Hace algunos años leí por ahí que el hombre perdió la capacidad de asombro desde que se implementaron los anuncios espectaculares y los inflables que, con una enorme botella de cerveza o un enorme paquete de cigarrillos sorprendían a todos los consumidores. Esto lo único que creó fue el volvernos insensibles ante las maravillas y monumentalidades que la naturaleza tiene y las maravillas que el ser humano ha creado a lo largo del tiempo. Más aun a las obras faraónicas que se han creado hace no mucho tiempo. En esa serie de ideas nos adentraremos un poco a la Mezquita de Hassan II en Casablanca, Marruecos.
Desde que uno se va aproximando a la ciudad sobresale siempre el minarete, esa especie de torre que, a diferencia de los templos católicos, no tienen campanas sino altavoces por donde cinco veces al día se oyen las alabanzas a Dios. En este caso, las alabanzas a Alá. Son 200 metros lo que tiene de altura. Su construcción se llevó ocho años, de 1985 a 1993, año éste en que se inauguró el 30 de agosto. Consecuentemente las fotos que estamos viendo las tomé cuando apenas tenía un año de haber sido abierta, pues fue en Octubre de 1994 que estuve allí.
Uno enmudece ante la magnificencia y la enormidad del edificio. Las preguntan se agolpan y sobresale esa de que ¿para qué se hizo una construcción de semejantes dimensiones? La respuesta la dio el propio rey de Marruecos, Hassan II: "Casablanca requiere de un símbolo único por ser la sede del poder económico del reino".
Michel Pinseau fue el diseñador de la Mezquita, se requirió a lo largo de esos ocho años, el trabajo de 2500 obreros y de 10 mil artesanos para decorar todo el edificio. El trabajo de mosaico es una cosa sorprendente que nos deja ver la añeja tradición de los azulejos, específicamente de las técnicas denominada alicatados que ha florecido en Marruecos.
En términos de dinero, para construir la Mezquita de Hassan II hubo la necesidad de invertir en ella 500 millones de dólares y fue levantada junto al mar, luego de recuperar unas tierras que continuamente se inundaban, la razón de su ubicación la determinó el propio rey marroquí al decir que en el Corán se establece que "el trono de Dios estaba sobre el agua".
Debido a que las ceremonias del Islam son largas y los participantes están sentados en el suelo, la mezquita tiene una serie de particularidades, como que el piso tiene calefacción. El techo del recinto de oración se abre y, dado el descomunal tamaño de las puertas, estas son manipuladas eléctricamente. Tiene la característica de ser una de las dos mezquitas que permiten, en Marruecos, la entrada a "impuros", es decir, a los no practicantes del Islamismo.
En esta fotografía te puedes dar cuenta de la dimensión de la puerta de entrada... recuerdo que a este lugar llegamos en una visita guiada que nos llevaría a conocer algunos sitios de importancia de Casablanca. No recuerdo haber visitado el interior, como quiera, gracias a esto que es la Internet, he podido seleccionar algunas fotos de lo que hay dentro de la Mezquita, esto con el fin de darnos una idea de la fastuosidad y dimensión de ella y no perder la capacidad de asombro.
Es más interesante ver este edificio que ir a la rosca más grande del mundo que seguramente en unos días se organizará.. o peor aun, al desfile de zombies de mayor concurrencia. Este edificio que ahora estamos viendo sí que es algo para sorprendernos...
WooooW!! Imponente.
ResponderEliminarDios merece eso y más.
Y tu eres espectacular.
Me encanto tu reportaje.
Que tus sueños más hermosos se
hagan realidad.
¡Feliz 2012!
Saludos!!