Rincón de Tamayo, Guanajuato, el pueblo que quiere ser municipio.

 Sucede que, en estas dos últimas semanas del año, es cuando a mucha gente le pega el sentimiento, la nostalgia. Pasa más con la gente que está lejos de casa, en este caso me refiero específicamente a los paisanos de las comunidades, ranchos, pueblos y haciendas del estado de Guanajuato, eso lo he ido comprobando con los artículos que publico respecto a esos sitios, incluso hay un par de ellos, que se han vuelto punto de encuentro de mucha gente que por uno u otro motivo tuvo que salir de su comunidad. Soria y San Nicolás de los Agustinos).

 Así pues, si tu eres de ésta comunidad de Rincón de Tamayo, y radicas en los Estados Unidos, lo que verás aquí son fotografías que hace apenas unas semanas tomé, justo dos días después de la fiesta de Santa Cecilia. A Rincón de Tamayo, que muchos conocemos con el puro nombre de Tamayo, fui atraído por una cosa, aparte de comprobar si existe o no una hacienda, fue por su santo patrono: San Bartolomé Apóstol.

 Esta atracción a San Bartolomé se debe a que es él el santo patrono de Salamanca, ciudad fundada en 1603 ubicada al centro del estado de Guanajuato. A unos 35 kilómetros en línea recta (por carretera son unos 60), en dirección sur oriente se ubica Tamayo, cuyo nombre original fue San Bartolomé del Rincón; pueblo fundado el 16 de mayo de 1721 y cuyo santo patrono, evidentemente es San Bartolomé Apostol. No lejos de allí hay otro pueblo, mucho más antiguo, llamado San Bartolomé Aguas Calientes, fundado en 1546

 Así pues, llego a Tamayo y voy directamente a su parroquia, veo que, al estar dedicada a el Apóstol, su imagen está en la parte alta del altar mayor, es la más tradicional forma de representarlo, vestido con los colores que la tradición le ha impuesto, un vestido verde tierno con una capa de color morado, casi lila, portando su atributo: el cuchillo, ya que su martirio fue morir deshollado. Y hay en ese templo la imagen de bulto que aparece en esta fotografía, algo bastante sanguinario y un poco perturbador, en donde se ve, como lo interpretara Miguel Ángel en la capilla Sixtina, al santo pendiéndole la piel de su brazo. Esto tuvo uno de los más grandes impactos entre los pueblos mexicas cuando la evangelización pues el santo se asociaba a la deidad Xipe-Tótec.

 Pero la razón por la cual San Bartolomé está presente en docenas y docenas de pueblos en rededor de la ciudad de México y más allá, como aquí en Guanajuato en donde, hasta donde tengo noticia, hay tres comunidades -las mencionadas- que mantienen su patronazgo, es por una fuerte razón, la cual es la siembra y más aun, el florecimiento del maíz en pleno agosto. San Bartolomé tiene su fiesta el 24 de agosto, época en que (antes del cambio climático) las abundantes lluvias era cosa regular. No solo esto, pues las lluvias del verano llevaban consigo rayos y truenos y San Bartolomé era el abogado, según la creencia medieval, en contra de las muertes por rayos y en general el protector contra las tormentas. En la foto vemos a Santa Cecilia, patrona de los músicos.

 Ahora bien, hay algo extraño en este pueblo de Tamayo, pues cuando se autorizó por el virrey en turno la fundación del lugar en terrenos propiedad de don Antonio de Tamayo, esa autorización que llegó no en partida doble, sino cuádruple autorizó a que se fundaran el pueblo de la Santa Cruz de Comontuoso (actual Santa Cruz de Juventino Rosas); la Purísima Concepción del Guaxe (actual Villagrán); San José de los Amoles, (actual Cortazar) y San Bartolomé del Rincón. Los tres primeros, al paso del tiempo se convirtieron en municipios, Rincón nunca. Los motivos los desconozco, serán seguramente políticos y, sobre todo, económicos. En la foto vemos a Santa Teresa.

 Y algo que, finalmente entiendo, es la razón por la cual se acostumbraba nombrar a muchos sitios con el nombre de Rincón. Bien sabemos que el pensar del siglo XVI era en forma obvia, si le decían "de abajo" o "de arriba" era por eso de estar arriba o abajo, que igual se entendía por "el alto" o "el bajo", o "el grande", si había por allí una cañada, evidentemente que el pueblo se llamaría Cañada de esto o de aquello. Consecuentemente los pueblos de Rincón eran porque estaban en el rincón de un área geográfica, al ver las últimas fotografías lo entenderás gráfica y claramente. Ahora vamos a recorrer el actual Rincón de Tamayo, o Tamayo, para los cuates.

 Una carnicería, de esa cabeza saldrá un exquisito pozole.

 La tlapalería con todo lo imaginable en comales. Por cierto, esta palabra de Tlapalería es auténticamente mexicana, pues viene del Tapalli, color en náhuatl.

 Una colorida frutería.

 La paletería.

 Como todo pueblo y rancho del Bajío, el medio de transporte que abunda es la bicicleta.

 Un vendedor de pájaros.

 El color presente por todos lados.

 Y la veneración a la Guadalupana está también por todos lados.

 Como en todo pueblo del sur de Guanajuato, las carnitas son esenciales.

 Rincón de Tamayo está circundado por fértiles tierras.

 Y mira bien este cerro.

 Ideal para quienes gustan del rappel y esos deportes extremos.

 Luego me entenderás mejor....

 Una típica y tradicional barda de piedras, acomodadas con precisión y que por el sólo peso de las mismas mantienen el equilibrio y, si están bien hechas, no se caen.

 Nosotros nacimos en la etapa de la combustión interna, pero esta es mejor, se llama: la fuerza de sangre.

Y esta es la razón por la cual se llama Rincón, porque el pueblo está arrinconado a un cerro. ¿Y de la Haceinda que hay? pues bien, encuentro en la Gazeta de México, Tomo IX, Número 7, p.49:

"Junio 20 de 1798.- Hicieron su primera jornada (resguardados de tropa que les acompañó hasta su destino) a la Hacienda del Rincón de Tamayo, donde dieron esa noche y fueron atendidos y obsequiados con la mayor magnificencia por don Joseph Ignacio Villaseñor, dueño de la Hacienda del Rincón de Tamayo y vecino de esta ciudad de Querétaro..."