Los Edificios, zona arqueológica abandonada en el municipio de Salamanca, Guanajuato.

 Si has pasado por Salamanca seguramente no te has detenido, eso es, digamos que normal; poca gente lo hace en su tránsito por el Bajío pues al ver desde la distancia los quemadores y las torres de la Refinería, aunados a los montones de tendidos eléctricos de alto voltaje que salen en todas direcciones desde la planta Termoeléctrica aquí asentada, lo que menos te provoca es una invitación al sano esparcimiento que es el turismo y la exploración. Si eres de esos, estas en un error. La ciudad es fea, bien fea, pero guarda dos tesoros coloniales y, un poco escondida y en el total abandono una zona arqueológica que es esa en mitad de la loma, en uno de los cerros del norte del municipio.

 Antes de la llegada de Pemex a Salamanca y su consecuente desarrollo en las más variadas industrias químicas y petroquímicas, la ciudad era un remanso de paz, una industria textil bien sólida constituía el primer pilar de la economía del pueblo que apenas contaba 13 mil almas. La curtiduría era el otro pilar económico y la fabricación de rebozos el tercero. Todas ellas actividades desaparecidas hace montones de años. Pero más importante que todo eso era la agricultura, ya que esta parte del Bajío tiene cuatro siglos de mantenerse como uno de los centros de mayor producción de granos y hortalizas. Es cosa de salir del casco urbano para comprobar la auténtica vocación de esta población.

 En este emblemático día del fin de la Cuenta Larga y del inicio de la Nueva Era, la Era de Piscis, decidí incursionar en un sitio del cual oí por primera vez hace 45 años al menos y que por angas o por mangas, es decir, por una o por otra razón, no me había permitido conocer. Camino solamente dos calles de donde vivo actualmente y espero el suburbano en el ahora llamado Boulevar Clouthier, que es el acceso a Salamanca cuando llegas por la Autopista, no tarda mucho en pasar el primer camión que me dejará en el punto más próximo a Los Edificios, en el rancho Los Cenizos, en apenas media hora llego allí luego de cruzar la zona más plana de todo el Bajío, no es un día no del todo despejado. La bruma, sea producida por el frío de la madrugada que por los humos de las fábricas que por las quemas de pastura no permite ver los cerros y lomerío que limitan al mero Bajío.

 El camión se para sobre la calle principal del rancho, está pavimentada, camino rumbo norte hasta donde están "las escuelas", según me dijeron en plural, aunque yo solo vi una, en singular. Allí doblo a la derecha y sigo caminando la loma que se vuelve más empinada cada vez y mi ya nula condición ¿atlética? me hace un poco pesado el camino. Al principio es fácil pues el camino aunque no está pavimentado es muy plano dado que pasan docenas de camiones materialistas desde hace dos meses debido a que es allí en donde están sacando la piedra para construir la autopista entre Salamanca y León. Nubes espesas de polvo respiro, se vuelve ligeramente pesado el andar pero será mi encuentro con lo más antiguo de Salamanca así que, como dicen en el rancho: noleaunque.

 El camino está trazado, no fue hecho precisamente para los interesados en conocer la zona arqueológica, es una de las tantos que forman la intrincada red de vías rurales, recordemos que el estado de Guanajuato tiene ya más de siete millones de habitantes y Salamanca se encuentra justo al centro y en el cruce de los caminos principales, su población rural es elevada, como elevada lo es la urbana también. Notarás en la foto la pendiente que hay que subir. Seguimos rumbo norte.

 Todo el camino, de hecho desde que crucé el puente de la Autopista, se ven campos sembrados o ya cosechados y listos para la siguiente stemporada, aunque en estos días una buena cantidad de terrenos estarán descansando para que, luego de la Epifanía (los Reyes) se vuelvan a preparar para recibir la siguiente semilla. "Toros", de cañas de maíz quedan allí para luego pasar a los corrales, hay una buena cantidad de ganado también por estos rumbos. Los garambullos dominan el paisaje junto a huizaches y mezquites y casahuates.

