Los cerros nuestros de cada día...

Siempre ha sido mi fascinación, durante el trayecto del viaje, (el que sea), ir bebiéndomelo con los ojos, regularmente la cámara no me da oportunidad para tomar la escena que se va desarrollando, son muchas las cosas que se pueden ver a la vera del camino pero, con la velocidad y la inestabilidad del vehículo, regularmente las fotografías salen borrosas, movidas o desenfocadas, pero el impacto en la bitácora de escenas memorables queda en mi cabeza. Lo que estamos viendo ahora es el multicitado cerro del Culiacán, ubicado en las confluencias de los municipios de Cortazar, Jaral y Salvatierra en el estado de Guanajuato.

Será porque al vivir en el mero centro del Bajío lo que se ve son las llanuras solamente y, con el crecimiento urbano, los cerros, montes, collados, lomas y faldas de la sierra van quedando cada vez más ocultos. Pero, eso que te contaba, al ir por los caminos siempre surge un cerro, una forma caprichosa, en ocasiones de configuración perfecta que pensamos es obra del hombre, pero, no, simplemente porque la perfección de la naturaleza es aun mayor a lo que la mano del hombre pueda crear. Vemos ahora el cerro Gordo en el oriente de Salamanca, justo el día de luna llena de noviembre 2012.

Los cerros son, siempre, puntos de referencia a done vayas, especialmente en las zonas rurales, aunque no tanto, pues, por ejemplo Monterrey tiene como emblema el cerro de la Silla, en la ciudad de México cada vez que hay un día despejado se maravillan con los magníficos volcanes que les rodean. En la toma voy por la autopista Querétaro-Celaya al fondo vemos la sierra de los Agustinos, la que marca el límite sur oriente del Bajío.

Y cuando hay la oportunidad de viajar abordo de un avión, el encanto aun es mayor, pues, si son días despejados recorro la geografía nacional tratando de identificar cada parte, río, pueblo; pero, cuando son días nublados, como es el caso de esta toma sobre el valle de México, aparecen las monumentales montañas que le rodean, aquí vemos en el horizonte el Jocotepec, localizado en Jocotitlán, Estado de México.

Esta fotografía no es reciente, la tomé hace cinco años, se trata de la sierra de la Giganta, en Loreto, Baja California Sur y lo que vemos que destaca del lado izquierdo es el llamado Pilón de Lolita, en donde se teje una historia de amor que más bien es leyenda entre Lolita y un portugués que fue el amor de su vida, creo que al final el padre de Lolita no la dejó casar y ella se volvió cerro... algo así cuenta la tradición.

Ahora vamos por los Altos de Jalisco, justo a la salida de Lagos de Moreno y aparece allí el enigmático cerro de la Mesa. Digo enigmático por su forma, este se vuelve un punto de referencia entre los peregrinos que, dentro de unas semanas, comenzarán a verse por miles, en su camino a San Juan de los Lagos. Esta es la señal de que ya se acercan a su destino.

Otra toma aérea, lo que vemos sobresalir es el Nevado de Toluca y, antes, aparece la  sierra de San Andrés.

Aquí vamos en la parte más norte de los Altos de Jalisco, por el rumbo de Teocaltiche en dirección a Nochistlán, Zacatecas, y ese triángulo que ves es el Peñol, sitio que guarda una profunda historia ya que allí fue donde se dio la rebelión encabezada por Tenamaztle.

Creo ya te lo anoté en alguno de los artículos, eso que oí hace años, cuando era niño y que, en buena medida me fue marcando camino, "en México hay la posibilidad de que cada cerro sea una pirámide", no sé si fue en algún programa de cuando la televisión era en blanco y negro. El caso es que, éste que vemos se ubica a unos 3 kilómetros de Nochistlán, se llama el Tuichi, me dicen que allí era un centro ceremonial Cazcán.

Ahora pasamos entre Mexticacán y Yahualica, también en los Altos de Jalisco. Este sitio se llama Cañada de Islas y el particular cerro que vemos al centro es el de Acasico, sitio del cual te contaré más adelante las maravillas que allí se guardan.

Otro más, de forma cónica, lo vi entre San Miguel el Alto, Jalisco y San Francisco del Rincón, Guanajuato, cuando la región de los Altos desciende y, un poco más adelante, comienza el Bajío.

De aquellos meses que viví en Loreto, Baja California Sur, uno de los primeros impactos visuales que recibí fue al descender la Sierra de la Giganta y, de pronto, tenemos esta espectacular vista en la cual aparecen la Isla el Carmen, la Danzante y una más que bien podemos suponer son los picos de la sierra cuando se sumerge en el mar.

Esta vista es del Bajío, en la zona norte de Salamanca, detrás de esos cerros, cuya formación me parece sencillamente espectacular, está a pocos kilómetros, la ciudad de Guanajuato.

A la distancia podríamos pensar que se trata de un templo, pero no es así, son los cerros que están detrás del rancho de Los Cenizos en el norte del municipio de Salamanca, Guanajuato.

Yendo de la Hacienda del Vicario rumbo a Apaseo está esta colina.

Esta toma la hice rumbo a Obrajuelo, municipio de Apaseo el Grande, apuntando hacia el sur, creo son cerros de tezontle y los han ido demoliendo poco a poco, como sucede por el rumbo del valle de Santiago.

Otra toma en el norte del municipio de Salamanca, apuntando rumbo noreste, se trata de la Sierra de las Codornices, término poco usado; de aquí al norte, va apareciendo la Sierra de Guanajuato.

Y para concluir este viaje orográfico por algunos puntos de México, te dejo la triste realidad urbana la cual tiene por objeto no respetar nada, ni a sí misma.... al fondo, la sierra de Guanajuato vista desde el puente de la Autopista en Salamanca, Gto. Yo mejor me voy al Ranchu.

Y como encore a los cerros te dejo esta imagen. No se trata, evidentemente, de un cerro sino de un puente, ha estado allí desde hace 200 o 300 años, es justo luego de pasar la caseta de pago de la Autopista Querétaro-Celaya, en donde está la desviación para Santa Rosa Jáuregui. Este era el Camino Real. Recuerdo que en ese tramo, hace años, se veían varios vestigios de puentes que, con el paso del tiempo y el crecimiento de la carretera y de la ciudad desaparecieron. Este sigue allí, no sé por cuánto tiempo, está un poco escondido entre los árboles. Llevo años tratando de fotografiarlo y apenas medio salió la imagen con una relativa calidad.