La Lotería Mexicana, Segunda Serie, ca. 1950.

   54 son las cartas de la Lotería Mexicana, 54 imágenes que nos hablan de lo que era la ciudad de México a mitad del siglo XIX, esa es la conclusión a la que llegué. Fue en esa época más o menos que se diseñó lo que conocemos por Lotería debido a que fue la época en que llegó don Clemente Jacques junto a los demás barcellonettes que llegaron en ese tercer tercio del siglo XIX a México. Él, contrario a lo que pensamos, antes de dedicarse a las conservas, se dedicó a la papelería y a la impresión y una de las cosas que más le solicitaban eran las barajas y las tablas de la Lotería, fue allí que comenzó toda esa tradición que perdura hasta nuestros días.

   Pensamos que, al usar barajas en este juego, lo podemos relacionar a los juegos de naipes, sea la baraja española que la francesa, solo que, la comparación no cabe pues, para comenzar, en esas barajas el número de cartas son 52, acá 54. Y los palos o mazos en que se dividen son 4, hay una correlación numérica, tan es así que si tenemos la paciencia de ir contando cada una de ellas, sea francesa que española, llegaremos al emblemático 360.

   En cambio, en la Lotería Mexicana si pretendemos encontrar los mazos se van a más de cuatro, igual pueden ser cinco que seis o más, la verdad no he tenido la paciencia. Hasta donde recuerdo los colores que se usan de fondo en esa Lotería son el azul, amarillo y verde.... pero luego de ahí igual vemos flores que frutas, que objetos cotidianos que nos aproximan a lo religioso o a lo patriótico. Vemos personajes que, entonces, eran comunes, como La Chalupa, o El Negrito. Hay emblemas que nos remiten al Segundo Imperio con La Corona; pero, al ver el diseño que se usó para presentarnos a La Dama, o al Músico, entonces vemos que traslape de épocas pues estos nos indican una época: el final de la década de los cuarenta.

   Y quizá sea allí, con estas dos imágenes que comienza la idea de hacer una Segunda Serie de la muy afamada Lotería Mexicana. ¿Cuándo fue? no lo sé, no aparece fecha ni en la caja, ni en ninguna de las cartas o de las tablas, simplemente se menciona que es una continuación, más aun, al ver que los números siguen, pues, recordamos que La Rana es la carta número 54, y aquí en la Segunda Serie, esa numeración inicia, precisamente, con el número 55.

   Los temas son tan variados como lo fueron en la edición original, el colorido y el dibujo es un poco cuestionable pues, en lugar de continuar una tradición bien marcada ya en la Primera Edición, este se volvió de un trazo menos preciso, quizá sea esa la razón por la cual la Segunda Serie no se volvió popular, bien dice el dicho que segundas partes no siempre son buenas. Cada quien tiene sus gustos y son muy respetables, pero creo que para poder superar los diseños de la Lotería, de la que todos conocemos y tenemos en mente, está bastante difícil.