Este Cristo que ahora -vemos se dice- fue uno de los tres traídos de España por Alonso de Villaseca, minero que en señal de agradecimiento por su floreciente negocio entregó a los pueblos en donde algunas de sus minas se ubicaban: Pozos y Cata en Guanajuato y Mapethé o Plomo Pobre en Hidalgo. Independientemente del ligero parecido que guardan los Cristos o de la especial belleza que tienen estas imágenes, hay algo que me llama la atención y que solamente lo he visto en los templos del Estado de Hidalgo; son, esas especies de collares o ensartas de flores que forman una onda en la parte trasera de la escultura y que le dan un aspecto totalmente distinto a lo visto en otros lugares.
Algo que vemos en distintos puntos del país son las cruces en las cuales se coloca un lienzo largo que va de un lado al otro del travesaño cayendo de manera tal que llega a formar una especie de M. Esta tela o lienzo es la representación del Santo Sudario. Lo he visto en color blanco y también en morado. Blanco, representación de pureza; morado de penitencia y sufrimiento.
Y estos collares son colocados también en las imágenes de santos, la razón de esta práctica está asociada a los llamados usos y costumbres de los pueblos indígenas, en este caso al Ñahñhú, conocido mejor como Otomí. Me dicen que el nombre de estos collares es el de Cuelga, recuerdo que antes, cosa que aun me tocó vivir, cuando uno festejaba el Día de tu Santo, que mucho más antes era el mismo del Día de tu Cumpleaños por ser práctica común llevar el nombre del santo del día en que se nace; al regalo que uno recibía se le llamaba precisamente "cuelga", quizá venga de allí esa idea de la cuelga en los santos de los templos del Estado de Hidalgo.
En algún momento pensé que esta "cuelga" iba asociada a las cuerdas que cuelgan de las cruces laterales en el Calvario, las de Dimas y Gestas, pero no es así, ya que esas lo que manifiestan es que a estos dos personajes no los clavaron en una cruz, sino que fueron atados... y habrá que ver que, en esta representación que vi en el convento de Tepeapulco las cruces son distintas, una de ellas me recuerda la Tau.
Vemos ahora el Cristo del templo del Cardonal, Hidalgo. De él penden 5 "cuelgas", en cambio, en la primera imagen, la del Señor de Mapethé, son tres los hilos o "cuelgas" con la que está ornamentado y, más aun, en la siguiente imagen, que es en el templo de San Miguel en Izmiquilpan, son doce las "cuelgas" que penden, vemos una relación numérica. Vemos números que continuamente aparecen en las manifestaciones religiosas, la razón de esta práctica nos la da una apreciada amiga, Guadalupe Huicochea.
"En Hidalgo, las "cuelgas" colocadas encima de una cruz vacía, representan el sudario, pero si están colocadas encima de un Cristo o cualquier otra imagen simbolizan un acto de bienvenida, cuando llega una imagen a "visitar" al santo patrono en su fiesta, la gente les coloca cuelgas, pueden ser de cera, flores, dulces, pan, o el producto de la cosecha local: fruta, maíz, chiles, etc. También colocan "cuelgas" a los visitantes. En el Valle de Mezquital, durante la fiesta del santo patrón le colocan cuelgas en una ceremonia solemne. Las "cuelgas" de cinco hilos, representan el Rosario, cuando las colocan a un santo, santa, virgen, etc. están ofreciendo el rezo del rosario. Las "cuelgas" de doce hilos representan a los Doce Apóstoles".
Y hoy que es Jueves de Corpus, recuerdo haber visto muchas "cuelgas" en la fiesta del Corpu Viejo en Temascalsingo, Estado de México.
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