Moroleón, Guanajuato, algo más que pura ropa.

Seguimos en el recorrido por el Estado de Guanajuato, recuerda que son 46 municipios los que conforman su geografía, hemos recorrido casi tres cuartas partes, pero aun nos faltan algunos por ver. Tal es el caso de Moroleón, lugar al cual llegan cientos de personas, muchos lo hacen solo de madrugada para aprovechar las subastas que allí se hacen de ropa, en los varios tianguis localizados pocos kilómetros antes de llegar a la población, por lo tanto, no llegan a conocer lo que su centro histórico ofrece, el cual, te recomiendo ir a visitar.

Aquí, como sucede en casi todo el país, la “modernidad” ha sacrificado una buena cantidad de edificios de alto contenido artístico e histórico, eso es lamentable, pero, más lamentable que no hay marcha atrás. Sigo viendo en muchos lugares que siguen sacrificando esas magnas construcciones que dicen son viejas y no funcionales, solo que, más bien, no funcionales son las mentes que generan esa idea de que lo viejo hay que tumbarlo.

El caso de Moroleón guarda algunas características, una de ella, la que salta a la vista, es lo armónico e interesante que es todo el centro de la población, zona que no llega a ser mayor de un par de cuadras, pero, aunque sea pequeño mantiene una alta representatividad en lo que fueron los centros históricos levantados entre finales del XIX y principios del XX.

Te dejo unas cuantas fotos tomadas en toda la zona de portales, alrededor de jardín principal para que compruebes la magnificencia del lugar y te des una idea de lo que fue la arquitectura urbana del México que se nos escapó de las manos hace algunos… sexenios.

En Moroleón además de miles de tiendas de ropa, encontrarás miles de motos, es sorprendente la cantidad que de ellas circulan por las calles, hacía mucho tiempo que no veía esas escenas de motos por todos lados y su consabido ruido, así que, si decides visitar Moroleón, además de comprar ropa a excelentes precios, procura dar una vuelta con calma por sus portales, ve atento al cruzar por las calles, pues te saldrán motos por todos lados y verás la joya que allí se guarda, de esa hablaremos mañana.