domingo, 1 de diciembre de 2019

Mecano: La fuerza... de la palabra.

  El enganchamiento que tuve con Mecano fue exactamente en Mayo de 1987 en la alberca del Hotel Krystal Ixtapa... tiempos aquellos en los que luego de trabajar más horas de las debidas en en un hotel de cadena internacional, decidí un ben día, dejar de trabajar y tomarme un año sabático. El proceso fue realmente sencillo, simplemente tomé mis cosas y me fui. No avisé, dejé de trabajar de un día a otro. Muchos dijeron que me fui "como chacha" y sí, así lo hice, pero hice lo que mucha gente quería hacer, (creo hoy día hay miles que les gustaría hacerlo), me fui, sin pensar en ninguna consecuencia, simplemente estaba harto y había llegado al punto de reflexión: ¿vivo para trabajar o trabajo para vivir?

  La "carrera" no me importó en lo mínimoo, siempre he pensado que, como reza el dicho, "el que es perico..." y lo mejor del caso fue que, como me la vivía trabajando, no gastaba mi sueldo, la casa y la comida me la pagaba la corporación, así que todo iba directo al banco y ese día, haciendo balance, sacando cuentas y haciendo una proyección (yo me dedicaba en la corporación a hacer el entonces llamado "out-look", es decir, la proyección de huéspedes/ingresos a 1, 2 y 3 meses para que todos los departamentos del hotel supieran que hacer en el futuro próximo (si no me equivoco esa posición hoy día se llama Revenue Manager) pues hice proyección de mis gastos y mis ingresos y el resultado fue fantástico: me podía ir un año a recorrer mundo (en este caso el país) y que el mismo mundo ruede.

  Fue extraordinario... de lo ocurrido creo ya lo conté hace mucho, y lo que hoy me (nos) ocupa es el asunto de Mecano y la palabra. Esto es debido a que yo conocí la música de Mecano con un Walkman mientras me asoleaba en Ixtapa... ¿los conoces? me preguntó mi amiga. No, le dije, entonces metí el cassete en el tal aparato y comencé a alucinar una a una las canciones... y hubo una, no sé si fue en ese momento o en otro que me rebotó una y otra y otra vez en la cabeza.

  Siendo yo, desde entonces, mejor dicho desde siempre, cuidador de la palabra y el idioma, el oír aquello del "fuistes", "estuvistes", y toda palabra imaginable a la que hay quien le agrega una ese al final, me rebotó sobremanera oír a la Torroja en su canción La fuerza del destino, aquello del:

"... tu contestastes que no".

 Y desde entonces tenía la duda, lo digo en pasado, porque justo hoy, 30 años después de que me surgiera la duda y que pensara -durante mucho tiempo- que la frase estaba basada en el español (o castellano) medieval con aquello del "dijisteis", "fuisteis" y demás... que Mecano había tratado de dar un dejo con notorio añejamiento al usar la palabra "contestastes".

  Pues hoy, gracias a los comentarios de Youtube, alguien por ahí dice, no, no es error, es la manera de interpretar la canción y para que encaje, en lugar de decir "tu contestaste es que no", la Torroja cantó lo que cantó, error que en una versión de 1991 corrigió.

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