En este santo jueves nos enfocamos a una de las antiguedades mayores que tenemos y que, por ser abundante, no le ponemos la menor atención; una vez que logramos descubrir su belleza en piezas únicas cuya confección sucedió hace 15, 20 o 30 millones de años, nos damos cuenta de la belleza extraordinaria que encierran. Me refiero a las rocas y a las piedras que por estos rumbos de México, la parte más sur de la península de Baja California, abunda: las piedras.
No me atrevería a calcular el peso de esta roca, su dimensión es de aproximadamente 60x100x30 centímetros y algo que puedes ver en ella es una serie de colores que solo la inmensurable precisión de la naturaleza pudo haber creado. Esta roca, al igual que las siguientes que verás en este ejercicio fotográfico, es una de las miles y miles que hay en una partecita de la Sierra de la Laguna, dentro de la Reserva de la Biósfera, cercana al arroyo y cañón de San Dionisio. Más adelante verás piedras que también, desde mi óptica, guardan una belleza singular y extraordinaria. Se encuentran en la barra de protección de la Marina Puerto los Cabos, obra realizada por el hombre hace cosa de seis o siete años. Esas piedras vienen también de la Sierra de la Laguna, solo que ahora son parte del escenario que tienen de fondo al mar de Cortés. No creo haya la necesidad de más explicaciones ya que, ahora, sólo se trata de ver.
En este santo jueves nos enfocamos a una de las antiguedades mayores que tenemos y que, por ser abundante, no le ponemos la menor atención; una vez que logramos descubrir su belleza en piezas únicas cuya confección sucedió hace 15, 20 o 30 millones de años, nos damos cuenta de la belleza extraordinaria que encierran. Me refiero a las rocas y a las piedras que por estos rumbos de México, la parte más sur de la península de Baja California, abunda: las piedras.
No me atrevería a calcular el peso de esta roca, su dimensión es de aproximadamente 60x100x30 centímetros y algo que puedes ver en ella es una serie de colores que solo la inmensurable precisión de la naturaleza pudo haber creado. Esta roca, al igual que las siguientes que verás en este ejercicio fotográfico, es una de las miles y miles que hay en una partecita de la Sierra de la Laguna, dentro de la Reserva de la Biósfera, cercana al arroyo y cañón de San Dionisio. Más adelante verás piedras que también, desde mi óptica, guardan una belleza singular y extraordinaria. Se encuentran en la barra de protección de la Marina Puerto los Cabos, obra realizada por el hombre hace cosa de seis o siete años. Esas piedras vienen también de la Sierra de la Laguna, solo que ahora son parte del escenario que tienen de fondo al mar de Cortés. No creo haya la necesidad de más explicaciones ya que, ahora, sólo se trata de ver.
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