Desde hace algunos años la historia prehispánica del Bajío se comenzó a documentar. Originalmente se dijo que la región había sido poblada por pueblos nómadas que por consecuencia no habían dejado vestigios, que su cultura era primitiva y solo de sobrevivencia. Actualmente ese discurso no aplica pues, como muestra, tenemos cuatro importantes zonas arqueológicas en el estado de Guanajuato y una buena cantidad de vestigios por todos lados.
Esos vestigios pasan desapercibidos pues, a lo lejos se ven solo montones de piedra... que lo son, amontonamientos de piedra que están perfectamente alineados y que al colocar las piedras una encima de la otra le van dando una forma particular, se trata de un cú, o cué o cués que si bien son construcciones primitivas, fueron hechas con un sentido muy claro, adorar al sol y marcar movimientos cósmicos.
Estos cués que ahora vemos, que por ser pequeños son conocidos como coecillos o cuecillos o cusillos, se localizan en la zona norte de Salamanca y no son los únicos, prácticamente por todos lados de las faldas de la Sierra de Codornices los vamos encontrando.
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