San Miguel de Allende, igual que la ciudad de Guanajuato se me complican para hablar de ellas, para ubicar un momento tal entre la cosa gráfica y el texto, ambas son abundantes y verdaderamente majestuosas, abundantes y únicas, es por eso que hoy, haciendo a un lado la estética, la lógica y el ritmo, nos "aventamos" prácticamente en estar especie de trenza entre imágenes actuales y lo que el salmantino Pedro González escribió sobre San Miguel al comenzar el siglo XX en en esto que considero es la mejor guía turística para conocer el lugar:
San Miguel el Grande, hoy San Miguel de Allende, se fundó en 1542 por Fray Bernardo Cosni, y se le dió el título de Villa por el Virrey D Luis de Velasco, padre, en 1555. Trasladada la Parroquia antigua de San Miguel el Viejo al punto que ocupa la actual, se erigió en 1564, por el Sr. Quiroga. En 1812, el Sr. D. Juan Antonio Pérez de Espiuasa, edificó el templo del Oratorio, y pocos años después, ayudó á construir el de La Salud, al que se agregó la casa contigua, cedida por su propietario D. Juan Manuel de Jáuregui; la Santa Casa de Loreto, adyacente al Oratorio, se hizo en 1734, costeada por D. Manuel M. de la Canal y Doña María Herbas y Flores, estrenándola el Obispo D Juan José Escalona y Calatayud; San Rafael, iglesia contigua á la Parroquia, se hizo en 1742, por el P. D. Luis Felipe Neri de Alfaro; San Francisco, en 1773, lo mismo que Tercera Orden; La Concepción se dedicó el año de 1785, después de muerta su constructora, Sor María Josefa Lino Canal. Del Hospital quedan algunas partes en la casa de la Beneficencia pública ó antiguo Curato, y Santa Ana, Santo Domingo y San Antonio, son capillas feísimas, que no merecen mencionarse. La iglesia y Hospital de San Juan de Dios, fueron obra del benéfico Cura D. Juan Manuel de Villegas, hechos en 1770, así como la capilla de Loreto, construcción del P. D . Luis Caballero, que se mejoró por el aún hoy vivo Maestro albañil D. Zeferino Gutiérrez, quien le hizo una fachada de muy buen gusto.
Los viajeros y personas instruidas que visiten la Ciudad, harán bien de examinar las tres siguientes obras del célebre arquitecto D. Francisco Eduardo Tresguerras, que son: la torre del templo de San Francisco, que comprende un estudio combinado de los órdenes toscano, dórico y corintio; la casa del Coronel D. Narciso María Loreto de la Canal, hombre más benéfico á su pueblo que capitalista, pues por muchos años protegió á todos los artesano s y jornalero s del lugar, dándoles trabajo en muchas obras que llevó á cabo, y salvándolos especialmente de las calamidades del año de 1786, y la cripta de la Parroquia, que está cubierta con una grande y magnífica bóveda plana; viéndose también en ese lugar, el sepulcro del ex-Presidente de la República D. Anastasio Bustamante. Muy bonita es la fachada gótica de la Parroquia, hecha por el actual Cura D. José M. Correa, con la ayuda eficaz del Obispo D. José M. Diez de Sollano; pero donde hay mucho que admirar y que estudiar, es en el templo del Oratorio y en los edificios que le son anexos, la Santa Casa y el Colegio Salesiano.
