Si tienes al menos 45 años de edad recordarás en tus más remotas andanzas que cuando ibas al cine tenías, además de la posiblidad de ver dos películas por un solo boleto o ver la misma película hasta tres veces seguidas, era porque entonces se implementaba aquello de la "permanencia voluntaria". Cuando eran estrenos entonces no se permitía esa permanencia y había que salir una vez acabada la proyección.
Otra posibilidad que tenías era la de pagar menos por ver las mismas películas pero en butacas no precisamente cómodas. Esa parte, en lo alto y hasta atrás del cine no eran los mejores lugares, ni los más cómodos. Entonces se le llamaba Luneta a la parte baja y balcón a la parte alta, ya el término de gayola no era nada bien visto y, aunque se usaba, estaba en vías de desaparición.
Y hace más años, cuando los teatros de revista, las carpas, los cines de proyectores ruidosos y películas en blanco y negro, digamos que en los años cuarenta hacia atrás, el público que no tenía suficiente para una butaca cómoda se iba a la Gayola a la parte de arriba. ¿De dónde viene la palabra? Pues, la Real Academia de la Lengua nos dice que del latín caveola que significa jaula. En algunos países, como en Argentina, la palabra gayola sirve o servía para definir a una cárcel. Así pues, hubo un momento en que las salas cinematográficas incluían esa Gayola, como la que vemos en la fotografía del que fuera Teatro Juan Valle en Salamanca hacia 1930 aproximadamente.
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