lunes, 30 de diciembre de 2019

Las muchas historias que las ventanas rotas nos pueden contar

  Estamos llegando a once años de publicación en El Bable, los primeros diez años fueron con un artículo por día, este onceavo año, como lo anuncié justo hoy, hace un año, no me sería posible seguir con ese ritmo pues seleccionar texto, imágenes y más aún, cunado va con texto original me lleva tanto tiempo que en ocasiones dos o tres horas no me bastaban y, como sigo desarrollando mi proyecto de investigación, éste cada vez requiere de mayor atención y, claro es, más y más tiempo.

  En este año que está por concluir logré publicar un libro más, el de Diego Rul, su paso por Salamanca y pude retomar el tema de Haciendas para detallar la historia de cada una de las que hubo en Salamanca, que fueron 22. La información que tengo es abundante, ya está organizada en una primera ronda, es decir, separados los documentos de cada una de ellas en su carpeta específica, tendré luego que hacer un acomodo cronológico pero... como una cosa lleva a la otra, han surgido dos proyectos más.

  Uno de ellos es el tema de las Cofradías pues, buscando en un archivo, en otro y en varios más, fui dando con datos de lo más interesante del tema. Además leyendo documentos y más documentos sobre las Haciendas, fueron apareciendo datos y más datos sobre los Ranchos que hubo y sigue habiendo así que para el 2020 tendré mucho de que hablar... mejor dicho, escribir. Ya que tenga todo bien definido lo comentaré por este espacio.

   Mientras eso ocurre, lo que hoy comparto es una selección de fotografías que he tomado tanto en la Ciudad de México como en Guanajuato, Salamanca, Valle de Santiago, Oaxaca y muchos otros lugares en los que voy encontrando ventanas destruidas o semidestruidas que, con aquello que hace poco comenté de mi gusto por lo viejo, me atraen sobremanera.


























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