En enero de este año, el día 16,
publiqué una relación sobre los primeros templos católicos que fueron levantados en lo que hoy es México pero, olvidé incluir algunos, uno de ellos, el más importante de todos, lo pasé de largo, me refiero al que se convirtió en la Catedral Metropolitana, la cual tiene su origen en 1524 y que fuera levantado su primer edificio por el alarife Martín de Sepúlveda, quien fue el primer director del proyecto. Los templos que mencioné fueron el de Tizalán en 1519, del cual haré también una corrección próximamente. El de
San José Tlaltenango, actual Morelos en 1521; la ermita del Rosario en
Antigua Veracruz, y San Miguel Arcángel en Medellín, Veracruz, ambos en 1523; la famosa
Conchita en Coyoacán en 1525 y
Santa Catalina en Oaxaca cuando aún se llamaba Segura de la Frontera en 1528. Hecha la aclaración veamos la historia de la Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos de la Ciudad de México.
La Santa Iglesia Metropolitana de México tuvo su origen en tiempo del gobierno español. Reedificada la antigua ciudad de Moctezuma por el conquistador D. Fernando Cortés, trato éste de repartir sus sitios entre los españoles, aplicando a los religiosos de la Orden de San Francisco el que se hallaba ocupado por el templo mayor de México, con el fin que demolido éste, se edificase una pequeña iglesia, así como también habitaciones correspondientes para doce ministros que debían servirla.
Más como a poco tiempo se les dio a los expresados religiosos sitio para que edificasen un convento, se les compró el antiguo adoratorio, en la cantidad de cuarenta pesos, para edificar en él la antigua Catedral, como se verificó por disposición del capitán general Cortés y el Ilmo. Sr. D. Fray Juan de Zumárraga que entonces gobernaba la diócesis como primer prelado, para aquellos tiempos, el templo salió suntuoso, siendo su puerta principal hacia el Poniente y su cabecera hacia el Oriente. El rey Felipe II, a fin de que se hiciese una obra mejor que la anterior, solicitó de Su Santidad, el Sr. Clemente VII, permiso para destruir la fábrica del antiguo templo, con el fin de construir otro nuevo que es la actual Catedral: en consecuencia, se expidió para dicha obra una bula en 2 de septiembre de 1530. Pero la obra no tuvo principio sino hasta el año de 1576, siendo Arzobispo el Ilmo. Sr. D. Pedro Moya de Contreras, en cuyo tiempo se puso la primera piedra en el sitio inmediato a la antigua iglesia, para que demolida ésta, quedase el lugar que ocupaba, para atrio delante del nuevo templo. Cuarenta y dos años se emplearon en formar los cimientos, levantar los muros de la circunferencia á una regular altura, hacer las paredes atravesadas de las capillas, trabajar las columnas hasta los capiteles y adelantar en algo las bóvedas.
La arquitectura interior de este templo pertenece al orden dórico; tiene muy buenas bóvedas: ciento treinta y tres varas castellanas de longitud, de Norte á Sur, y cincuenta y cuatro de latitud de Oriente á Poniente con ciento setenta y cuatro ventanas. Está dividido en cinco naves, tres abiertas y dos cerradas y en las primeras se ven catorce machones que separan los claros de las catorce capillas distribuidas en los lados de las dos naves laterales: estas capillas están cerradas con balaustrados de fierro y tienen retablos de blanco y oro al estilo moderno, aunque permanecen algunos antiguos. La cúpula y linternilla son de figura octogonal, y en el casco se halla pintada al fresco la imagen de la Asunción de María Santísima, como patrona de esta santa iglesia, á cuya imagen sirve de fondo una hermosa gloria; y en el primer término, sobre el cuerpo de luces, se ven en diversos grupos los antiguos patriarcas y las mujeres más célebres de que hace mención la historia sagrada del Nuevo Testamento.
La nave principal la ocupa entre los intercolumnios anteriores á la cúpula por la parte del Norte, el altar mayor, la cual nave tiene de columna á columna cincuenta y tres pies: tenía un ciprés, que aunque antiguo, era bello y majestuoso, y se dedicó el 16 de Septiembre de 1743. Las naves procesionales tienen treinta y tres pies lo mismo que las capillas; se forman sobre veinte columnas, diez por cada lado; desde sus bases á los capiteles cuentan cincuenta y cuatro pies de altura y catorce de circunferencia. Todo el templo tiene cincuenta y una bóvedas, que descansan en setenta y cuatro arcos. La forma del templo es piramidal, y sus alturas disminuyen en proporción desde la nave principal á las capillas.