 Van 30 minutos de caminata desde que salí de Los Cenizos y ya se alcanza a notar esa como herida, que es justo el lugar en donde se levantó, en algún momento, lo que conocemos ahora como Los Edificios. hay quienes dicen que estos son vestigios purépechas, la verdad no lo creo pues el río Lerma formaba la frontera natural entre la Chichimeca y el Imperio Tarasco y el Lerma lo tenemos a unos 25 kilómetros al sur, partiendo en dos a la ciudad de Salamanca.

 Don Pedro González, que fuera el Jefe Político de Salamanca en 1880, conoció muy bien la zona; cuando participó en el XI Congreso Internacional de Americanistas en la ciudad de México, representando al Estado de Guanajuato, en 1896; hizo mención del sitio, junto con los de Apaseo el Alto y Uriangato, además de las cuevas con pinturas rupestres en distintas poblaciones del estado pero nunca hubo acción alguna para recuperarlos.

 "La presencia tarasca en el sur de la región ocurrió a partir de 1350, hasta poco antes de la llegada de los españoles. En esta zona geográfica, los tarascos mantuvieron el control tributario -que compartieron con los nahuas centrales- sobre los pobladores del sur de la región y generaron cierto tipo de defensas contra los teochichimecas , aunque aparentemente mostraron poco interés por su frontera norteña, por razones poco claras. No obstante, algunos sitios muestran clara influencia tarasca; por ejemplo, en el sitio de Cerro Gordo, cercano a Salamanca, se han encontrado restos de cerámica y construcciones típicamente tarascas como la yácata." (1) Habrá que aclarar que Cerro Gordo se encuentra a unos 12 o 15 kilómetros al oriente de Los Edificios.

 Y llegamos a nuestro objetivo. Más que emoción me da tristeza ver como, a lo largo de, al menos, un siglo, los buscadores de tesoros se han encargado de destruir este que es el asentamiento más antiguo de la región en Salamanca, Guanajuato. Leo a don José Rojas Garcidueñas:

 "Aseguran, también, los arqueólogos que los tarascos de Michoacán tenían (o habían tenido y acaso ya mucho antes del siglo XVI estaban abandonadas) guarniciones en puntos fortificados, para vigilar y prevenirse de las incursiones chichimecas. Suponen que a eso se deben varias ruinas, como las hoy llamadas "Los edificios", por el rumbo del Sáuz y Los Cenizos, y también el "coecillo" de Cerrogordo. Pero, en verdad, hasta hoy tales ruinas no han sido estudiadas debidamente; yo mismo he hecho varias instancias para que sean examinadas por expertos que redacten dictámenes o estudios, sin haberlo logrado, y mientras tanto los restos de esas ruinas han estado siendo removidos y destruidos por curiosos torpes y por los inevitables buscadores de tesoros, que ni encuentran ni encontrarán allí joyas y, en cambio, destruyen irremediablemente los pocos monumentos que podrían dar algunos conocimientos sobre el pasado de esa región". (2)

 La razón por la cual creo que no hay influencia Purépecha en este sitio es debido a que de una década para acá se está replanteando el cómo fue el poblamiento del Bajío, se han recuperado los sitios de Peralta, Plazuelas, Cañada de la Virgen y Cóporo, todo ello ha tenido por resultado la idea de la Cultura Bajío que nos dice de esa etapa no del todo estudiada de cuando pueblos se asentaron en lo que hoy conocemos como estado de Guanajuato justo hacia el norte del río Lerma.

 Hay algo que me pareció en verdad sorprendente de Los Edificios: su ubicación. Es totalmente estratégica, es más, me parece la mejor elección que se hizo en cuanto a un punto de vigilancia de todo el Bajío. Notarás en la foto la curva del camino. Al frente aparece un cerro, este tapa por completo al sitio, el cual se ubica del lado izquierdo. Ellos podían dominar hacia uno y otro lado del cerro, la zona oriente y poniente del Bajío, pero cualquier intruso que se aproximara le sería imposible saber que detrás de ese cerro había un asentamiento humano.

 Los Edificios están entre matorrales y árboles, eso que ves al fondo fueron, en algún momento, las paredes de sus construcciones.

 Aparentemente es pura vegetación, no es así. Fíjate como ese garambullo ha crecido encima de lo que era uno de los templos o puntos amurallados que se construyeron en Los Edificios.