Desde luego llama la atención el templo, ajustado él y su fachada, al pesado y correctísimo orden románico, con sus columnas barrigudas y ornamentación adecuada. En el interior está tan bien sostenido el estilo antiguo, que el visitante se trasporta centenares de años atrás, viendo los claustros, paredes, frisos, pavimentos, puertas y techumbres, mueblería y espejos De inestimable valor son las pinturas del templo, sacristía, capilla, sala de actos y la rectoral. En el cancel de las puertas que conduce al colegio, está el cuadro "Los discípulos de Emaus," soberbia pintura de autor extranjero; bajo las bóvedas, la vida de San Felipe, costosísima colección de Cabrera y en el altar mayor, otras colecciones de pinturas sobre espejos. En la sacristía están "El Calvario" y "El Descendimiento," por Islas, varios retratos de autores italianos y muy principalmente el "El Cuerpo de Jesucristo," donde la muerte real fué admirablemente interpretada. Los pasillos y corredores del Colegio, contienen los retratos de protectores y superiores del mismo y en salas de arriba, son de admirarse entre muchos cuadros, "La Anunciación," de Vallejo, y el retrato del P. Gamarra, obra de Cordero.
La Santa Casa es una capilla dividida en dos partes, compuesta de dos cañones uno dentro del otro, el mayor y principal de estilo arábigo, así como la cúpula del menor, teniendo aquel los frisos y suelos tapizados de azulejes, formando mosaicos, según los mudéjares lo usaban en sus palacio s musulmanes ó moriscos, de las costas de Africa. Guardan estas capillas tantos tesoros, que preciso ha sido ponerles enverjados á las puertas y limitar la entrada á determinadas personas.
Las pinturas que en cuadros pequeños hay en las paredes y las murales de la sacristía, son de gran valor artístico; los arcángeles que están en la parte posterior del altar de la virgen de Loreto, procedentes de Perrusquía, el famoso maestro de la Escuela queretana, son modelos de mucho mérito, donde lucen los caracteres de la estatuaria en las vestiduras estofados; haciendo resaltar el contraste antiestético que se advierte en la escultura principal que los arcángeles tienen por la espalda, con los ricos vestidos postizos de la virgen de Loreto y cabellera de seda natural, uso que está terminantemente prohibid o en las disposiciones canónicas y muy principalmente por el arte, cuyos fueros deben respetarse. Las alhajas de la imágen, las de las estátuas de los fundadores que sostienen ricas lámparas, el altar de mármol de Carrara, los tapices y ornamentos, son muy ricos y notables.
En la Parroquia hay dos buenas pinturas, lo mismo que en la Concepción, donde se ven otra bóveda plana cubriendo la parte que daba acceso al convento y la cúpula que se construyó imitando la de Los Inválidos de Paris, por el maestro Zeferino Gutiérrez, ya citado, también autor de la fachada de la Parroquia.
La Casa Municipal tiene origen con la fundación de la Ciudad: en ella aprehendieron Allende é Hidalgo á los españoles que se habían reunido para defenderse de la insurrección el 16 de Septiembre de 1810, y por muchos años estuvo abandonada, hasta haber sido preciso reconstruirla y decorarla por completo, lo que se verificó el año de 1888, por el Jefe político D. Homobono González. El Teatro se debe al Administrador de Rentas D. Juan Mañón, hecho en 1870 y reconstruido en 1887; el Mercado, que lleva el nombre del insigne D. Ignacio Ramírez, hijo del lugar, también lo hizo en 1890, D. Homobono González; los deliciosos baños del Chorro, construidos al pié del manantial de su nombre por D. Felipe González, á expensas del Ayuntamiento de 1802, costaron, con las cañerías para conducir el agua, á las casas, diez y ocho mil y tantos pesos; el Panteón fué obra del br. D. José Joaquín Hidalgo, hermano del Caudillo de la Independencia, y lo estrenó el 4 de octubre 1783, siendo Cura de la Ciudad. Además del ilustre Ignacio Ramírez, tan conocido con el nombre del Nigromante, nacieron en San Miguel los personajes de la Insurrección de Independencia D. Ignacio Allende, D. Juan y D. Ignacio Aldama, los obispos Madrid y Sollono y otras varias personas muy prominentes en distintas épocas.
Fuente:
González, Pedro. Geografía local del Estado de Guanajuato. Tipografía de la Escuela Industrial Militar. Guanajuato, 1904. pp. 398-401
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