El Santuario del Señor de la Columna en Purísima de Bustos, Guanajuato. La Capilla Sixtina de Hermenegildo Bustos.

Volvemos una vez más a Purísima de Bustos en el municipio de Purísima del Rincón. Muy cerca de San Francisco del Rincón y de León, pegado a los Altos de Jalisco. Aquí al igual que en todo el Bajío, fue una zona de abundante agua, esto lo constatamos al leer a don Pedro González, historiador y geógrafo salmantino quien, además fue político y fungió como jefe político, algo así como alcalde, a finales del siglo XIX. Y nos dice: “Purísima disfruta de agua que brota en donde quiera que se abre una zanja, siendo la población particularmente fértil y pintoresca”.

Continúa don Pedro González describiéndonos el pueblo: “las calles de Purísima, tan bien alineadas como las de San Francisco, no sufren el inconveniente del estancamiento de las aguas, en virtud del suave declive de su asiento; ni carece la ciudad, como aquélla, de puntos de recreo positivamente hermosos. Los parajes inmediatos a Los Pilares de Nueva Galicia y a la congregación de Palenque son puntos de frecuentes paseos para los habitantes. En este último lugar, como en la población, abundan los árboles frutales, entre los que sobresalen los naranjos, cuyos azahares extienden su aroma sobre la región del pueblo de modo tal que domina materialmente el agradable olor, pronunciándose más si se recibe bajando el camino de Galicia”.

Algo curioso encontramos en Purísima, que su fundación se da exactamente el mismo día que la de Salamanca, el 1 de enero de 1603, claro está, por el mismo virrey, don Gaspar de Zúñiga y Acevedo. Solo que, hay otra curiosidad, en todos los sitios de información de Purísima se dice que fue fundada por orden del virrey Enríquez de Almanza, que fuera virrey de 1568-1580 y Zúñiga de Acevedo lo fue de 1595-1603… la duda queda.

Cuando visité este Santuario llovía a cántaros y el frío calaba, pues no iba preparado, así que no me fue posible retratar la fachada, la cual es muy sencilla, pero lo que su interior guarda es una explosión de color bien combinada, de murales pintados por el prodigioso pincel de Hermenegildo Bustos persona que, dada su alta religiosidad fue quien construyó el templo y se hizo cargo de él hasta su muerte.

En uno de los muros podemos ver una de sus célebres obras: “El Señor de las Burlas, escena en la que Jesucristo se encuentra entre dos sayones; está representada en el altar dorado de la parroquia de Purísima de Bustos. (Las paredes laterales del santuario del Señor de la Columna también tenían pintadas, además de ésta: El Prendimiento, La calle de la Amargura y el Huerto de Getsemaní, pero las borraron y sustituyeron por otras “más nuevas”

Ediciones La Rana, la del Gobierno del Estado de Guanajuato, tiene algunas ediciones de libros que hablan sobre la vida y obra de Hermenegildo Bustos, el que escribió Pascual Aceves Barajas es el que más se acerca a la vida cotidiana que llevó el artista, en cambio el de Raquel Tibol es un análisis a profundidad de su obra.

En esas ediciones se ha hecho mención de algo que Bustos desarrolló a la perfección: los retablos o Ex votos, que son verdaderas maravillas, pues el detalle con el que identifica a cada uno de los personajes se hizo a la perfección. En el museo que hay en Guanajuato, len la que fuera la casa de Diego Rivera, hay una sala dedicada a su obra que es en verdad extraordinaria.

22 de Noviembre de 1855. En esta fecha se abrieron los cimientos de este santuario, cuya obra inició con esfuerzos propios el Sor. Pbro. Ygnacio Martínez. Se interrumpieron los trabajos en Sbre. De 1857 por los acontecimientos políticos. Enero de 1858 continuaron los trabajos volviendo a quedar interrumpidos en febrero del mismo año con motivo de la revolución; siguieron los trabajos en Enero de 1859, y concluyeron el 20 de Octubre de 1863, fecha en que quedó terminado este templo, y dedicado al culto del Sr. De la Columna; habiéndose concluido por el mismo Sr. Pbro. Ygnacio Martínez, quien hasta la fecha de la colocación de otra placa ha sido su CAPELLAN. Purísima del Rincón. Enero 21 de 1890.

Este santuario es pequeño, pero de una riqueza artística enorme, hay que verlo con mucha calma, y con gran suerte y el debido permiso parroquial, te dejarán entrar a la Sacristía que es donde se guarda la pintura que es considerada la obra maestra de Hermenegildo Bustos, en donde retrata al Presbítero Ignacio Martínez. “En el santuario del Señor de la Columna queda su obra maestra: el retrato del padre Ignacio Martínez. Este sacerdote era sumamente virtuoso y su biografía completa está escrita de manos de Hermenegildo Bustos en su mismo retrato. Fue capellán de los chinacos y se cuentan de él graciosas anécdotas, como cuando, en cierta ocasión en que le pidieron prestado el templo para hacer una festividad y traer de León un orador sagrado, les contestó “Ahí en ese púlpito sólo predican el Güero, porque las puede (se refiere al padre José Guadalupe Fernández) y yo porque me costó mi dinero”.

