De los tantos edificios abandonados que hay en Mineral de Pozos, uno de ellos llama enormemente la atención, parece una enorme casa, verdadera residencia en toda la extensión de la palabra, y sí que lo fue, pero, la función que cubría cuando fue construido era la de una hacienda de beneficio de metales.
Fue hacia el último cuarto del siglo XIX cuando entró en operación La Purísima, sitio en el que se beneficiaba, especialmente la plata, con el proceso de amalgamación, conocido también como "de patio" pero, ante el éxito de Pozos con sus bonanzas, se introdujo tecnología moderna, el vapor, la electricidad, que desplazó al poco tiempo el antiguo proceso, casi arcaico y el edificio se convirtió en casa habitación. Comenzada la Revolución la producción minera cae en declive, se abandonan las minas y, al poco tiempo, el pueblo es abandonado, de ahí que durante medio siglo se le consideraba como un pueblo fantasma.
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