El Cerro de los Antiguos: Entre el abandono y la rapiña. Teocaltiche, Jalisco.

Hace poco escribí aquella anécdota en la que, no recuerdo bien en donde la escuché, se decía que había la posibilidad de que en México cada cerro fuera una pirámide, un vestigio de aquello que, en su momento un pueblo, un asentamiento, de los antiguos mexicanos levantara para adorar a una de sus varias deidades. Esa idea se materializa en Teocaltiche pues, ya de por sí si nombre lo indica: Teocaltiche = Teocalli. Es fácil notar la razón de su nombre pues, es solo cosa de voltear al poniente para ver a escasa distancia el que allí nombran Cerro de los Antiguos; justo el que aparece en esta fotografía.

El nombre lo uso continuamente en este Bable, eso de "los antiguos", al referirme a los pueblos que habitaban México antes de la llegada de los europeos. Es común oír los relatos de la gente del campo cuando platican algo sobre sus antepasados, regularmente usan la palabra antiguos para referirse a las generaciones anteriores, no las recientes, sino las que son, evidentemente, antiguas. No me extraña nada que en Teocaltiche, al paso del tiempo la denominación del sito como "de los Antiguos" haya sido acuñada hace ya tiempo haciendo mención a pueblos ancestrales.

Es así como, altero un poco el itinerario habitual, eso de llegar a una nueva población y visitar, como primer punto su templo principal, es decir, su parroquia, para irnos a ver un templo que es aun más antiguo pues es, precisamente, el Cerro de los Antiguos.... digamos que el Gran Teocalli.

En el México arqueológico hay varias grandes divisiones, seguramente la Maya, que abarca toda la península de Yucatán, parte de Tabasco y Campeche y se adentra en Guatemala sea la más conocida. Y una que es enorme región geográfica, la más desconocida, es la del Occidente; en donde ahora nos encontramos. Teocaltiche forma parte de la zona Caxcán, los asentamientos era, probablemente numerosos y bien organizados. Se dice que el poder religioso se asentaba allí, razón por la cual la existencia de ese monumento que da la apariencia de un cerro y que, hoy día es víctima del deterioro, el abandono y, peor aun, el saqueo que, consetudinariamente se practica desde hace décadas... ¿o siglos?

Es cosa de cruzar el río o lo que es el cauce del que fue un río, brincar una cerca y subir a un sitio que, en la actualidad nos muestra una espléndida vista de Teocaltiche y que en tiempos pasados dominaba buena parte del entorno, la fotografía es más que explícita.

A medida que vamos subiendo vemos una auténtica zona minada. Cada metro que caminamos va apareciendo un hoyo, algunos profundos, otros no tanto, en donde ha sido removida toda piedra, en busca de un tesoro (sic), desbaratando con ello todo acomodo que hubo de las piedras que, muchas de ellas fueron cortadas justo para embonar y hacer, a la usanza, una serie de plataformas planas que al final forman eso que todos ideamos como una pirámide.

Un sentimiento de tristeza se apodera de quienes ascendemos al que fuera un recinto ceremonial. La ineludible interrogante aparece, eso de que "cómo es posible que no se haga nada".... bueno, me dicen, se ha hecho mucho pero no hay respuesta, mucho menos acciones de protección. INAH sabe del sitio, de su riqueza, de su deterioro, de su saqueo y nada se ha hecho por protegerlo.

Cada paso que doy, aparecen a diestra y siniestra piedras que fueron cortadas con un fin específico, pedazos de manos de metate, patas de lo que fueron quizá un molcajete. Es cosa de agarrar un puño de "piedritas", de donde sea, para encontrar restos y más restos... tepalcates, cientos de tepalcates, con los colores tradicionales de la cerámica de la cultura del Occidente: negro, rojo, marrón.

El polvo que cubre el cerro es extremadamente fino, de ese que ni se ve cuando el viento lo arrastra. En torno al Cerro de los Antiguos hay buena cantidad de huertas de hortalizas, lo más seguro es que, con el paso de tantos años, el arar de la tierra y el soplar del viento, ahora lo veamos cubierto de ese polvo fino, pero... agreguemos los saqueos, el remover de las piedras, la indiferencia... el resultado es notorio: destrucción. Por si mi idea no fue clara, al analizar esta fotografía lo entenderás mejor.

Ahora vemos la ladera del "cerro", es decir, una parte de la estructura de un cuerpo bajo mayor, al que está encima, quizá una plataforma.

La "ladera del cerro" del lado poniente. Igual nos da la idea de lo que pudiera ser el contorno de la pirámide.

Un hoyo, otro hoyo... uno más, otro más....

Más claro, ni el agua.... el saqueo es continuo.

 Esto no es un museo... es la vitrina de una Refaccionaria, sí donde venden partes mecánicas... y piezas arqueológicas, también... Eso se llama destrucción.