“A pesar de que los rostros son casi prefectos, Bustos les daba a los mismos una gran importancia y los reproducía con su pincel maravilloso con todo cariño, afición y honradez artística, aunque tenía horas débiles y descuidaba a veces algunos detalles secundarios de las manos, del torso o de los miembros inferiores. Algún fragmento imperfecto: en su obra maestra, que es el retrato del padre Martínez, contrasta la viveza, la perfección el rostro, la exactitud con que reproduce su estado anímico y su carácter –que era un tanto impaciente e inquieto-, con los miembros inferiores, que son de una notable imperfección”.

El presbítero Ignacio Martínez, hijo legítimo de don Juan Martínez, español, nacido en la Villa de Murcia, y de doña Soledad Hurtado de Mendoza, de la ciudad de Guanajuato. Me dio a luz el año de 1827. El 31 de julio murió el señor mi padre, en la ciudad de San Luis Potosí, del cólera morbos, año de 1833. Recibí la educación, de mi señora madre, hasta la edad de 16 años, fecha de su fallecimiento. Desde entonces fui recogido y adoptado como hijo por el respetable doctor don Mariano Leal del Castillo, quien siguió educándome a la par de sus hijos legítimos, y poniéndome en el Colegio de Guanajuato hasta concluir mi carrera científica, eligiendo de mi propia voluntad la eclesiástica, todo esto a expensas de su peculio. Me ordené de las tres primeras órdenes y de subdiaconado y diaconado, en las témporas de la Santísima Trinidad, y me recibí de presbítero el 25 de octubre del mismo año de 1849. ordenado que fui por el ilustrísimo señor doctor don Juan Cayetano Portugal, canté mi primera misa en el convento de San Francisco, el día 19 de enero de 1850, siendo mis padrinos el señor cura párroco don Toribio Hernández y el reverendo padre guardián del mismo convento fray José María Espinoza, y los seculares don Mariano Leal y don Marcelino Rocha. Fui a administrar el mismo año y mes a Maravatío el Grande, en donde duré un año y medio; de allí pasé al curato de San Francisco del Rincón, y el año de 54 por disposición de mi señor cura, pasé a esta vicaría, que lo era entonces de aquel curato. El año de 55, viendo el aprecio que todo este pueblo tenía y la devoción que le profesaba a la Milagrosa Imagen del Señor de la Columna, que estaba colocada en una miserable capilla y lo cuidaba una india llamada Juliana Hernández, quien había formado una verdadera orgía de pulque y vicio dando por resultado multitud de escándalos públicos; para evitar estos abusos me puse de acuerdo con la gente piadosa y sensata de este pueblo, para formarle un templo a esta Imagen, en donde se celebrase el Santo Sacrificio de la Misa y hubiese en él el Sagrado Depósito. Aprobado que fue mi pensamiento lo expuse a todos, cuya idea generalmente fue aprobada con gusto y entusiasmo prometiéndome todos su cooperación, como lo hicieron eficazmente hasta concluir este templo, que le di por nombre Santuario del Señor de la Columna. El año de 63, el 21 de octubre, se inauguró con la mayor solemnidad que pudiera verse, asistiendo 21 sacerdotes y siendo el predicador el señor cura de estos pueblos, doctor fray Vicente Garcidueñas. Y asistiendo también el señor licenciado don Manuel Doblado, entonces gobernador de Guanajuato. Desde entonces hasta ahora, después de ser el fundador del templo, he sido su capellán gratuitamente, sosteniendo el culto sin honorario alguno, a pesar de mi suma y bien conocida pobreza. Dos años después ubiqué la casa de Ejercicios, dedicada al mismo Señor. Todo esto me ha granjeado el respeto y aprecio todo este pueblo, quien con in instancia varias veces me suplicaba dejar la copia de mi persona para perpetua memoria. Pero yo por pudor y modestia, me había rehusado. Hágalo ahora no por vanidad, sino por no ser infiel a las vivas instancias de mis queridos amigos, no menos que al empleo que tomó don Hermenegildo Bustos. La prosperidad con esto verá mi gratitud para todos los que me aprecian.

Yo, Hermenegildo Bustos, aficionado pintor, indio de este pueblo de la Purísima, para que sus futuras generaciones conozcan a su bienhechor tomé empeño y a mis expensas tuve honor de retratarlo el 6 de octubre de 1892.

Bibliografía:

Geografía Local del Estado de Guanajuato. Pedro González, Editorial La Rana, Guanajuato, 2004.

Hermenegildo Bustos, Pascual Aceves Barajas. Editorial La Rana. Guanajuato. 1996.

Hermenegildo Bustos. Raquel Tibol. Editorial La Rana. Guanajuato, 1999.

Las fotografías las tomé en el Santuario del Señor del Calvario en Purísima del Rincón (ó Purísima de Bustos), Guanajuato. Las de los retablos las tomé del libro de la Señora Tibol.