El culto a San Gonzalo no llegó a Salamanca en la época virreinal, sino luego de la Independencia, originalmente la capilla fue dedicada a Santa María en su advocación de San Juan de los Lagos, tendrá su fiesta el 2 de Febrero, y una más el 16 de agosto, con eso nos queda claro que el sitio es mariano, sin embargo la tradición estableció otra fiesta grande el 10 de enero, dedicada a San Gonzalo, el santo que no lo es, pues su causa llegó a la beatificación únicamente.
Difícil será hacer la corrección de santo a beato, se le llama y se le seguirá llamando San Gonzalo, San Gonzalo de Amarante, el santo casamentero... otro punto de debate, pues el casamentero se considera es San Antonio de Padua, ambos de origen portugués... quizá sea la razón por la que se les confunde.
Ambos son del medioevo, Gonzalo de Amarante (+ 1262), Fernando de Bulohes (+ 1231); tiempo de pestes y calamidades, de alta mortandad, por lo que los matrimonios se hacían a temprana edad, y una de las cosas que Gonzalo de Amarante era formar parejas. Se dice que reunía a jóvenes en el atrio para que se conocieran y organizaba una suerte de baile para que así socializaran con mayor facilidad, de ahí la idea de bailarle el día de su festividad. Si el nombre de Bulohes no te suena, el de Antonio de Padua de seguro que sí, son lo mismo.
Así pues, la tradición llega a Nueva España, la de bailarle a San Gonzalo, no tanto para la formación de una pareja, sino que es bien aceptado precisamente por eso, por la bailada, ya que las antiguas tradiciones prehispánicas era la de danzar a la deidad, esta fue una oportunidad excepcional para retomar esa devoción a través del baile... y llegó a Salamanca, pero no fue hasta 1840, año en que, de acuerdo a la datación que tiene la imagen del santo, la podemos considerar como el inicio del culto a San Gonzalo.
En el lugar donde se levanta la capilla fue, durante mucho tiempo, la zona de huertas de la población, de ahí que durante la fiesta de San Gonzalo, se usaba la venta y consumo de lechugas, rábanos y zanahorias que ahí mismo se cultivaban y, durante la fiesta, se consumían aderezadas con chile y limón...
La tradición de bailarle a San Gonzalo continúa, creo que se ha difundido un poco más, mientras que la del consumo de lechugas y demás hortalizas va a la baja, pues desde hace varias décadas las huertas han ido desapareciendo...
El tema del baile de San Goanzalo es muy interesante, te recomiendo conseguir la película mexicana El baile de San Juan, en el que tocan precisamente el tema.
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