Cuando los cazadores de alcatraces juzgan que ha llegado el tiempo oportuno, invaden la zona de crianza armados de garrotes y con ellos matan todas las crías para aprovechar el aceite de su buche. Y como esa operación se ha repetido consecutivamente durante muchos años, a la fecha se han acabado los alcatraces o son tan pocos los que existen en estas costas, que puede decirse que se acabaron para los efectos benéficos que resultaban de su existencia.
"Hay que decir que los alcatraces solamente pueden alcanzar la sardina o pescado que está en la superficie del mar, cosa que no logran retirados de las orillas, y como eran bandadas de millares, con el batimento de las alas desplegadas, arrimaban la sardina a las inmediaciones de la playa, donde su captura se les facilita. Y como es normal con los cardúmenes de sardina, detrás de ellos venía una infinidad de peces que permanecían en la orilla para alimentarse con la sardina, en persecución de esos pescados también se arrimaban los tiburones en grandes cantidades.
Parece inverosímil que la bárbara destrucción de los alcatraces haya sido una causa de la menor frecuentación de los pescados en las ensenadas y radas de la costa. Sin embargo, la desaparición de estas aves y la coincidencia del enrarecimiento costero del pescado son hechos positivos".
Gastón J. Vives.
La Paz, BC., mayo de 1935. (1)
Y así, debido a esta costumbre de matar, a palos, las aves marinas, nos deja sin el rítmo creado por la propia naturaleza... Lo que ves en la última fotografía es algo que aun no logro entender que es. Es arena comprimida, pero está llena de pequeños túneles, como si gusanos se deslizaran por dentro, cuando la tocas comienza a deshacerse. Había varias de estas formaciones la última vez que fui a la playa. ¿tú sabes lo qué es?
Fuente:
1.- Cariño Olvera, Martha Micheline. El porvenir de la Baja California está en sus mares. Vida y legado de don Gastón J. Vives, el primer maricultor de América. UABCS/SEP. México, 2000.
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