El diseño de la fábrica fue formado por el maestro de la obra Alonso Pérez de Castañeda, y remitido al rey Felipe III, con la noticia del estado que aquella guardaba, por el virrey D. Diego Fernández de Córdova. Por mandado del mismo rey, fecha 21 de mayo de 1615, se formó una junta de los arquitectos más instruí dos, con el fin de adoptar la mejor forma para la continuación del templo, y se nombró un oidor que sirviera de superintendente de la fábrica para que ésta se concluyera á la mayor brevedad. Las bóvedas de la sacristía mayor se concluyeron en 1623, trasladándose allí al Santísimo Sacramento, donde quedó colocado. Los oficios divinos se celebraron en ese lugar desde 1626 hasta 1641. En virtud de la poca firmeza del terreno en que se estaba fabricando el templo, se dispuso, previo el de parecer de los arquitectos, que la obra fuera más breve desde la capilla de San Isidro labrador, que se halla del otro lado del Sagrario.
Con motivo de la terrible inundación que tuvo lugar el año de 1629, se suspendió la obra hasta el de 1635 que continuaron los trabajos, y pocos años después se techó con madera una gran parte de la nave central, pudiéndose pasar al Santísimo Sacramento el día 29 de Setiembre de 1641 para evitar las molestias que ocasionaba la celebración de oficios divinos en la sacristía. La primera dedicación solemne se hizo el 2 de Febrero de 1656, siendo arzobispo el Ilmo. Sr. D. Mateo Zagade Mugueiro. En el año de 1677 se continuó la obra con el más vivo empeño, pudiendo terminarse el interior del templo en el mismo año. Después de noventa y cuatro años de trabajos continuos, pudo tener efecto verificativo la final solemnísima dedicación, el 22 de Diciembre de 1677, siendo arzobispo el Ilmo. Y Exmo. Sr. D. Fr. Payo Enríquez de Rivera. El costo del templo importó 1. 953,000 pesos, debido á la liberalidad particular de los reyes Felipe II, III y IV, y Carlos II. El edificio ocupa uno de los principales lugares de la plaza mayor, su atrio es de mucha amplitud, y está circundado por sus cuatro lados de ciento veinticuatro postes de cantería de dos varas de alto cada uno, que en sus intermedios cuentan ciento veinticinco cadenas de fierro. La altura del templo, desde la superficie del atrio hasta la parte superior de las cruces, es de noventa y dos varas dos tercias.
Tiene dos torres, que se empezaron á construir á fines del siglo pasado, 1786, siendo virrey D. Bernardo de Gálvez. Cada una de ellas consta de dos cuerpos, dórico el primero y el segundo jónico, sobre el cual descansa una bóveda en figura de campana, en cuyo remate se haya un globo que recibe una cruz de cantería. La campana llamada Doña María, colocada en la torre que mira al Oriente, se estrenó el año de 1754, y su peso es de 150 quintales ó 600 arrobas. La campana mayor, nombrada Santa María de Guadalupe, se colocó en la torre que mira al Poniente el año de 1792; su altura es de seis varas, su vuelo de doce y su costo fué de 10,400 pesos: hay otra tercera campana de 149 quintales ó 596 arrobas de peso que se estrenó el año de1793. En los arcos de ambas torres están colocadas siete campanas de menor peso que las tres primeras, las cuales sirven para los toques de la santa iglesia, y diez esquilas entre las cuales dos son de gran peso y magnitud, las que tocada s á vuelo en un repique general, hacen más recomendable la hermosura de la magnífica obra de la Catedral.
Las cornisas dé los cuerpos de ambas torres, están decoradas de un balaustrado adornado de jarrones en el primer cuerpo, y en el segundo, de estatuas colosales que mirándolas desde el atrio parecen del tamaño natural: tienen tres varas de alto, y representan á los Doctores de la Iglesia y Patriarcas de las Órdenes regulares. En medio de las torres, y sobre la puerta principal se haya el reloj cuya caratula es de metal dorado, teniendo en sus remates por adorno, tres estatuas de cantería de muy buen gusto, las que simbolizan las tres virtudes teologales con los signos de sus respectivos atributos, hechos también de metal dorado. Destruido el antiguo ciprés con el objeto de hacer otro nuevo al estilo moderno, se confió esta obra al arquitecto D. Lorenzo Hidalga, quien la terminó á principio de 1850, y se estrenó el día 15 de Agosto del mismo año, en que se celebra la función titular, siendo vicario capitular del Arzobispado, el Sr. canónigo doctoral Dr. D. José María Barrientos.
