lunes, 25 de febrero de 2019

El templo del Hospital de San Lázaro en el total abandono, Ciudad de México.

  En el México del siglo XVI, es decir, cuando se llamaba Nueva España, uno de los primeros enormes problemas que se vivieron fue la transmisión de enfermedades. Todas ellas eran desconocidas, la viruela, el sarampión, por mencionar algunas, eran conocidas y temidas en Europa, acá fueron detonante para una considerable baja en el número de población que algunos autores establecen llegó al 90% la mortandad, esto es peor que una de las tantas pestes que en la Edad Media afectó a Europa. 

   A esos eventos aunamos los que trajeron los contactos sexuales, que desataron otra suerte de epidemias y su consecuente mortandad, de ahí que la proliferación de hospitales ocurriera luego de pocos años de presencia europea, el primer hospital fundado fue el que Cortés mando levantar, el de la Purísima Concepción y Jesús Nazareno en 1524, hospital que sigue funcionando hasta nuestros días en la ciudad de México. El segundo hospital que Cortés creó fue el que se conoció como San Lázaro dedicado a quienes padecían la lepra.

   Pero no solo la lepra hizo presencia en la Nueva España, también lo hizo el mal gálico, que es la sífilis; el fuego sacro o fuego de San Antón, que es el Ergotismo. Agreguemos a ello la demencia que siempre ha tenido presencia en la raza humana. Para esta enfermedad se establecieron hospitales que podemos decir tenía una cierta "especialidad" al atender a cada una de las enfermedades y es así como hacen aparición por estos rumbos las Ordenes Hospitalarias:

   Las órdenes hospitalarias deben generalmente su origen a alguna necesidad apremiante e imprevista, a algún azote destructor que no se puede combatir con los medios ordinarios como el fuego de San Antón, la peste negra, etc y al hospedaje y protección de peregrinos a Tierra Santa, por ejemplo, lo cual las diferenciaba de las órdenes militares cristianas, que tenían un objetivo espiritual centrado en la cruzada contra los infieles y la conquista (reconquista en España) y cristianización de paganos e infieles. Las órdenes hospitalarias comprendían dos clases: las dedicadas exclusivamente a la hospitalidad (hospedaje y sanación de enfermos: curar cuerpos curando almas, con el trasfondo medieval cristiano de la dualidad enfermedad-pecado) y las que a la vez eran hospitalarias y de protección militar a peregrinos (ayuda y socorro al viajero que se desplaza por motivos religiosos por territorios agrestes o peligrosos). (Wikipedia).

  De los hospitalarios que llegan a México están: la de San Juan de Dios, los Antonianos o Antoninos o de San Antonio; los Hipólitos; los Betlemitas, muchos de los hospitales que se establecieron tanto en la ciudad de México como en otras poblaciones, estaban atendidos por estos hermanos hospitalarios y uno de lo vestigios que en lamentables condiciones está escondido entre edificaciones modernas y a punto de caer es el templo de San Lázaro, cuyo hospital estaba anexo y del cual no queda nada.
 
  Para leer sobre la construcción y desarrollo del Hospital de San Lázaro, entra aquí. Para leer acerca de los hospitales que hubo en la Ciudad de México, entra aquí. Un interesante artículo de El Universal sobre las condiciones que el templo de San Lázaro tiene en nuestros días está aquí

   El filántropo y doctor Pedro López, estableció este hospital en 1572 para "los enfermos del mal de San Lázaro" y fue sostenido por su fundador hasta 1596 y en los años siguientes por sus descendientes. En 1721 pasó a los religiosos de San Juan de Dios conocidos como "Juaninos" quienes lo abandonaron al desaparecer la orden en 1821. El Ayuntamiento se hizo cargo del hospital hasta 1862 en que los pacientes pasaron al de San Pablo, el cual se conoció posteriormente como el Hospital Juárez.


   La iglesia fue dedicada el 8 de mayo de 1728, a la Virgen de la Inmaculada Concepción o llamada "Virgen de La Bala", patrona de los matrimonios, de las mujeres embarazadas y parturientas, así como protectora de quienes tienen profesiones peligrosas o corren el riesgo de ser alcanzados por algún disparo. Tomó su sobrenombre debido a la leyenda de que la imagen protegió a una mujer que iba a ser asesinada por su esposo enfermo de celos, incrustándose la bala en la peana de la figura con la cual se había escudado la mujer, incluso se dice que aún se encuentra esa bala dentro de la imagen de la Virgen. 

   La construcción de la iglesia fue costeada por el bachiller Don Buenaventura Medina Picazo, contó con pinturas de Nicolás Rodríguez Juárez en el camerín y también con un espléndido órgano. En 1800 se suprimieron el crucero, el cimbrorio y el camerín. Al decaer la edificación fue fraccionada y vendida hacia 1890. La iglesia perdió la torre y el edificio del hospital desapareció como consecuencia del terremoto del 7 de abril de 1845. (Tomado de SIL, Sistema de Información Legislativa.)

  Y, efectivamente, como lo vemos en las imágenes, el templo está a punto de colapsar...


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