viernes, 19 de agosto de 2011

El edificio de Salubridad e Higiene, 1929. Ciudad de México.

954.- Ir a la ciudad de México es y siempre ha sido un gran placer, incluso viví más de dos años allí. Si bien el clima no me sentó nada bien en ese tiempo, aunado a aquello que a principios de la década de los ochenta era la verdadera contaminación, el estornudar me hizo dejar la ciudad, pero, más bien fue debido a la devaluación aquella del que defendería al peso como un perro, la que me hizo pensar hacia donde seguir la vida y fue cuando enfilé al Caribe Mexicano, pero con marcada nostalgia pues la vida en la ciudad de México me era muy satisfactoria a pesar de todos los pesares. Y conste que vivía en la colonia Juárez y trabajaba en ciudad Satélite pero, favorablemente, con el tránsito de vehículos a mi favor; esto quiere decir que cuando una marabunta de gente venía por el Periférico, yo iba tranquilamente por donde el carril no llevaba muchos vehículos, tiempos en los que los "peseros" eran Galaxy o Gran Marquis, de aquellos enormes carros que seguro te acuerdas.

Unos meses antes de eso que te cuento viví a escasos metros de donde está el edificio que hoy nos ocupa, siempre me llamó la atención pero, de ida, por las prisas, y de regreso por la hartazón, nunca me reservé una media hora para verlo pausadamente, casi siempre me iba de donde vivía, en la Condesa, hacia donde trabajaba, en la Zona Rosa, en el Metro, pero, siempre que me era posible prefería caminar, solo que, con el tiempo contado. Como quiera, al edificio de la antigua Secretaría de Salubridad e Higiene nunca le dediqué el debido tiempo, solo veía sus macados contrastes de línea, su color sobrio y su monumentalidad, ya opacada, por cierto, por los nuevos edificios.

Ahora que estamos sabáticamente viendo las cosas, nos tomamos el tiempo necesario para visitarlo y enfrentar el primer obstáculo: para entrar allí se requiere de un permiso que, "en Reforma 400 se lo dan, allí está Comunicación Social..." esa fue la respuesta que recibí cuando pretendí, inocentemente, entrar, pero, el custodio con amabilidad, abrió un poco la puerta y me dejó ver la monumental placa inaugural que está a lo largo de la bóveda por donde se entra a uno que, se miraba desde lejos, espléndido jardín.

Pero a uno que es buen observador, igual, caminando periféricamente, no porque fuera por el Periférico (aunque lo iba) sino en rededor del edificio, igual vamos encontrando esa majestuosidad que el maestro Arquietecto Obregón Santacilia le imprimió. Por cierto, yo siempre insistiré en que él es guanajuatense, aunque en todas sus biografías lo anotan como nacido en el Distrito Federal. Los Obregón Santacilia son de San Diego de la Unión, en el norte de Guanajuato, y la afamada ganadería de toros de lidia Santacilia, son de esa familia...

Este edificio fue mandado construir por Plutarco Elías Calles, esto ocurrió en octubre de 1925, días después del traslado de los restos de Hidalgo a la Columna de la Independencia; se llevaron cuatro años para terminarlo y se utilizó el diseño de moda: el Decó, aunque con toques nacionalistas a los que se les ha denominado (Wikipedia dixit) Neo colonial. El detalle de las ventanas me parece fabuloso.

Pero no fue a don Plutarco al que le tocó inaugurar este espléndido edificio, fue a Pascual Ortíz Rubio, uno de los varios presidentes que han pasado a buen fin, es decir, que no han dejado huella, como el caso de otros tantos que no es el momento de recordarlos . Como quiera, fue a él a quién le tocó ponerlo en función, o, para ser políticamente correctos, le tocó "entregar al pueblo de México" el primer edificio que se construía específicamente para una Secretaría de Estado.

Si un día tienes el interés por conocer esta verdadera maravilla de la arquitectura mexicana, será fácil dar con el edificio, se encuentra en el acceso principal al Bosque de Chapultepec, en el lugar llamado "la puerta de los leones" lo verás, algo están constuyendo por allí pues en estos días se complicaba un poco el acceso por la zona. Para mayor dato, este edificio que fuera de Salubridad e Higiene está frente a la magna Torre Mayor.

Y, dentro del anecdotario que guarda el inmueble, en aquellos gloriosos años treinta, dentro de las instalaciones había una sección denominada como "cárcel", a donde recluían a todo aquel adicto que era sorprendido utilizando las sustancias prohibidas... imagina en esta post modernidad que vivimos si se volviera a implementar esto, con facilidad se llenaría la Torre Mayor que veremos a continuación...



1 comentario:

  1. disculpen alguien sabe el sistema constructivo del edificio gracias

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