A espaldas del ciprés y hacia el Norte de esta Santa Iglesia, se halla la capilla conocida con el nombre de los Santos Reyes, la cual tiene muchos y muy buenos retablos, entre los cuales se encuentra la imagen de Santa Filomena, cuyo culto dejó dotado el Ilmo. Sr. Dr. D. Joaquín Fernández de Madrid. No está por demás advertir para honrar su memoria, que la función que el 29 de Noviembre se hace al Santísimo Sacramento, la promovió y dotó el mismo Sr. Madrid, así como las de Sr. S. Joaquín y Sra. Santa Ana. A los lados del presbiterio, están colocados los dos ambones que lo mismo que el pulpito, son de una sola piedra de tecali: el presbiterio que tiene cuatro graderías de ascenso, está circundado de un balaustrado formado de metal conocido con el nombre de lumbago, el cual está adornado con estatuas que en la mano tienen candeleras para colocar cirios de cera: sigue la crujía por ambos lados hasta llegar al coro por todo su contorno, y sirve para formar las tribunas dentro de las cuales, y sobre los costados del coro, se hayan colocados dos hermosos y magníficos órganos. El interior del coro está adornado con una buena sillería. La crujía y portada del coro se formaron en la ciudad de Macao de China, y se estrenó en 1º de Mayo de 1730: el ancho del coro es de diez y seis varas; su largo, de cuarenta y su altura de doce.
Atrás del coro, por la parte que mira al Sur se halla el altar conocido con el nombre del Señor del Perdón, cuya imagen tiene muchos devotos, algunos de los cuales suelen contribuir con limosnas para que se celebre y no falte allí el santo sacrificio de la misa, el cual tiene lugar todos los días cada media hora, desde las siete hasta las doce del día. Por la parte que mira al Oriente se halla la puerta llamada de los canónigos, y sirve de resguardo al templo un buen enrejado de fierro. En la fachada principal que mira al Sur, tiene tres puertas compuestas cada una de otros tantos cuerpos, de los cuales el primero es de orden dórico, el segundo iónico y el tercero corintio, con estatuas y bajo relieves. Por la parte del Norte tiene dos puertas y por el Oriente y Poniente una por cada lado. Hacia este viento se hallan la sala de cabildo, clavería y contaduría de diezmos, de cuyas oficinas el gobierno constitucional mandó extraer los papeles y libros que allí existían. Al mismo viento se encuentra la biblioteca pública de esta santa iglesia, donación hecha pollos Sres. capitulares D. Luis y D. Cayetano Torres. Por la parte que mira al Oriente se halla la sacristía, vestíbulo de los señores canónigos y el colegio de infantes del coro, en cuyo local se encuentra todavía el provisorato, secretaría arzobispal y demás oficinas dependientes del arzobispado, á consecuencia del estado de destrucción y desmembramiento en que lo dejó el gobierno de D. Benito Juárez.
El cabildo eclesiástico de la Catedral de México, se componía en tiempos anteriores de veintiséis capitulares en el orden siguiente: cinco dignidades, que son las de deán, arcedeán, chantre, maestre-escuelas y tesorero; cuatro canonjías de oficio, que son la doctoral, magistral, lectoral y penitenciaria; cinco de merced, seis racioneros, seis medio racioneros. Había además diez y seis capellanes de coro y veinticuatro niños con el nombre de infantes, cuyo oficio es servir de acólitos y cantar á las horas de coro.
Por la parte que mira al Poniente, junto á la sala de cabildo, se hallan un altar dedicado al Señor del Buen Despacho, que tiene muchos devotos, y la capilla dedicada á nuestro compatriota y protomártir San Felipe de Jesús: en ella existen los restos del libertador de México, Exmo. Sr. D. Agustín de Iturbide. Fuera de dicha capilla está la fuente donde, según tradición, so bautizó San Felipe. Está cubierta de un enverjado de metal dorado. Del lado de la sacristía se halla el altar dedicado al patriarca Señor San José, que tiene también muchos devotos, así como las demás imágenes que se veneran en las otras capillas distribuidas en todo el templo.
El 29 de Diciembre do 1860 fueron extraídos del provisorato los documentos que allí existían; del juzgado de capellanías los títulos de éstas, y además la cantidad de 16,000 pesos. En 30 de Agosto de 1862 fueron suprimidos por el gobierno de Juárez los cabildos eclesiásticos de la nación mexicana, prohibiéndoles que se reuniesen fuera de las horas de coro en sus respectivas catedrales. Los fondos de esas corporaciones disque debían aplicarse para gastos de guerra según una disposición del expresado gobierno de Juárez. Desde los primeros días de Junio del presente año 1863, habiendo cambiado el gobierno, debe suponerse derogado el decreto de Juárez que suprimió los cabildos eclesiásticos.
Fuente:
Alfaro y Piña, Luis. Relación descriptiva de la fundación, dedicación, etc., de las iglesias y conventos de México. Con una reseña de la variación que han sufrido durante el gobierno de D. Benito Juárez. Tipografía de M. Villanueva. México, 1863, pp. 6-11
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