 En esta condición están Los Edificios hoy día.

 Me atrevería a decir que este fue algún lugar ceremonial, ya que hubo una construcción del lado derecho (oriente) e izquierdo (poniente), la foto la tomé en dirección sur.

 Bien definidas están aun las áreas en donde hubo construcciones, fueron usadas piedras de la región.

 No creo que estas sean piedras "normales" por así decirlo, su forma me da la impresión de que fueron cortadas para levantar el edificio.

 Esta es la coloración común de la piedra, dado que las tierras de la región son del tipo "negras", la piedra lo es también, pero en esta laja veo algo nada común. Quizá estuvo pintada en algún tiempo pues pensar que son líquenes, no aplica dada la forma y el color...

 Otro ejemplo de lo que creo no es una piedra "normal" en el sentido de como es su corte.

 Y otra,

 y otra más.

 Esto es a lo que me refiero como ubicación perfecta. El asentamiento prácticamente escondido, al fondo el Bajío en su región oriente, rumbo a Irapuato y Pueblo Nuevo.

 Y seguimos encontrando piedras que no son del todo "normal"... ¿o de plano estoy muy alucinado?

 La última foto que tomé de piedras.

Aquí estoy en Los Cenizos, enfoco dirección norte. Ese cerro de forma piramidal trunca es el mismo que viste desde arriba en la foto donde se ve el camino, detrás de él, a la derecha (oriente) están Los Edificios, la zona arqueológica de Salamanca, Guanajuato.

"La mayoría de los sitios con patio hundido se ubicaban en la ladera baja, muy cerca de la planicie aluvial, uno de los casos excepcionales es este, conocido de distintas maneras: Los Locos, Los Razos, etcétera. Originalmente fue registrado por Braniff (1972). La vegetación actual está compuesta de una gran variedad de cactáceas , nopales, garambullos, huizaches, etcétera. Su singularidad e importancia radican en varios aspectos: primero su ubicación da la impresión de obedecer a una situación de resguardo o protección; segundo, las estructuras monumentales del lugar se encuentran construidas sobre una gran nivelación cuyo muro de concentración  supera los 20 metros de altura; tercero, se detectaron cinco patios hundidos.

 "Es posible que en la parte central de la plataforma principal exista otro patio hundido, pero será necesario efectuar un levantamiento topográfico para precisar ese dato. Uno de los patios hundidos (A) se encuentra en el extremo suroeste de la nivelación muy cerca de un espacio alargado que pudiera ser un juego de pelota, está delimitado por tres montículos y por el lado sur hay una plataforma rectangular. Una plataforma (B) ubicada en el extremo suroeste de la nivelación presenta dos patios hundidos, uno de forma cuadrada y otro rectangular. Entre estas dos construcciones hay otro patio (D) rectangular cerrado y delimitado al norte por un montículo. El conjunto mayor del sitio (C) es una plataforma sobre la que se construyeron un gran montículo, un patio hundido de forma cuadrada y un patio hundido circular, este conjunto tiene un notable significado cultural ya que es uno de los pocos lugares donde estas dos formas de estructuras se combinan. También es importante destacar el hecho de que el patio circular se encuentra por arriba del nivel del patio rectangular, aunque las dimensiones de este último son mayores.

 "Fuera de la gran nivelación se detectaron algunos montículos y una calzada que conduce desde el desplante de la nivelación hasta una estructura circular que se levanta un par de metros en relación al nivel del terreno. La calzada consiste en dos muros que delimitan un espacio de 2.5 metros de ancho y aun hay porciones empedradas". (3)

Las últimas dos fotos son de la salida del Sol hoy 21 de diciembre de 2012, en pleno solsticio de invierno, aquí en Salamanca, razón por la cual decidí ir a Los Edificios.

Fuentes:

1.- Blanco, Mónica. Breve historia de Guanajuato. FCE. México, 2000.

2.- Rojas Garcidueñas, José. Salamanca. Recuerdos de mi tierra guanajuatense. Editorial Porrúa. México, 1982.

3.- Cárdenas García, Efraín. El Bajío en el Clásico. Análisis regional, organización política. El Colegio de Michoacán. Zamora, 1999 p.185