Tres jueves hay en el año, que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión". Así reza el dicho y hoy se vuelve a cumplir en Salamanca, en donde se conserva la tradición de los Tres Grandes Jueves, el Jueves de Corpus, la fiesta religiosa más grande del año que se prolonga en su Octava.
Fue en el siglo XIII, 1209 cuando se crea (por así decirlo) la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en lo que hoy es Bélgica, para 1555 se establece en México, y es en 1713 que la festividad se arraiga en la Villa de Salamanca, en un principio eran las Cofradías las que participaban pues las asociaciones gremiales aun no tenían forma por el Bajío, sí las había en la ciudad de México; la de plateros era una de las más importantes y en la procesión que en la capital del virreinato se hacía en este día, siempre eran los que más lucían al llevar por las calles, las más espectaculares de sus obras, siempre en plata.
Las asociaciones gremiales toman forma en la Villa de Salamanca en el último cuarto del siglo XVIII, los labradores, los hortelanos y tejedores, junto a canasteros, reboceros y gamuceros se integraron en el Gremio Textil, el que más prosperó a lo largo del XIX.
Un pasaje curioso ocurre cuando la guerra de Independencia estaba en pleno, 1813, un silgo luego de que el Fiesta del Corpus se establece en la Villa de Salamanca, pues el Comandante militar de Guanajuato, Linares, se encontraba en el camino entre Irapuato y Salamanca, era el mes de junio, de pronto comienza a oír algunas detonaciones, pensaba que un enfrentamiento con los Insurgentes ocurría en Salamanca, no era eso, era la Fiesta del Corpus que, desde entonces, incluía la quema de cohetes y pólvora.
La fiesta siguió celebrándose a lo largo del XIX, en 1921, comenzaba el conflicto Estado-Iglesia, las manifestaciones religiosas fueron prohibidas en las calles, la Fiesta del Corpus es suspendida en 1926, cuando los templos son clausurados en todo México y no será hasta 1931 que se permita su realización.
En la última década del siglo XX poco interés había por realizar la Fiesta del Corpus como tradicionalmente se realizaba, con la procesión y "entrada de la cera", por suerte hubo quién se empeñó en que la Fiesta retomara fuerza, cosa que en nuestros días la convierte en una de las celebraciones del Corpus más vistosas que hay en México.
Es una verdadera experiencia estar en el Santuario del Señor del Hospital y ver como el templo es transformado con la cera que cada día entra, como ofrenda por el Gremio que corresponde a ese día. La tradición logró sobrevivir en Salamanca, y más aun crecer. Te recomiendo visitarnos en estos días, a las 5 de la tarde es la cita, cada día, hasta el próximo jueves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario