Después de pasar por algunos pueblos, como el de la foto, el cual no tuve la precaución de anotar su nombre, llegué a Concá luego de un par de horas arriba de un Vencedor, que son los camiones que cubren la ruta de la zona huasteca y serrana de San Luis Potosí y Querétaro, el camino no es tan curveado pues estamos ya arriba de la sierra, lo que aparece de pronto es una hacienda, la Concá que fue remodelada y habilitada como hotel, está en mitad de la nada, seguramente las noches serán increíbles. Si se te antoja, checa en el sitio de Hoteles Misión, pues forma parte de esa cadena. Unos kilómetros mas adelante está Ayutla, el lugar donde se juntan los dos ríos, uno con agua fría y el otro caliente.
De la carretera que va de Jalpan a Río Verde hay una desviación, pavimentada, a Concá. El pueblo no ofrece mucho; calles empedradas, polvo, calor del bueno y, de pronto, aparece la Misión, espléndida, un poco mas pequeña que las otras, pero de belleza singular. Con ésta era la cuarta que veía, y comprobaba que son parecidas pero tan distintas una de otra. Cada una contiene detalles de tal particularidad que se vuelven únicas.
Este pueblo no está tan escondido como Tilaco, su acceso es más fácil, el entorno mas plano. La naturaleza es pródiga, al igual que en toda la Sierra, de pronto aparecen cosas tan singulares como esas flores que son de la familia de las orquídeas que crecen directamente del tronco del árbol.
O esos molotes que no son otra cosa que el paxtle o heno, como gustes llamarle, que crecen como plantas parásitas en las ramas de los árboles.
Caminar por las calles de Concá me dio la oportunidad de conocer lo que es una cantina en la cual la imaginación debe ser mayor para que el disfrutar una cerveza sea placentero.
Y algo muy curioso que pude ver fue un árbol lleno de mariposas cuyas alas eran de un lado de un tono amarillento tirándole al verde y del otro totalmente verde que se confundían con las hojas del propio árbol, una exaltación al camuflaje que tiene la naturaleza. En una palabra, Concá es eso, una exaltación a la naturaleza.
Además de los Vencedores, hay peseros que te llevan igual a Jalpan que a Arroyo Seco, mi rumbo era norte, llegué a Arroyo Seco, me topé primero con un extraño monumento, a esos héroes que de pronto ni sabemos quienes son, o elmotivo por cual les levantan el monumento, como es el caso de éste a Mariano Escobedo, fundamental en la lucha contra la intervención francesa. Nota la cantidad de paxtle que hay en los alambres, ahora afirmaré que no son parásitas sino aerófitas estas plantas.
Luego de medio ver el centro de Arroyo Seco y darme cuenta de que son de esos pueblos en los que no hay mucho que ver, mejor seguí mi camino, ahora para continuar por San Luis Potosí, a donde nos iremos pronto, no sin antes aprender algo de la vida del que fuera el motor que generó toda la belleza arquitectónica que hay en la Sierra Gorda, Fray Junípero Serra, esos será mañana.
No nos podemos ira de la Sierra Gorda de Querétaro sin antes oír a Fortunato y sus Cometas, una maravilla en lo que al Huapango se refiere… ¿verdad Emma? (Felicidades!)
http://www.youtube.com/watch?v=R88KPTSLBFk&feature=related
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