Cada vez son menos los ejemplos que tenemos del estilo dominante en la arquitectura civil del XIX que se mantuvo en las primeras décadas del XX, quizá las fachadas, algunas de ellas, se han mantenido, pero sus interiores han sido demolidos, privándonos con eso el admirar el manejo del espacio que entre los arquitectos de la época había.
El estilo conservaba la idea colonial del patio central (idea que desde Andalucía nos llegó en tiempos novohispanos), los techos eran altos, el corredor era indispensable y la fuente al centro del patio era indispensable.
Manteniendo también la idea virreinal, las habitaciones que daban a la calle regularmente eran accesorias, es decir, dedicadas al comercio. Esos comercios bien podían ser parte de la actividad de la familia que habitaba la casa o, en muchos casos eran rentados. El primer salón que aparecía, luego de las accesorias era la Sala, espacio social en el que la visitas eran atendidas o las reuniones familiares comenzaban para luego pasar al espacio privilegiado: el Salón comedor.
El salón comedor clásico estaba siempre al fondo del patio central, regularmente era visible desde la calle y tenía una puerta central con sendas ventanas, creando así un espacio equilibrado en cuanto a diseño se refiere. En ocasiones la cocina estaba a un lado, en otras estaba detrás.
De los salones comedor que sobreviven en Salamanca, de donde proceden todas las fotografías, en uso ya no quedan (al menos que yo lo sepa) de los que siguen en pie están en ruinas o han pasado a uso comercial.
De seguro habrás visto uno de estos espacios en los ahora llamados centros históricos, muchas veces son utilizados por tiendas de telas, de su uso regular, como comedor, ya no queda mucho... aunque no dudo que por ahí sobreviva uno de esto espacios que eran indispensables en la casa y que consolidaban la institución familiar. Esa de la que ahora tanto carecemos.
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