Hasta donde lo recuerdo, hace 18 años, cuando llegué por primera vez a establecerme a San José del Cabo, la difusión que había del árbol comunmente llamado Palo Verde no era tal como lo vemos ahora, una auténtica y extraordinaria invasión que, durante el mes de abril explota en cientos de millones de pequeñas flores de un amarillo intenso que tiñen el paisaje de ese color y permiten que la vida se multiplique. Me explico.
El Estero de San José, hasta donde lo recuerdo, no presentaba la cantidad de palos verdes como la que hay ahora; caminar por allí en estos días nos dará varias oportunidades para recrear el espíritu, primero la visión, pues su color hace un cambio drástico en el habitual verde y azul que domina la zona. El acústico porque son cientos de pájaros, abejas y mayates (de los que vuelan) los que merodean por sus ramas en busca del néctar. El olfato también es estimulado, pues los millones de florecitas producen un delicado aroma. Y si te atreves a tocar, entonces el tacto te será fuertemente estimulado pues este árbol tiene infinidad de espinas de las que casi no se ven y que son las que más duelen cuando se te entierran.
El Palo Verde es un árbol oriundo del Desierto de Sonora, razón por la cual es abundante en la península de Baja California, Sinaloa, Sonora, el sur de Arizona y el sur de la California norteamericana, su floración es habitualmente en abril y mayo, ahora que vamos en mitad de su temporada el panorama está salpicado de amarillo.
Son tres los tipos de Palo Verde que se clasifican básicamente, el que tenemos en abundancia en Los Cabos técnicamente se llama Parkinsonia Aculeata, su característica, que lo hace diferente a los otros dos, es que uno de los pétalos de las florecitas crece en tono anaranjado rojizo. Hay otro llamado Parkinsonia Florida, sus flores son completamente amarillas y el tercero es Parkinsonia Microphylla, cuyas flores tienen uno de sus pétalos en color blanco.
Aquí te darás cuenta de que son, efectivamente del tipo Aculeata, ya que resalta el color naranja en uno de los pétalos. Palo Verde es, digamos que, el nombre genérico del árbol y dificilmente alguien te podrá señalar de cual tipo es cada uno, claro, si es que no vas acompañado de un biólogo o de una tableta en donde vayas consultando la multicitada Wikipedia. Es curioso que tenga el nombre de Parkinsona, seguramente el que los clasificó se apellidaba Parkinson, pero, como la enfermedad que tiene ese nombre es más conocida, nos remite de inmediato a ella.
Aquí en Los Cabos, y en general en la Baja California Sur, yo sólo he oído nombrar a estos árboles como Palo Verde, pero hurgando por allí encuentro que hay quien los nombra Palo Verde Mexicano, Cina-cina, Espinilo, Espina de Jerusalén, Palo de Rayo y Parkinsoniana. Sea el nombre que sea, estos árboles que si se llaman verdes es porque su tronco es de un tono verde limón todo el año y dos meses se cubren de amarillo son hermosos en verdad y, con la cantidad de flores que dan, seguramente seguirán creciendo más y más en la región. Te dejo varias tomas más para que te sorprendas de como resaltan en medio del paisaje sereno del estero de San José. Y sigamos celebrando el Día de la Tierra.
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