Con lo que te contaré hoy te darás cuenta de las razones que tengo para no publicar puntualmente. Estas fotos son, evidentemente, de los últimos días de octubre, y es hasta ahora que las "subo". Las razones son en realidad una sola razón, el mismo mal que aqueja a la mayoría de la gente en nuestros días: la falta de tiempo.
Desde siempre, hasta donde buenamente recuerdo, siempre he estado ocupando mi tiempo en alguna actividad, pocas veces me dedico al ocio, a eso que elegantemente se dice "dolce far niente", que traduciríamos literalmente como "el placer de no hacer nada". Y esas, mis ocho horas (que en realidad son 12 o 14 horas) de actividad, últimamente las he dedicado a consultar exhaustivamente el Archivo Histórico de Valle de Santiago, luego de seleccionar los documentos los leo y transcribo, ordeno carpetas y tengo una pila de información cada vez más grande.
Y como una cosa lleva a la otra, he ido identificando otros documentos que pudieran estar en el Archivo Histórico de Irapuato, entonces me voy para allá... otros más en el Archivo Histórico de Salamanca, así que he pasado una buena cantidad de horas en los mencionados sitios... y lo que me lleva más tiempo es la transcripción.
Cuando inicié este pasaje, el de consultar en los Archivos, transcribía todo el documento, luego de una docena me di cuenta de que era innecesario hacerlo pues los documentos son repetitivos y hay que ir a un punto específico en el cuerpo del mismo (los documentos tienen una estructura bien determinada) y encontrar, normalmente en el punto número cuatro, la esencia del documento, bien sean las razones del pleito, que los nombres de los que participaron o detalles de lo sucedido; eso si los transcribo completo pues, como son tantos y tantos más papeles, cuando hago la recopilación e hilvano la historia, debo leerlos de nueva cuenta...
Y así voy creando mis historias... mis archivos... mis apuntes... y el blog lo alimento cuando me queda tiempo... como hoy, que con mes y medio de retraso doy cuenta de las curiosas figuras en alfeñique confeccionadas en Valle de Santiago, Guanajuato.
Diccionario de Autoridades - Tomo I (1726)
ALFEÑIQUE. s. m. Pasta de azúcar, que se suavíza con azéite de almendras dulces, que regularmente [i.198] se toma en las fluxiónes catarráles para ablandar el pecho. Urréa dice que es voz Arabe compuesta de la palabra Fenique, que significa poner en la boca cosa delgáda, y añadido el artículo Al se dixo Alfeñíque.
Es como un alfeñíque. Dícese metaphoricamente de qualquier cosa que se quiere ponderar de blanda, suave, blanca, y quebradiza. Lat. Blandum tenerum, dulce, fragile, album. QUEV. Orland. Cant. 2.
Era Astolfo sorór por lo monjóso
Poco jayan, y mucho tique mique,
Y mas cotorrerito que hazañoso,
Con menos de varón que de alfeñique.
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