Nos estamos recuperando de los 7mil kilómetros de recorrido. Mi regreso a Salamanca no es del todo placentero pues, apenas despierto luego de la primera noche y tengo ya flujo nasal con sangre. Esto se debe a la sensibilidad que tengo a los humos contaminantes de la refinería que si bien no se ven y ya no se huelen como antes, los efectos colaterales están allí. Evito la foto de un kleenex enrojecido porque sería un poco bizarro. En fin, será cosa de readaptarme de nueva cuenta. El ejercicio fotográfico de hoy es la primera parte de una serie que llamo "El factor humano". Anteriormente había incluido una selección fotográfica con es factor humano, aquí lo puedes ver. En él aclaro que prefiero las fotos solitarias, solo los objetos, las cosas, las construcciones, la naturaleza; pero en ocasiones es inevitable que aparezca una persona por allí. Y estas fueron las que hace poco se me cruzaron por el camino:
Debido a que el andar lento de la gente de la tercera edad cuando ellos pasan por mi lente los puedo integran a la escena pues me da más tiempo para encuadrar mejor.
Una no muy larga fila en espera del desayuno en el albergue estudiantil de Morelia.
Los músicos de las bandas de viento regularmente ponen toda la enjundia necesaria en sus interpretaciones, especialmente cuando van caminando por la calle, aquí durante el Carnaval en Tarímbaro, Michoacán.
Charros y Adelitas aparecerán con frecuencia en las festividades populares.
Con esto del cambio climático el uso de sombrero se ha vuelto imprescindible para aquellos que no resisten los rayos solares.
Recuerdo a una vecina que le comentaba hace muchos años a mi mamá que ella andaba a la moda aunque espantara. Creo el concepto aplica a este chamacón y su tribal corte de pelo.
En mi "peregrinación" a Atlacomulco, Estado de México, tierra de ya saben quien, llegué en domingo. Mal día para visitar templos pues estaban todos llenos en las continuas misas que se oficiaban.
Y que mejor sitio para hacer ejercicios de yoga y meditación que la pirámide de los Atlantes de Tula.
Ceremonias será seguro encontrar en viernes y sábado. Aquí una quinceañera en el templo del mini convento de Talhuelilpan, Hidalgo.
Y a la hora de la comida, hay que buscar lo que cada región nos ofrece, como son los Pastes en el estado de Hidalgo.
Esto es un ejemplo claro del poder de abstracción que muchos jovencitos tienen, la escena en el que fuera el panteón del convento de Ixmiquilpan, Hidalgo.
Eso que se ve al fondo, que parece una fortaleza medieval, es un templo franciscano en el estado de Hidalgo.
Y por ahí me tocó el Día de la Bandera.
Lo dicho, los viejitos se integran a la fotos con facilidad.
Aquí este individuo se encuentra admirando la rotunda belleza del templo del Señor de Mapethe, una absoluta maravilla. También en el estado de Hidalgo.
Baxthe es una comunidad otomí en el Valle del Mezquital, Hidalgo, zona en la que se festeja el Carnaval en diferentes fechas al Martes, anterior al Miércoles de Ceniza.
Aquí el paso de una banda durante un desfile de Carnaval por el rumbo de Alfajayucan, Hidalgo.
Cualquier rincón solitario es bueno para el institucional faje dominguero pueblerino.
Una mención de honor merecen todas las señoras y señoritas que se dedican al santo oficio de tortear, eso de las tortillas hechas a mano es algo excepcional que debemos fomentar... y comer!
Una dramática comparación que va de lo sexy a lo nada sexy.
Los lavaderos públicos en Jilotepec, Estado de México.
Dudo que si tuviera 30 años menos me incluiría en este grupo de rappel.
Bajo ninguna circunstancia lo haría... Esto fue en las inmediaciones de Jilotepec, Estado de México.
Y encontrarse con una reparadora de calzado en le momento justo cuando solo carga un par de tenis es otra auténtica bendición, aquí por la calle República de Cuba, en el centro histórico de México.
En Garibaldi le levantaron monumentos a todos los grandes, como a José Alfredo Jiménez.
Un repartidor de agua por el Centro Histórico, en la esquina de San Lorenzo.
Esta puerta era el acceso a uno de los locales más grandiosos que había en el centro de la ciudad de México, allí era el Bar León, la que se consideraba la "Catedral de la Salsa", hace años que lo cerraron.
No sé si has notado que por el centro de México abundan las viejitas que andan solas por la ciudad.
La nueva Alameda Central.
La opción telefónica es grande... aparentemente.
Aquí el padrecito tratando de jalar participantes para su oficio...
El ahora andador Madero, repleto de gente a toda hora.
Igualito que en París.
Cazador cazado.
Los capitalinos siempre inmutables ante el lente. Esto me confirma que la selva urbana es el mejor sitio para vivir la soledad en compañía.
Ahora que no llueve, nada mejor que los espacios públicos para leer.
Grupo de turistas visitando los baños de un convento y atentos a la explicación escatológica del guía. ¿Cuál será el encanto de saber cómo defecaban en el siglo XVI?
Esta foto la tomé especialmente para una amiga italiana que no cree que en el metro de la ciudad de México haya vagones exclusivos para mujeres.
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