez triunfante la revolución de Ayutla, inspirada en los principios de liberalismo, el presidente Igancio Comonfort expidió la Ley sobre desamortización de fincas rústicas y urbanas propiedad de corporaciones civiles y religiosas, cuyo doble propósito, según lo explicó a los gobernadores el Ministro de Hacienda y Crédito Público, Miguel Lerdo de Tejada (Circular del 28 de junio de ese año), consistía en poner en movimiento esa enorme masa de bienes raíces, que se hallaban estancados y habían impedido el desarrollo de las artes y las industrias vinculadas a la propiedad; y en establecer un sistema tributario uniforme sobre transacciones de dominio, que allegara recursos al gobierno de la República. Conforme esta disposición, los bienes de corporaciones se adjudicaron a los arrendatarios, a los denunciantes o a los compradores en remate. Sólo quedaron exceptuados los edificios destinados destinados directamente al servicio de los establecimientos, como los conventos, palacios municipales y episcopales, colegios, hospitales, hospicios, mercados y casas de corrección y beneficencia".

     "La reforma liquidó de ese modo el latifundismo eclesiástico, pero nada hizo para corregir la distribución de la tierra. la consecuencia de la desamortización fue el agrandamiento de las propiedades privadas. La idea de subdividir la tierra, sin embargo, no fue ajena a los liberales. El presidente Juárez señalaba en 1859, desde Veracruz, que una de las grandes necesidades de la República era la de fraccionar los latifundios mediante ventas o arrendamientos mutuamente ventajosos. Y Ponciano Arriaga, años antes, había dicho en el Constituyente: "La acumulación en una o pocas personas de grandes posesiones territoriales, sin trabajo, sin cultivo, sin producción, perjudica al bien común y es contraria a la índole del gobierno republicano y democrático".

    "Pero más que la distribución de la tierra, preocupaba a los reformistas la situación social y económica de los peones. Ignacio Ramírez observó: "he aquí la sociedad en las haciendas y en las rancherías: cincuenta, cien mil trabajadores con sus familias. La mayor parte de ellos poseen bienes raíces; les está prohibida la agricultura si no es en beneficio de los amos; cuando cultivan un terreno es de modo que el producto deje lo más florido en manos de los señores". Guillermo Prieto vio a los peones "encorvados sobre la tierra, levantando las matas de maíz, hambrientos y desnudos". Francisco Hernández y Hernández, gobernador de Veracruz, escribió en 1869: "En algunos pueblos se abusa de una manera ignominiosa de los trabajadores llamados jornaleros. Recuerdo haber visto alguna vez contratos escritos de compra y venta de infelices, a quienes, suponiendo bestias sus amos, compraban y vendían para especular de modo infame con su trabajo".

  "En 1868, Carlos F. Galán, gobernador de Baja California, dijo: "El sistema de peonaje es incompatible con los principios de libertad que nos rigen, una rémora para los adelantos de la agricultura y un mal para sirvientes y servidos"; y decretó que todos cuantos hubieran adelantado dinero a cuenta de trabajo personal de otros, deberían liquidar esas cuentas del trabajo personal de otros, deberían liquidar esas cuentas en un plazo de seis meses. En 1870 el gobernador de Tamaulipas redujo la jornada de trabajo rural a "las tres cuartas partes del día hábil", considerando como tal al que va de la salida a la puesta del sol. Y en muchos otros sitios de la República se prohibió el uso de azotes, cepos, grilletes, golpes y castigos, y se condenó la existencia de las cárceles de las haciendas, llamadas tlapixqueras.














Nota: Las fotografías corresponde a las zonas en donde hubo haciendas en Teocaltiche, Jalisco. Las útimas corresponden al Mesón y zona de Acasillados de la Hacienda La Sauceda en Encarnación de Díaz, Jalisco.

2 comentarios:

  1. en nueva españa solo quiero saber en donde se ubicaron la mayor cantidad de asiendas y conflictos rurales de este periodo

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    1. Tú pregunta no es del todo concreta, por un lado dices de Nueva España, eso es de 1521 a 1821, cuando los registros de Haciendas no eran del todo completos. Los que sí están bien documentados en cuanto a número es en el periodo porfiriano. Ahora bien, conflictos rurales, volvemos a lo mismo. ¿De qué periodo específico quieres saber?

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