domingo, 1 de marzo de 2020

Del cine, Guanajuato, la minería y sus palabras

   Las tres primeras imágenes de esta entrada corresponden a la película Bugambilia rodada en Guanajuato en el año de 1945 y fue dirigida por Emilio Fernández. Sus actores principales fueron Dolores del Río y Pedro Armendáriz, el argumento es de Rodolfo Usigli y ahí nos dejan ver un poco de usos y costumbres del siglo XIX y sus diferencias en las clases sociales. Lo interesante del film es el documento gráfico que nos deja ver la afamada ciudad hace ya 75 años. La trama es la misma que muchas telenovelas mexicanas o de cualquier otra nacionalidad: 

   En la ciudad de Guanajuato, en el Siglo XIX, vive la joven, bella y pérfida Amalia de los Robles (Dolores del Río) que es el objeto del deseo de todos los muchachos de la ciudad pese a los celos de su padre viudo, Don Fernando (Julio Villarreal), quien ve en su hija, el retrato de su esposa muerta, y siente por ella una extraña devoción. Sin embargo, el único hombre que despierta el interés de Amalia es Ricardo Rojas (Pedro Armendáriz), aun así, su amor es imposible debido a la diferencia de clases sociales y principalmente por los celos de Don Fernando. (Wikipedia)

  Lo más curioso de la película son los vestidos de Amalia, ya que hay una escena en la que lleva esa monumental crinolina y, al salir corriendo por la escalinata del Teatro Juárez y cruzar (supongo) el Jardín Unión, va a dar a la Plaza del Baratillo, en su carrera se ven los calzones que trae puestos, que la hace ver como un clown, o, en el mejor de los casos, un Arlequín... o, más elevado aún Pierrot. En la siguiente imagen vemos la pintura de Cezanne donde representa a Pierrot y Arlequín. Pero esto no es el punto a que quiero llegar ahora, sino a la definición de una palabra: Barra. 

La definición la busqué cuando preparaba mi libro sobre las haciendas de Salamanca y luego con el de Diego Rul pues varios personajes que fueron hacendados eran también mineros y la palabra barra aparecía en muchos documentos, la entendí muy bien y la expliqué en ambas publicaciones, pero una definición como tal no la había encontrado, fuera de una terminología que en un portal chileno daban sobre el mundo de la minería. Ahora, la encuentro perfectamente clara en el Diccionario de mexicanismo de Icazbalceta:

Barra. f. «Rollo de oro, plata ú otro metal sin labrar» (Dicc.). Entre nosotros la barra de plata pura, plata mixta u oro tiene la forma de una artesa, y su peso legal máximo es de 135 marcos. Si son de plomo se llaman galápagos, si de fierro zamarras, etc.

   Dice también el Diccionario: «Min. Amér. Acciones ó participaciones en que se dividía una empresa para el laboreo de alguna mina». Esa división subsiste todavía. BARRA es la unidad elegida para expresar la representación en la propiedad de las minas de compañía. Según la Ordenanza de 1793, esa propiedad se divide en veinticuatro BARRAS, unas aviadoras y otras aviadas. Las primeras son las que llevan anexa a la posesión la obligación de contribuir proporcionalmente a los gastos de la empresa; las segundas, sin tener esa obligación, tienen derecho a participar proporcionalmente de las utilidades, después que se han cubierto los gastos de explotación. En algunos minerales se usa otra especie de BARRAS, llamadas viudas, que disfrutan privilegios especiales, siendo el principal el de percibir la utilidad que les corresponde, antes de estar reembolsado el capital. Actualmente se acostumbra sustituir las BARRAS con acciones, que casi siempre se relacionan con la división en BARRAS, por ser ésta la más general y conocida (1).

   Por cierto, recuerdo que andando por los callejones no de Guanajuato, sino de Fez, en Marruecos, cuando se oía la palabra ¡Barra!, ¡barra! uno tenía que despejar y pegarse lo más posible al muro pues el barra quería decir algo así como ¡aguas! o ¡atención! e indicaba que venía una carreta con mercancía, jalada por burros.




Fuente:

1.- Joaquín García Icazbalceta. Vocabulario de mexicanismos. Tip. La Europea. México, 1899

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