“En todos los tiempos, en todas la épocas, ha existido el bufón, el maromero, el cirquero, que han distraído al amo, que han adulado a los potentados y que han divertido con sus sana alegría a chicos y grandes… en el año de 1867, llegó a México el primer circo europeo Chiarini, levantando sus carpas en la recién abierta calle de Gante, causando sensación los actos de los artistas extranjeros. Poco después ingresó la familia de los clowns y acróbatas Jack y Ricardo Bell. “El Circo Chiarini refuerza su espectáculo con los grandes acróbatas Albisu y Buislay y posteriormente incluyendo en su personal a cirqueros mexicanos.
El 10 de noviembre de 1869, se celebró el beneficio del gracioso clown Jack Bell, el programa constaba de 17 números de los cuales los más salientes fueron: el trampolín por veinte árabes, el combate de las amazonas, los clowns hermanos Bell y el postillón de Sainz Petesburgo sobre ocho caballos en pelo por el niño Ricardo Bell, (el que con el tiempo llegara a ser ídolo del pueblo mexicano). En el año de 1873 debutan los acróbatas norteamericanos Orrin. Ya para ésta época se habían destacado notablemente: lo Bislay, los Orrín y los Bell, quienes recorren toda la américa con gran éxito. Mientras tanto ya se habían formado otras compañías con trupes extranjeras y mexicanas e inaugurando: el Gran Circo Nacional, Gran Circo Codona, (familia de los grandes trapacistas mexicanos) y el gran Circo Nacional Mexicano.
En 1880, los cuatro hermanos Orrín, instalaron en la plaza del Seminario su circo teatro. En vista del éxito que tuvieron, el ayuntamiento los autorizó para que edificaran en la plazuela de Villamil su espectáculo, el que fue inaugurado solemnemente el 8 de febrero de 1881. Por aquí pasaron grandes compañías: la de zarzuela, en la que figuraba Fernando Rusquella; compañía de ópera; compañías dramáticas y la figura indiscutible del humorista Ricardo Bell que bien pronto se amoldó al ambiente de los mexicanos, (en febrero de 1896 fue multado con 500 pesos, por haber lanzado un chiste muy subido de color, en contra de un conocido personaje que se encontraba en un palco).
El Circo Orrín en sus noches de función, se veía como en días de fiesta; por la calles de Santa Clara, la Mariscala y Santa Isabel, transitaban los peatones, tranvías de mulitas, las calandrias y los elegantes carruajes con dirección al circo. La función comenzaba con una obertura, después por la puerta de la entrada a la pista, aparecían los hermanos orín vestidos de frac seguidos de unos artistas uniformados con casacas de terciopelo para después iniciarse el desfile de artistas: una bella mujer tocaba melodías con el cornetín; Miss Welton, diserta con los caballos; alambristas y pulsadores, domadores de leones, elefantes, focas y otras fieras; sin faltar la alegría, la personalidad fulgurante del espectáculo, para grandes y chicos, el clown Ricardo Bell.
Después de un intermedio, daba fin a la función con la Pantomima Acuática en la que tomaban parte todos los artistas sobresaliendo Ricardo Bell y el enano mexicano Pirrín Plín. La pista había sido llenada de agua, la escena se desarrollaba en un pueblito de Italia en donde festejaban un matrimonio; aparecían varios jóvenes en varias lanchas y al compás de la música continuaba la pantomima, ocurriendo escenas chuscas, concluyendo en que todos caían al agua incluyendo a los recién casados…
Fuente:
Casasola, Gustavo. 6 siglos de historia gráfica de México. Tomo 4. México, 1978.
Muy buenos reportes saludos.
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